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Urkullu propone para la Euskadi del siglo XXI “retornar a la soberanía anterior a 1839” y la restitución de los fueros

El lehendakari, Iñigo Urkullu, este jueves en el Parlamento Vasco

Iker Rioja Andueza

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El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha apostado más por la historia y por la filosofía política que por las concreciones en su propuesta para superar el Estatuto de 1979, el apartado de su discurso de 80 minutos en el pleno de política general que celebra este jueves el Parlamento Vasco que más expectación había levantado en la previa. “Planteo una mirada al futuro desde la realidad histórica”, ha subrayado un Urkullu que ha retomado su idea de que Euskadi es una “nación foral” hasta el punto de plantear “retornar a la soberanía anterior a 1839”, que es el momento en que se “finiquitó” el “peculiar sistema democrático-representativo” de los territorios vascos para ajustarlo a la “unidad constitucional de la monarquía española”. Esta reflexión la ha hecho en castellano aunque la mayoría de su intervención ha sido en euskera (aproximadamente 55% y 45%).

El modelo ideal, según Urkullu, es que el marco de bilateralidad y amplios poderes que les ofrece a los territorios vascos el Concierto Económico -por el que se recaudan todos los impuestos y se abona un Cupo al Estado por los servicios que presta- se lleve a un Concierto Político, una suerte de reformulación del antiguo “pase foral” que permitía a las provincias vascas acatar pero no cumplir aquellas disposiciones estatales que no compartía. El lehendakari ha destacado que el Estatuto y la Constitución recogen esos derechos históricos ya y que permitirían una “reintegración foral, es decir, derogar definitivamente las leyes de abolición de los fueros y retornar a la soberanía anterior a 1839”. “Es una fórmula de Concierto que consolida un sistema político de convivencia -ha explicado-. Esta opción se puede abrir paso en el orden constitucional, estableciendo un instrumento que preserve la bilateralidad con garantías de cumplimiento de lo acordado. La base es un sistema concertado que impida la modificación unilateral del nuevo pacto político alcanzado”.

El PNV gobierna en Euskadi con el PSE-EE. En una primera valoración de urgencia de estas palabras, el parlamentario y también historiador Alberto Alonso se ha mostrado en Euskadi Irratia “sorprendido” con esta referencia histórica del siglo XIX para un debate del siglo XXI. En todo caso, los socialistas consideran que este debate no es prioritario en Euskadi. La vicelehendakari y secretaria general, Idoia Mendia, ya enfatizó también semanas atrás, cuando se empezó a retomar este debate, que no compartirían cualquier iniciativa de corte soberanista. La parte relativa al derecho a decidir y la reforma del Estatuto forma parte de las discrepancias pactadas de la coalición desde que se puso en marcha en 2016.

Urkullu, en todo caso, ha hecho más énfasis en el “autogobierno reconocido” y en sus retos que en el “autogobierno necesario”. El lehendakari ha recordado los avances logrados con el Gobierno de Pedro Sánchez, con el que ya tiene pactada la transferencia de Prisiones para el 1 de octubre y con el que confía en seguir recibiendo transferencias pendientes del Estatuto de 1979 de aquí a final de año. Pero también ha criticado la “erosión silenciosa” de las competencias autonómicas apoyándose en un libro de 700 páginas presentado la pasada semana y que, según Urkullu, constata que el Estado actúa de forma más o menos soterrada para “perseguir una nueva relación más uniformizadora” y una “recentralización del poder político”. “Progresar en el autogobierno no es solamente conseguir las transferencias pendientes. Es también volver la vista atrás para asegurar que el Estatuto de Gernika sigue vivo y sigue suponiendo el reconocimiento de la identidad del pueblo vasco, singular, diferenciada y constituida por la titularidad de los derechos históricos”, ha señalado.

Euskadi retoma en el nuevo curso político el debate sobre su encaje en España tras lo que Urkullu ha venido en llamar un “eclipse COVID” que ha hecho que la pandemia haya tapado otras cuestiones durante 18 meses. El dirigente del PNV se presentó a las elecciones de 2021 con la promesa de una consulta sobre un “nuevo estatus” en 2015 y desde Nueva York prometió en 2013 que en 2020 Euskadi habría ejercido el derecho a decidir. Hace casi una década opera una ponencia de autogobierno en el Parlamento que hasta 2018 no alumbró un acuerdo de bases para la superación del Estatuto de Gernika. Lo alcanzaron PNV y EH Bildu y tenía marcado acento soberanista, pero en 2019 el PNV optó por aproximarse a sus socios de Gobierno, al PSE-EE, y también a Elkarrekin Podemos. En medio, Catalunya, donde Urkullu ejerció de mediador para evitar la declaración unilateral de independencia y el 155. En el frontispicio de todas las intervenciones del lehendakari sobre esta materia siempre está la necesidad de que cualquier propuesta sea acordada con el Estado. También que cuente con un “consenso sólido” en el Parlamento Vasco, ha dicho este jueves.

El recorrido histórico de Urkullu no se ha limitado a los fueros. Ha pedido también que se recuerde que el 7 de octubre se cumplirán 85 años de la constitución del primer Gobierno autonómico fruto del Estatuto de la II República, que llegó ya en plena Guerra Civil. El lehendakari ha destacado que aquel primer gabinete permitió la “institucionalización” de las provincias vascas. Aquel Ejecutivo de José Antonio Aguirre pasó luego al exilio y tuvo una de sus sedes en París. Por ello, Urkullu quiere hacer coincidir la efeméride con la apertura de una nueva delegación en la capital de Francia que amplía una red que ahora mantiene 'embajadas' en Bruselas o América. “Es un nuevo hito en una nuestro proceso de internacionalización y, con ello, le hacemos un homenaje al primer Gobierno vasco, pues mantuvieron en el exilio la llama de la libertad en las cuatro décadas largas de dictadura”, ha solemnizado.

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