Que el Primero de Mayo rompa mitos
Muchas personas desde distintos ámbitos y organizaciones ponen su empeño en el día a día por defender los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, pero cuando llegamos al ámbito político local, hay quien se echa para atrás esgrimiendo como principal argumento que las políticas activas de empleo solo tienen sentido en el ámbito autonómico o estatal.
Desde Compromís per València hemos roto ese mito.
Hemos propuesto una inversión real en I+D+i, que el gobierno municipal no dé la espalda a las universidades y a los parques tecnológicos, sino que entable con ellos una cooperación que en el medio plazo será muy fructífera. Apostamos por una política de rehabilitación de vivienda y de suficiencia energética como alternativa a la depredación salvaje de la especulación urbanística, que tantos puestos de trabajo se ha cobrado… Y también tomamos medidas en lo más cercano: en la propia administración.
A lo largo de esta legislatura que ahora acaba hemos conseguido muchos de nuestros objetivos gracias a lo que algunos han calificado como “tenaz oposición”. Personalmente, estoy en especial orgulloso de haber conseguido que el Ayuntamiento incorpore cláusulas sociales en la contratación municipal. Ya es llamativo comprobar que nuestras propuestas, formuladas con criterio y en consenso con los agentes sociales, sean reconocidas por el resto de grupos, incluso a veces por el mismo equipo de gobierno, pero en este caso la mayor satisfacción ha sido poder incorporar al consistorio algunas de las buenas prácticas que se llevan a cabo en un buen número de modelos cooperativos.
Nuestra apuesta, finalmente aprobada, permite introducir en los pliegos de condiciones para nuevas contrataciones municipales, cláusulas de discriminación positiva en asuntos de carácter social. Apostando por disminuir las diferencias salariales entre los altos cargos y cargos ejecutivos, y los trabajadores y trabajadoras, porque la crisis ha sido la excusa perfecta en muchas ocasiones para cargar el peso de las pérdidas sobre los empleados, mientras los altos directivos veían crecer sus expectativas salariales, y esto no es de recibo. No podemos socializar pérdidas y hacer que los beneficios sean sólo para unos pocos. Además, por primera vez se hace constar la obligatoria equiparación salarial entre hombres y mujeres como un punto fundamental que no se puede dejar de lado en ningún caso; porque si es intolerable que esto ocurra en la empresa privada, es escandaloso que este virus de la discriminación llegue a la administración pública.
Nuestra iniciativa también prevé fomentar la contratación indefinida de las personas que trabajan para el Ayuntamiento, porque sería ilógico apostar en la teoría por la estabilidad laboral y después no actuar en consecuencia. Y por supuesto, apostamos por primar la contratación de personas desempleadas con especiales dificultades para acceder al mercado laboral; es el caso de personas con discapacidad, aquellas personas paradas de larga duración, o las que son víctimas de la precariedad por su condición personal, como ocurre con colectivos especialmente vulnerables a la exclusión social, y sobre quienes la crisis económica y los recortes sociales se ha cebado especialmente.
Todas las medidas están aprobadas después de que las propusiera Compromís. ¿Y ahora qué? Ahora solamente nos queda tener un gobierno municipal que las haga efectivas y las ponga en marcha.
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