Conde Duque lanza más de 100 propuestas hasta enero: teatro, instalaciones, talleres y muchos, muchos conciertos
La nueva programación de Conde Duque acaba de aterrizar en las salas de este centro cultural con una enorme colección de propuestas escénicas, musicales y expositivas para intentar seguir manteniendo a este espacio como uno de los centros culturales más estimulantes de toda la ciudad. Es difícil escoger entre las más de 100 actividades que se presentaron este jueves, aunque tal vez lo que más destaque sea la programación estable de conciertos, con 26 actuaciones (más de una cada semana) que arrancan este mismo sábado.
Suena Conde Duque es el nombre que sigue agrupando este ciclo con el que su comisario, Pedro Portellano, quiere “huir de la festivalización” que suele acompañar a la música en los centros culturales y que, por el contrario, plantea un proyecto plural y una programación ecléctica en la que cabe desde el talento vocal de María Rodés hasta la gira de despedida de Pere Ubu, pasando por la electrónica de Fatima Al Qadiri.
Las artes escénicas son otra de las grandes protagonistas del centro, con un numeroso grupo de propuestas que exploran lugares poco habituales como el teatro documental Mining Stories, de Silke Huysmans y Hannes Dereere; y Gentry, que aborda el fenómeno de la gentrificación desde la mirada de Mos Maiorum. Otras obras saldrán de los límites del escenario para ocupar lugares como la Sala de Bóvedas (con Tiestes, de Grumelot) o lugares insospechados dentro del ciclo Dame cuartelillo. Las instalaciones y audiovisuales también tomarán espacios atípicos, como el inminente festival de videoarte Proyector 2019 que visitará desde este viernes el muro o el patio central.
La poesía, que asomó por la programación de Conde Duque en años anteriores, toma esta temporada mayor protagonismo con el ciclo Poesía sin Cuartel, del colectivo Masquepalabras, y los martes poéticos en el torreón, Desde las alturas, con sesiones para 40 personas en un escenario aéreo imposible de encontrar en otro lugar de Madrid.
La apuesta por los niños y adolescentes sigue siendo una de las señas de identidad en esta nueva etapa del centro, y se incrementa con la creación de La Chavalería, una línea de programación dedicada especialmente a estos colectivos: obras como Momo, El mago de Oz, circo, el concierto de Noa Lur o Mi primer festival de cine forman parte de esta oferta, que también incluye la vuelta de los talleres de La casa del vacío. Además habrá actividades periódicas de acceso libre como clases de yoga y de swing, un seminario de historia de la ciudad de Madrid y el programa Encuentros con lo Sutil, propuestas de ocio sostenible para todo tipo de públicos.
Un 45% más de espectadores
Además de desgranar los detalles de toda la programación, que incluye un importante apartado de residencias artísticas e iniciativas de apoyo a la creación, los directores del centro cultural, Isla Aguilar y Miguel Oyarzun, destacaron que durante la primera parte del año la asistencia a espectáculos subió un 45% con respecto al mismo periodo del año pasado y aprovecharon para pedir “tiempo” para su proyecto, que se inició hace ahora un año y que, a su juicio, necesita “afianzarse y despegar” para demostrar todo su potencial. También afirmaron que van a “seguir trabajando” por montar el proyecto de cafetería que imaginaron en su día y que ahora está en el aire.
Sus palabras las escuchaba la directora de Programas y Actividades Culturales del Ayuntamiento de Madrid, María Ballesteros, representante del nuevo equipo municipal que tendrá que decidir si mantiene -o incluso aumenta, como le solicitaron durante la presentación- los 1,7 millones con los que actualmente cuenta de presupuesto Conde Duque. También pudo escuchar los aplausos del numeroso público que acudió a la presentación de la programación de la temporada y la encendida defensa del proyecto de Aguilar y Oyarzun por parte de Jaime Vallaure, miembro de Los Torreznos y artista asociado al centro “y también asociado al riesgo”, dijo en relación a sus originales propuestas que en varias ocasiones han forzado los límites de Conde Duque para ofrecer al espectador una experiencia que no se puede encontrar hoy en día en ningún otro lugar de Madrid.
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