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Récord en India, sucesión de brotes en Corea del Sur y África se acelera: un vistazo a la semana que deja la COVID-19

Trabajadores migrantes vuelven de sus pueblos a la ciudad tras el levantamiento del confinamiento en India

Icíar Gutiérrez

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India no termina de doblegar su curva de contagios a medida que sale del confinamiento de 1.300 millones de personas. Algo parecido ocurre en Brasil, cuya desescalada avanza a pesar de que el virus no da señales de remitir. La Organización Mundial de la Salud ha dejado claro que aunque en Europa no sea así, la pandemia está empeorando a nivel global, y se está acelerando en los países de ingresos bajos y medios. Mientras tanto, en Corea del Sur tratan de luchar contra varios grupos de casos surgidos en centros de trabajo, instalaciones deportivas e iglesias.

Te resumimos lo más destacado de la semana:

El segundo país más poblado del mundo ya es el cuarto con más casos de coronavirus. Hablamos de India, que esta semana ha registrado un nuevo aumento récord de infecciones confirmadas en un solo día. La nación asiática ronda los 300.000 casos acumulados de coronavirus, por encima de Reino Unido, España e Italia, pero ha contabilizado un número de muertes inferior a estos países, menos de 9.000 fallecidos.

La curva de contagios en India continúa en trayectoria ascendente y las autoridades –que aseguran que se están efectuando más de 150.000 pruebas diarias– reconocen que el final aún no está a la vista. Sin embargo, el país ha puesto fin esta semana a un confinamiento de casi 70 días, con una primera fase de apertura de la mayoría del transporte público, oficinas y centros comerciales. Una de las mezquitas más grandes del país, Jama Masjid, ha vuelto a cerrar sus puertas hasta finales de mes debido a la propagación del virus en Delhi.

Volvemos una semana más a América Latina porque el virus parece avanzar imparable en Brasil, epicentro de la pandemia en la región, que protagoniza de nuevo titulares estos días. Con más de 41.000 fallecimientos confirmados de pacientes con coronavirus, el país se ha colocado en la segunda posición global en número de muertes, solo por detrás de EEUU. Ambos países han empujado al continente americano por encima de Europa en total de fallecimientos. Brasil prosigue con su desescalada en un momento en el que ha registrado durante varios días seguidos más de 30.000 casos nuevos en 24 horas.

El Gobierno de Jair Bolsonaro ha provocado confusión y desconfianza esta semana tras polémicos cambios en la forma de informar sobre los casos y muertes que muchos han considerado como un intento de ocultar o disimular el alcance de la pandemia. La Corte Suprema determinó que el Ejecutivo brasileño debe volver a divulgar los datos de manera consolidada, como lo venía haciendo antes.

Otra fuente de preocupación es Perú, segundo país latinoamericano con mayor número de casos, que esta semana han aumentado por encima de 200.000 entre altos niveles de pobreza y trabajo informal que complican los esfuerzos de cuarentena. Y Argentina ha confirmado por primera vez estos días más de 1.000 infecciones diarias desde desde el inicio de la pandemia, que ya ha dejado más de 27.000 contagios. El foco es el Área Metropolitana de Buenos Aires, que abarca la capital y su amplio cordón urbano en el que viven cerca de 13 millones de personas. “Lo peor está por venir, todavía tenemos la montaña por delante”, ha dicho el ministro de Salud de la ciudad de Buenos Aires, informa EFE.

Nos asomamos también a Nicaragua, donde el número de casos ha aumentado en las últimas semanas, aunque el total se mantiene por debajo de los 2.000. Preocupa la gestión del Gobierno, que insisten en que han evitado el avance del coronavirus. En marzo, mientras otros países tomaban medidas de distanciamiento, los líderes nicaragüenses convocaron una serie de marchas y mítines. Según explica este reportaje de The Guardian, al menos 60 de sus colaboradores o cargos afines han fallecido o han desaparecido de la escena pública.

En todo el mundo ya han fallecido más de 400.000 personas como consecuencia de la pandemia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recordado que la mayoría de los casos provienen de un grupo de países en América y el Sur de Asia. También hay número creciente de contagios en partes de Europa del Este y Asia central. Y la mayoría de los países de África, según la agencia de Naciones Unidas, todavía experimentan un aumento en el número de infecciones de COVID-19.

La OMS ha asegurado que la pandemia se está acelerando en el continente africano: pasaron 98 días hasta llegar a 100.000 casos y solo 18 días para pasar a 200.000. Diez de Estados de la región están actualmente impulsando el aumento de las cifras. Más del 70% de las muertes se están produciendo en solo cinco países: Argelia, Egipto, Nigeria, Sudán y Sudáfrica, que es el más afectado, concentrando el 25% del total de casos del continente.

“Por ahora, África sigue representando solo una pequeña fracción de los casos en todo el mundo”, ha dicho Matshidiso Moeti, director regional de la OMS para África. “Pero el ritmo de la propagación se está acelerando. La acción rápida y temprana de los países africanos ha contribuido a mantener las cifras bajas, pero es necesario mantener una vigilancia constante para evitar que COVID-19 abrume los centros de salud”.

