Una ventana a lo que tu historia esconde: Aitor Saraiba da rienda suelta a su arte en Bilbao con su taller 'Autobiografías'
“Que la normalidad sea la que sea, pero que mientras estas horas duren sea la que nosotros queramos. Que juguemos, sobre todo en un momento tan oscuro como este”, con estas palabras, Aitor Saraiba (Talavera de la Reina, 1983) siembra la ilusión en los ojos de los 12 asistentes a su taller “Autobiografías” que el artista ha impartido los días 10 y 11 de noviembre en Bilbao, en la sala Mediateka BBK de Azkuna Zentroa.
“¿Cuál es tu mejor recuerdo de la infancia?”, “¿cómo fue el día en que naciste?” o “¿qué harías si fuera tu último día en la tierra” son tres de las preguntas que Saraiba hace para que los asistentes se vayan conociendo unos a otros -e incluso a ellos mismos- a través de la escritura y la ilustración. De esta manera, uno a uno, las 10 mujeres y los 2 hombres que asistieron al curso de cuatro horas de duración repartidos en dos días iban detallando su historia.
“El dibujo me ha ayudado a poner en imágenes emociones y sentimientos que con palabras no sé explicar”, cuenta a sus oyentes, que, de forma diferente, pero con puntos en común describían en sus relatos recuerdos de la infancia en la que, de forma casual, en todos ellos, la naturaleza y la familia eran los protagonistas. O aquellos relatos sobre su último día en la tierra, que contaban con la comida como punto en común, aunque cada historia, como quien la escribía, fuera distinta.
“Soy fan de la gente que escribe en cafeterías o de lo que escribimos cuando hablamos por teléfono porque es ahí cuando somos más reales”, explica al repartir hojas en blanco y lápices de colores ya utilizados por otras personas, para que así no tuvieran miedo a “destrozarlos”. “Todos tenemos un cuaderno caro o un bolígrafo o pluma elegante que guardamos para una gran ocasión, pero esa ocasión luego no llega nunca”, enfatiza.
Describir a Saraiba no resulta sencillo. Es poeta a la vez que ilustrador y escritor, pero también realiza esculturas y piezas con textiles y pinta murales. Firme defensor de que en cada esquina del barrio hay una historia, no pretende dar una clase en la que tras escucharle su público se pregunte eso de “muy bien, ¿y ahora qué?”. En su lugar, opta por hacer que cada historia que resuene en la sala -así como la persona que la cuenta- sea la verdadera protagonista.
“Me hace gracia la gente que viaja al Polo Norte a contar historias de tribus lejanas cuando no conoce ni a sus vecinos. Y anda que no hay historias y aventuras dentro de un bloque de vecinos”, se sincera, mezclando consejos de artista con cuestiones cotidianas que sirven a aquellos que siempre han tenido el gusanillo de escribir, pintar o dedicarse a cualquier cosa que les llene el alma.
Laurita no se lo pensó dos veces cuando Aitor –que ya era amigo suyo- le animó a participar en el taller. “Ha sido una forma de reconectarme yo y de volver a tenerle conmigo, de volver a conocerle a él”, explica tras finalizar la última clase. “Me quedo con muchas ganas de sentarme a dibujar y a escribir. De rascar en mi familia y crear algo sobre mis antepasados, como un collage de fotos para que mis hijos conozcan su historia”, cuenta mientras enseña las creaciones que han cogido forma a lo largo de los dos días de curso.
Al otro extremo de la sala, más separas entre sí de lo normal por la necesidad de guardar la distancia de seguridad, Arantza Sinobas descubre su talento con la pluma. “Estoy en un periodo de transformación en mi vida y pensé que por qué no jugar con la ilustración y la escritura. Cuando Aitor me ha dicho que parecía escritora me he sorprendido, porque no lo soy, pero parece como que últimamente las cosas que me ocurren me están llevando o animando a escribir mi historia y después de esto, puede que lo haga”, explica la actriz y periodista.
Y es que, como bien explica este artista, autor de novelas gráficas como ‘El hijo del Legionario’, 'Pajarillo' o ‘Nada más importa’, “por mucho que lo veas en las películas o que te lo cuente tu amiga, hasta que tu novio no te deja por WhatsApp no sabes lo que es que te dejen por WhatsApp”, por ello más allá de la historia o del evento lo que importa es la perspectiva de cada uno, cómo lo ve y qué siente cuando lo vive cada protagonista y eso es lo que pretende transmitir con cursos como este.
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