Los peritos revelan “operaciones de riesgo elevado” en Banco de Valencia entre 2004 y 2011
Los peritos del Banco de España señalan en uno de los informes remitidos al juez Fernando Andreu de la Audiencia Nacional que, entre 2004 y 2011, el Banco de Valencia -perteneciente a la cabecera de Bankia- llevó a cabo un “desmesurado incremento” de su inversión crediticia y asumió riesgos concentrados en el segmento inmobiliario que le llevaron a un grave deterioro de su situación económica. Las cuentas ya falseaban la realidad a 31 de diciembre de 2010.
Los riesgos y las irregularidades detectadas se produjeron, según este informe, con conocimiento primero de Bancaja y después de BFA-Bankia y ponen de manifiesto un grave deterioro no contabilizado a 31 de diciembre de 2010 en las cuentas individuales y consolidadas del Banco de Valencia. El informe está ya en manos del juez que investiga posibles irregularidades en la salida a Bolsa de Bankia.
La situación tampoco tuvo adecuado reflejo en las cuentas individuales y consolidadas de Banco Financiero y de Ahorros, SA. Así, el ajuste no contabilizado por Banco Financiero y de Ahorros, SA fue 536 y 573 millones de euros a 31 de diciembre de 2010 y 30 de junio de 2011.
Este crecimiento de la inversión crediticia fue posible por la financiación de las denominadas “operaciones de importe elevado y de riesgo inherente elevado” lesivas para el patrimonio del Banco de Valencia y en beneficio de terceros.
Riesgo conocido sólo por Parra
Estas inversiones adolecían también de ausencia de controles adecuados a la actividad de la entidad y eran únicamente conocidas por el Consejero Delegado, Domingo Parra.
Se incide además que, que en algunos casos, como en la operación “Costa Bellver” Parra compartía intereses en la empresa IzPa con Aurelio Izquierdo, en su día Director General de Bancaja y posteriormente Director de Negocio de Bankia y Presidente y Consejero Delegado del Banco de Valencia.
Retraso en la clasificación de operaciones
El informe advierte también del retraso generalizado en la clasificación de las operaciones dentro de la categoría de activos dudosos por razones diferentes de la morosidad.
Ello afectaba, en especial, a la las refinanciaciones o reestructuraciones de las operaciones no cumplían con lo establecido en una norma particular del Banco de España.
También se advierte que no se realizaron acorde con la normativa del Banco de España los estados individuales y consolidados de Banco Financiero y de Ahorros ni la información contenida en el Folleto Informativo de la salida a Bolsa de Bankia relativa a “Información Financiera intermedia- Grupo BFA- Consolidado marzo 2011”.
Por ello, subrayan los peritos que la auditoria de las cuentas anuales individuales y consolidadas del Banco de Valencia del ejercicio finalizado en 31 de diciembre de 2010 realizada por Deloitte el 31 de enero de 2011 no hacían mención a ninguna salvedad acerca de las citadas cuentas a pesar de los significativos saneamientos pendientes de contabilizar.
Los peritos concluyen que la caída del Banco de Valencia supuso “un significativo riesgo reputacional para el Grupo BFA/Bankia y descompuso las relaciones entre los representantes de Bancaja y Caja Madrid”.
Habitat
Sobre la reestimación del valor de activos inmobiliarios mantenidos a través de sociedades participadas por el Grupo Bankia -Bankia Habitat, antigua Bancaja Habitat, el informe alerta sobre lo ocurrido en algunas sesiones del Consejo de Administración.
Así, afirma que resulta concluyente que en la reunión del 12 de diciembre de 2011, el consejero José Manuel Fernández Norniella, exsecretario de Hacienda, indicó que la situación era “compleja con los activos adjudicados y sociedades participadas”, poniendo de manifiesto la situación de deterioro de solvencia de las sociedades participadas.
Esta situación se caracterizaba, según los peritos, por un situación de “pérdidas continuadas y de deterioro de su solvencia que ya estaba presente desde el cierre del ejercicio 2010, tras 3 ejercicios cerrados de crisis inmobiliaria.
Buena parte de estas sociedades participadas procedían de la antigua Bancaja Habitat y en algunas de estas operaciones compartían intereses con el Banco de Valencia.
En el capítulo sobre la integración en BFA-Bankia de las siete cajas que integran la entidad, los peritos concluyen que el progresivo deterioro de la economía real ha provocado que los parámetros tenidos en cuenta para la estimación de las masas patrimoniales y evolución de los ingresos y gastos de los Planes de Integración hayan perdido vigencia.