El organismo indica que muchos países africanos se apresuraron a tomar decisiones difíciles, como establecer confinamientos y medidas de distanciamiento físico o higiene de las manos, así como a practicar test, el rastreo de contactos y el aislamiento de los casos. Pero en las últimas semanas los países han empezado suavizar los confinamientos para reanudar algunas actividades económicas y sociales, ya que esas medidas han tenido un “grave impacto”, sobre todo en las comunidades más vulnerables, explica la OMS, que recuerda que el levantamiento de las restricciones debe ser un “proceso controlado” que ha de combinarse con extensas pruebas de detección.

La OMS considera que la pandemia “está empeorando” a nivel mundial, aunque la situación en Europa “esté mejorando”. A pesar de todo, insisten en recordar que la mayor amenaza ahora es la complacencia. Desde el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) han dejado claro que la pandemia “no ha terminado”. Si bien creen que ola inicial de transmisión ha alcanzado su punto máximo en todos los países, excepto Polonia y Suecia, han pedido a las autoridades nacionales que pongan en marcha medidas para evitar el resurgimiento de la COVID-19: “Justo antes del período de vacaciones de verano, a medida que los Estados Miembros flexibilizan las limitaciones, existe el riesgo de que las personas no se adhieran firmemente a las medidas recomendadas que siguen vigentes debido al 'cansancio del aislamiento”.

Los países europeos continúan dando pasos para salir del confinamiento. Esta semana hemos sabido que Francia levantará su estado de emergencia el 10 de julio. Dinamarca ha dicho que abrir sus bares, restaurantes y centros comerciales no había provocado un aumento de las infecciones. Tras dos meses, Moscú, con 13 millones de habitantes, ha levantado parcialmente su confinamiento a pesar de que Rusia sigue informando de miles de nuevos casos nuevos diarios.

Austria reabrirá su frontera con Italia la semana próxima. En este último país, el Gobierno de Giuseppe Conte ha firmado un decreto para recuperar más actividades en la desescalada. A partir del próximo lunes, se podrán reanudar las competiciones deportivas a puerta cerrada. También podrán abrir sus puertas cines, teatros y conciertos, aunque con asientos espaciados y respetando la distancia de al menos un metro, por lo que se debe reducir el aforo de los mismos. Las entradas serán limitadas en los espectáculos: se podrán acoger un máximo de 200 espectadores en interior, y hasta mil si son al aire libre. Lo que sí se retrasa un mes más es la reapertura de las discotecas, prevista en un primer momento para el lunes pero ahora para el 14 de julio.

Corea del Sur, un país modelo en su respuesta a la COVID-19, sigue ilustrando al resto del mundo los desafíos de relajar las restricciones. Las autoridades temen un fuerte resurgimiento de la enfermedad y han suplicado a los ciudadanos que extremen las precauciones mientras lidian con varios grupos de casos detectados en el área que envuelve a Seúl, que dejan a diario unas 50 infecciones nuevas. Ha habido contagios en centros de trabajo como almacenes de logística y empresas de venta puerta a puerta, en reuniones religiosas e incluso en un gimnasio de ping pong. Este viernes ya han anunciado que las medidas que se endurecieron hace unas semanas en la región de la capital se mantendrán hasta nuevo aviso.

Si por algo ha destacado Corea del Sur es por haber movilizado agresivamente herramientas tecnológicas en su respuesta. Esta semana, el país asiático ha estrenado un nuevo sistema de códigos QR para lugares como bares, discotecas o cibercafés con el objetivo de rastrear mejor posibles contagios.

Y de Corea del Sur, a Nueva Zelanda, donde los ciudadanos se despertaron este martes sin restricciones en su vida diaria por primera vez desde finales de marzo después de que el último caso conocido de COVID-19 del país se recuperara. Ahora está permitido abrazar y besar, estar hombro con hombro en los conciertos, rezar en grandes grupos en mezquitas e iglesias, asistir a partidos de rugby o a bodas grandes. fiestas o funerales. Si quieres saber más de un país que parece haber eliminado el virus, dos de los principales epidemiólogos que diseñaron la estrategia explican los detalles en este artículo.

Además, te contamos algunos de los consejos que ha dado el ayuntamiento de Nueva York para que las prácticas sexuales sean seguras durante la pandemia. ¿Qué recomiendan? Evitar los besos con personas más cercanas, “ser creativos” con las posturas para minimizar el contacto y el uso de mascarilla. “Tal vez sea lo tuyo, tal vez no, pero durante el COVID-19 usar una cobertura facial que cubra tu nariz y tu boca es una buena manera de añadir una capa de protección durante el sexo”, dicen.

Y más sobre mascarillas, porque la pandemia puede aumentar la contaminación de los océanos y el exceso de desechos plásticos que ya amenaza la vida marina, según han advertido varios ecologistas tras encontrar mascarillas desechables y guantes de látex flotando como medusas o desperdigados en el fondo marino.

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