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Aparece oculta en el monte Aratz una escultura única de Basterretxea que llevaba 20 años desaparecida

La escultura desaparecida, en el lugar donde ha estado "escondida" estos 20 años, a solo 500 metros de la cima

Maialen Ferreira

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La mañana del lunes, 17 de mayo, Aritz Albisu decidió subir al monte Aratz, en el municipio alavés de Asparrena, tras dejar a sus hijos en el colegio. Albisu, que conoce bien la ruta para acceder a la cima de la montaña, esa mañana optó por improvisar e ir por un camino hasta el momento desconocido en busca de cuevas o setas. “Fue a buscar setas y se encontró un Rolex”, bromea la alcaldesa del municipio, Txelo Auzmendi, ya que en ese nuevo camino el vecino encontró la obra perdida durante 20 años del artista Néstor Basterretxea.

La escultura, de nombre ‘Araba’ se colocó en 1997 en la cima del monte Aratz, donde confluyen los territorios de Álava, Gipuzkoa y Navarra.  Se trata de una réplica en bronce única y firmada por el artista vizcaíno de la pieza que fue creada en madera en 1962 y que pertenecía a una trilogía con otras dos obras de nombre 'Bizkaia' y 'Gipuzkoa'.

Sin embargo, tras cuatro años en la cima de la montaña, desapareció. “No supimos si fue un robo o un sabotaje. Pasaron los años y nunca más se supo”, cuenta la alcaldesa a elDiario.es/Euskadi.

Según explica Albisu a este diario, se encontró la escultura concretamente a 500 metros de la cima, por un camino no frecuentado y en un lugar poco visible. “Si la gente pasase por ahí, no le daría importancia. Por el camino normal a la cima no se ve, estaba como escondido”, explica.

En aquel momento, tras ver “una figura rara junto a unas barras metálicas”, el montañero decidió tomarle una foto. Al volver del monte se la enseñó a su pareja, y ahí fue cuando empezaron a ser conscientes de que se trataba de algo importante. “Mi pareja se la fue enviando a varias personas y llegó a manos de la alcaldesa y ahí supimos que era la escultura desaparecida”.

El sábado de aquella misma semana sonó el teléfono de Txelo Auzmendi. “Me llegó un WhatsApp con una foto y sin ser consciente de que ya era casi media noche se lo reenvié rápido a Gorka Basterretxea, hijo de Néstor, el artista. Le puse ‘¿esto es lo que creo que es?’ Y lo era”, cuenta la alcaldesa desde el otro lado del teléfono, algo emocionada aún por el descubrimiento.

En la familia Basterretxea es difícil contener la emoción. Los hijos, que ahora viven en Vitoria y Hondarribia, se van a reunir próximamente para decidir qué hacer con la obra de su padre, fallecido en 2014. “Sentimos mucha felicidad. Después de tantos años acabas perdiendo la esperanza. Al principio la manteníamos, sobre todo los primeros años, pero con el tiempo lo acabas olvidando. Cuando vi el mensaje de la alcaldesa fue una alegría inmensa”, confiesa a este periódico Gorka Basterretxea, hijo del escultor.

Una vez localizada la pieza, que pesa cerca de 40 kg, organizaron la “operación rescate”, que ha tenido lugar este martes, 1 de junio, y en la que han colaborado vecinos del pueblo y un guarda forestal. “No tiene pinta de que se haya trasladado recientemente. Estaba en un sitio no frecuentado y ha podido estar ahí todos estos años. Está en buen estado, tiene algún golpe, pero pudo haberlo recibido cuando se la llevaron de la cima. No tenemos datos, pero no tiene sentido que se la hayan llevado y volver a traerla a ese lugar”, concluye la alcaldesa. Tras 20 años en paradero desconocido, por el momento, la obra se quedará en el Ayuntamiento de Asparrena hasta que la familia decida cuál será su nuevo destino.

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