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“Vamos a buscar el cara a cara con el PNV”

Una asamblea de un círculo de Podemos en Bizkaia. / Foto Podemos

Eduardo Azumendi

5 de febrero de 2014. Podemos forma sus primeros círculos de trabajo en Euskadi. Es la primera manifestación política en el País Vasco del movimiento indignado del 15-M. Nueve meses y un ‘tsunami’ político después, Podemos ya es un partido con todas las de la ley. “Aún recuerdo aquellos primeros días, en los que un grupo de 15 personas rodábamos de centro cívico en centro cívico buscando un sitio para poder hablar. Estaba naciendo Podemos en Euskadi”, recuerda con un punto de emoción Alberto García Álvaro, miembro de uno de los círculos de Vitoria.

Aunque Podemos-Ahal Dugu ya es una realidad en plenitud, cada círculo se “busca la vida” como puede. No hay sedes físicas ni nada por el estilo. “Todo se basa en la organización propia de cada círculo”, apunta Aitor Huarte, representante de un círculo de Podemos en Donosti. “Intentamos ayudarnos unos a otros, pero cada círculo trabaja de forma autónoma. Desde que somos partido como tal resulta más complicado disponer de alguna instalación municipal para reunirnos. Hay que pagar por cualquier local al Ayuntamiento”.

Básicamente los mismos problemas de logística por los que pasan sus compañeros en el resto de España. “Todo el mundo trabaja y colabora gratis”, confirma Huarte. Es economía de guerra. Llegado el caso, basta una colecta entre los participantes en una asamblea (como ocurrió en la que sirvió de presentación en Vitoria) para pagar los exiguos gastos de cartelería, fotocopias o alquiler de alguna sala.

En la actualidad, Podemos cuenta con más de 30 círculos en el conjunto de la comunidad autónoma. Un territorio en el que el escenario político es diferente al del conjunto del país, salvo Cataluña. Las encuestas y sondeos de intención de voto que han visto la luz hasta el momento siguen manteniendo a salvo a los partidos nacionalistas del mordisco electoral de Podemos. “Vamos a buscar el cara a cara con el PNV”, advierte el portavoz de Podemos en Bizkaia, Lander Martínez. “El PNV es casta pura y dura. Lleva casi 30 años en el poder y se ha creído que Euskadi y sus instituciones son su chiringuito. Es importante que se vayan”.

Derecho a decidir

Derecho a decidir“¿Mordisco al nacionalismo? Con los principios de Podemos debemos enfrentarnos electoralmente al nacionalismo sin miedo. A los euskaldunes militantes será más difícil de atraer, pero hay vertientes de nuestra formación que deben resultar atractivas para votantes de EH Bildu”, apunta Alberto García. Esa vertiente puede ser, entre otras, su declarado apoyo al derecho a decidir. “Todos estamos de acuerdo en defender el derecho a decidir. Pero desde el lugar al que quieres pertenecer hasta el modelo económico”, explica Martínez.

Pero, inevitablemente, este puede ser un punto de fricción interna en la formación. “Sí, estamos a favor del derecho a decidir, pero también hay que posicionarse de una manera concreta”, abunda Huarte. “Aún estamos en ese debate. No hay miedo a que se produzca una explosión interna por esta cuestión, pero es algo que queda pendiente”.

Aunque electoralmente Euskadi sea diferente al resto del país por la variable nacionalista. Podemos aspira a buscar los polos de descontento. “Es posible”, afirma Huarte, “que los políticos no estén tan desacreditados en el País Vasco como en el conjunto de España, pero la corrupción existe. Los constructores pagan a los políticos para que les adjudiquen las obras como en todos los sitios. A nivel municipal, el chanchullo es muy grande”.

Podemos ha venido a cambiar las cosas. Así de radical lo plantea García Álvaro, quien vivió su primera experiencia en un partido en el PSE, del que fue afiliado. “Desde siempre me gustó la política, pero no pasaba de las charlas en la barra del bar. Me picó el gusanillo al comprobar la fuerza que puede tener el colectivo durante el desarrollo de la 'Primavera Árabe'. Entonces me afilié al PSE en Vitoria. Pero me fui dando cuenta de que el debate brillaba por su ausencia y que a los dirigentes lo único que les interesaba era mantener sus puestos. Yo solo representaba un voto más para ellos. Me puse del lado de los críticos, pero era como chocar contra una pared. Al final, me expulsaron del partido cuando fui de apoderado con Podemos en las elecciones europeas”.

Pactos

PactosCuando sale a colación la cuestión de posibles pactos electorales, los integrantes de Podemos se dejan querer. Con su marca no van a concurrir a las elecciones municipales y forales, lo que deja el campo abierto a posibles apoyos puntuales a otras formaciones o la constitución en agrupaciones de electores independientes. El miedo a saber qué instancia decidirá cómo deben ser esos pactos ha llevado a algún círculo incluso a disolverse. Es el caso del círculo de Orkoien, en Navarra. “Acudí en Donosti a la última reunión de la plataforma Irabazi y me gustó la música. Pero todo está abierto en cuanto a apoyos”.

La prueba de fuego y la verdadera medida de Podemos serán las elecciones generales en España y las autonómicas en Euskadi. Imanol Zubero, doctor en Sociología y profesor en la Universidad del País Vasco, aplaude la irrupción de Podemos aunque solo sea por “haberlo removido todo. Lo que ocurra no será peor que lo que había”. Pero aunque los datos demoscópicos puedan colocar a Podemos como posible primera fuerza en las próximas elecciones generales “no es bastante como para gobernar sin pactos. Pactos que, una vez sentados en el Congreso de los Diputados, habrán de hacerse necesariamente con la ‘casta’. Pactos, acuerdos, apoyos o coincidencias, de mayor o menor alcance, pero dentro del mismo sistema que se pretende transformar. Así es la política democrática: que se lo pregunten a la izquierda abertzale”.

“Podemos”, añade Zubero, “ aún puede mejorar su porcentaje de votos, pero no debería confiar todo su margen de mejora a la corrupción aún por salir, sino a su propia capacidad de generar propuestas y de construir equipos de gestión”.

El peligro de una irrupción como la de este nuevo partido es que se convierta en un objetivo de los ‘paracaidistas’. Según Martínez, “no se impide la participación a nadie en las reuniones y las asambleas. Es verdad que a veces interviene gente que no nos gusta, que han formado parte de la vieja política. Como simpatizante o militantes pueden estar ahí, pero vamos a blindar los consejos de dirección para que no puedan tomar parte esos ‘paracaidistas’. Debemos evitar el intrusismo”.

Matilde Elexpuru, presidenta de la Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia, observa con curiosidad el fenómeno. “No debemos analizar Podemos. Lo que tenemos que analizar es por qué está Podemos ahí. Qué nos ha pasado o qué ha pasado a la gente que estaba mirando a unos conjuntos muy corrompidos. De ahí, lo normal es que haya respuestas y Podemos es una respuesta a esto que se nos rompe y que lo estamos viendo. Estoy segura de que las grandes empresas privadas no se echarán a temblar en caso de que ganen”. 

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