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ENTREVISTA | Rubén Serrano, periodista

“Lo que une al 'Me Too' y al 'Me Queer' es que en ambos somos víctimas de una sociedad patriarcal”

Rubén Serrano, periodista

Laura Martínez

Valencia —

La etiqueta #MeQueer lleva varios días en lo más alto del ranking temático de Twitter. Miles de usuarios de la red han ido compartiendo experiencias de LGTBfobia, desde agresiones físicas hasta otras formas de violencia menos evidentes, como comentarios despectivos o miradas desagradables. O no poder decirle a tu abuela que tu pareja es de tu mismo sexo.

Arrancó el escritor alemán Hartmut Schrewe y la almohadilla tardó poco en ser viral. Miles de testimonios de agresiones, en carne propia o ajena, miles de “a mí también”. En España, el periodista de PlayGround Rubén Serrano recogió las historias en un breve reportaje y se lanzó a compartir las suyas. “De forma casi intuitiva”, cuenta el joven de Monòver (Alicante), a eldiario.es.

Hartmut Schrewe acaba de publicar un tuit de agradecimiento por difundir el #MeQueer... 

Sí, no sé cómo se enteró, pero el viernes me envió un mensaje para decirme que estaba sorprendido del éxito del haghstag en España, de que la alcaldesa de Barcelona o el ministro de Interior hubieran tuiteado. Es casi impensable.

¿A qué crees que se debe este 'boom' en España y los países hispanohablantes?

Creo que teníamos ganas de hablar. Siempre nos hemos callado nuestras historias de abuso, de discriminación… Por vergüenza, por miedo, o por no poder decirlas en voz alta porque nos causan algún conflicto. Se abrió una especie de espacio colectivo, un espacio seguro en el que contar nuestra historia. Nos lo callamos siendo casi cómplices de la violencia. Salió de la necesidad vital de expresarse.

¿Crees que las redes son un espacio seguro en el que hablar o más bien un foco de odio?

Son una comunidad segura en tanto que lo que te protege es la pantalla. Pero en Twitter, sobre todo, y también en Instagram hay trolls y mensajes de odio… Hubo muchas respuestas atacándonos, desacreditándonos, riéndose más… incentivando ese acoso desde una posición de superioridad que creen tener. Sí que creo que lo que abrió Twitter es una sensación de no estar solo, de creer que sólo te pasa a ti… Nos conectó como si fuera un abrazo colectivo.

¿Ves similitudes con el movimiento ‘Me too’?

Hablando con muchos activistas LGTB+ las similitudes son evidentes. Sí que es cierto que el ‘Me too’ se centraba en denunciar acosos y agresiones a las mujeres en su espacio diario y aquí hemos mostrado cualquier tipo de violencia que hemos sufrido, no sólo física y verbal. Hemos compartido comentarios, malos gestos, situaciones violentas. La similitud más esencial, lo que une al 'Me Too' y al 'Me Queer' es que ambos somos víctimas, que estamos oprimidos por una sociedad patriarcal y heteronormativa. Es el conflicto más evidente.

¿Crees que ahora estos movimientos, que ya caminan de la mano en muchas ocasiones, pueden hacerse juntos más fuertes?

Bueno... el primer Orgullo fue transfeminista. Partiendo de esa base... Sí que es cierto que parece que últimamente han ido menos paralelos o menos juntos de lo que deberían, pero muchas luchas LGTB beben del feminismo, ya que muchas mujeres feministas tienen una incidencia política en cuanto al sexo y género y es una lucha transversal.

Aunque ha pasado poco tiempo, ¿Crees que es algo puntual o que puede abrir una ventana de mayor reflexión a largo plazo, integral?

Es la gran pregunta que nos hacemos ahora. Para lo que puede servir es para incitar a un cambio de mentalidad y a un cambio cultural estructural. Por muchas formas jurídicas o legales que se hagan al respecto para paliar la LGTBfobia, el origen es un rechazo que se interioriza desde muy pequeños... Espero que estos testimonios conciencien a una persona, o a dos, o a cien mil... Que se vea que es un problema social, que nadie tiene que tolerar esta discriminación.

¿A las personas que no sufren LGTBfobia esto les sirve para darse cuenta de discriminaciones que perpetúan en su día a día?

Indudablemente, sí. He recibido mensajes de gente de mi pueblo que me decía que ha abierto los ojos, que alguna vez ha hecho algún comentario y no consideraba que era homófobo y sí lo estaba siendo... Abrir esa reflexión, que la gente se replantee sus actitudes, ya es una victoria.

Empiezas recogiendo en un reportaje los testimonios en el extranjero y luego cuentas tu propia experiencia... ¿Cuál fue el detonante?

Creo que fue de forma intuitiva. Salió de la necesidad de expresarme. Empecé a compartir mis experiencias y vi cómo la gente se iba sumando de una forma impresionante... A la hora de empezar, en un viernes de agosto, ya éramos Trending Topic.

Supongo que es un sentimiento contradictorio ver que hay tanta gente que se atreve a compartir experiencias que guardaba y que a su vez sean tantas personas las que sufren a diario...

Creo que gana la sensación positiva. Hemos roto el silencio que nosotros nos poníamos al hablar de nuestra discriminación... Por supuesto que es doloroso, hay cosas horribles y sabes que son reales, que alguien las ha sufrido y probablemente solo. Lo bueno es que nos hemos unido para aplacarlo. Hay veces que hace falta señalar algo que está mal, y que puede ser muy evidente, para pararlo.

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