Sesión de control en la Asamblea de Madrid: Ayuso contra el mundo
Se ha convertido en una tónica habitual de cada jueves durante la sesión de control al Gobierno regional en la Asamblea de Madrid. Isabel Díaz Ayuso carga a diestro y siniestro contra la oposición, incluso contra Vox, el socio que la invistió y con los que sacó adelante sus primeros presupuestos como presidenta de la Comunidad de Madrid. Los reproches de la dirigente del PP contra la formación de extrema derecha han sido este jueves para recordarles que “la delincuencia no está relacionada con el origen de las personas”, en referencia a los últimos sucesos que terminaron con la vida de dos jóvenes, uno de ellos menor de edad, por un enfrentamiento entre bandas. “No dejan una y otra vez de mezclar los Menas con todo”, lamentaba Ayuso frente a las acusaciones racistas de la portavoz de Vox, Rocío Monasterio.
La dirigente autonómica ha defendido que se tratan de “hechos puntuales de inseguridad” y le ha pedido a Monasterio que dejen de “confundir a los menas con todo”, ya que estos últimos hechos se han producido a “manos de bandas juveniles españolas”. “Muchas de esas personas en el caso de bandas latinas son inmigrantes de segunda generación tan españoles como Abascal, como usted o como yo”, ha lanzado la presidenta regional.
Esta respuesta contundente de la presidenta madrileña contra las provocaciones xenófobas de la extrema derecha han servido a la izquierda para recordarle que son sus socios de Gobierno y que no debería depender de ellos: “No puede gobernar con la ultraderecha si piensa eso”, le decía el portavoz socialista, Juan Lobato al recoger el turno de palabra. “Tenga cuidado con sus discursos que está a poco de llamarse a sí misma socialcomunista”, lanzaba la líder de la oposición y portavoz de Más Madrid, Mónica García durante su intervención.
Estas palabras que enfrentan a Ayuso con su socio de pactos no han impedido que después cargara con el resto de la izquierda: de nuevo en sus soflamas estaba la ocupación de viviendas, un tema recurrente para la presidenta madrileña, ETA y de nuevo los abusos sexuales de la Iglesia a menores para decir que este es un asunto que ahora utiliza la izquierda para tapar otras cuestiones.
Ayuso empezaba su interpelación a la coportavoz de Unidas Podemos, Alejandra Jancito, anunciando que su oficina 'antiocupación' se pondrá en marcha el próximo mes de marzo. “La oficina anti-sus amigos”, ha dicho, “y vamos a ayudar a las policías locales, a los jueces, a los fiscales, pero especialmente a los propietarios de esas viviendas que sus amigos ocupan y a los que están defendiendo siempre que gobiernan, para que abandonen rápidamente sus propiedades”. Durante su intervención en el Pleno regional, Jacinto había pedido una normativa regional de vivienda frente al “ladrillo y la especulación”.
ETA, ETA y ETA. No hay intervención pública de la presidenta madrileña que no mente a la banda terrorista, un arma política recurrente de la derecha más de 10 años después del cese de la violencia. “Dentro de no muchos años ETA gobernará en el País Vasco y será su partido el primer cómplice porque les están alimentando”, le decía Ayuso al portavoz del PSOE, Juan Lobato, que preguntaba por el interés del Gobierno en la industria madrileña.
Ayuso hablaba entonces de la subida del SMI a mil euros que el gobierno ha pactado con los sindicatos y de la reforma laboral. “¿Con quién la han pactado?”, se preguntaba la presidenta regional que lleva alimentando los últimos días que se ha acordado con nacionalistas y Bildu cuando estos votaron en contra y es una reforma que por primera vez cuenta con un amplio consenso social ya que incluye a patronal y sindicatos.
Ya en el turno de respuesta a Mónica García, la cosa terminaba por desmadrarse. La portavoz de Más Madrid le recordaba sus recientes palabras asegurando que la pederastia en la Iglesia son “errores” que se cometen en todas las instituciones. “No le puedo perdonar que usted justifique y blanquee la violación de niños. En sus tres minutos, usted puede enmendarse a sí misma y repetir: ”violar niños no es un error, es un delito“, le reprochaba García. A lo que Ayuso respondía: ”No se trata de Franco, se trata de cuestionar la Transición. Ni de cuestionar al rey don Juan Carlos, sino la unión que representa la monarquía constitucional. Y no se está cuestionando a la Iglesia, sino a la iglesia católica, que es la más perseguida hoy en el mundo“.
Pero la pregunta de García daba para más y le recordaba a Ayuso la ingente cantidad de contratos a dedo que se están adjudicando por parte del Gobierno regional, algunos a personas del entorno de la presidenta madrileña. “La empresa Asseco, donde ejerce como directivo su expareja, ha pasado de facturar 5.000 euros a facturar medio millón de euros en el tiempo que usted lleva de presidenta. La empresa en la que ejerce su hermano ha pasado a facturar diez contratos a dedo desde que usted es presidenta. Todo este regadío de contratos a dedo a familiares y amigos ocurría mientras ustedes dejaban de gastar 821 millones en Sanidad y 32 millones en exclusión social en lo peor de la pandemia”, ha criticado Mónica García durante la sesión de control.
“Hoy la sororidad de la portavoz de Más Madrid ha dejado bastante que desear, porque para hablarme de los insultos ha tenido que sacar a pasear a mi expareja y a mi hermano... le ha quedado un discurso maravilloso”, respondía Ayuso que retaba a la portavoz de Más Madrid a demostrar irregularidades en las adjudicaciones a sus allegados: “Yo le animo a que demuestre una sola prueba de que yo tengo nada que ver o alguien de mi gobierno con algún contrato a alguien de mi de mi entorno. Y si no, debería de dimitir por falsa”.
Un pleno más en el que la presidenta habla poco de los problemas de los madrileños y arremete contra todo y todos.
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