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“El mayor problema del G7 de Biarritz para nosotros es la afección al tráfico”

Pintadas contra el G7 y a favor de la libertad de circulación en la frontera con Francia

Iker Rioja Andueza

Francia ejerce en unos días de anfitriona de la reunión del G7 de 2019, que sienta a los mandatarios más poderosos del planeta y para cuya celebración se ha elegido la localidad vascofrancesa de Biarritz. Pero su cercanía con la frontera española y el hecho de que algunos actos de la “contracumbre” tengan lugar en Irún han obligado tanto a las autoridades de este lado de la muga a preparar un dispositivo especial de seguridad entre el 21 de agosto -cuando arranca la agenda alternativa- y el 26 de este mes -cuando acaba la cumbre oficial-. En el caso de la comunidad autónoma vasca, la Ertzaintza trabaja en coordinación con las Fuerzas de Seguridad del Estado y con Francia. Hasta 4.000 agentes autonómicos son susceptibles de ser movilizados en algún momento durante esos días, incluidas las unidades especiales, pero la Policía vasca confía en que “el mayor problema” sea “la afección al tráfico” porque “el foco está en Biarritz”, en palabras del 'número dos' del Departamento de Seguridad, Josu Zubiaga.

El viceconsejero, en una entrevista con este periódico, reconoce que el G7 acarreará “efectos colaterales” en la zona fronteriza, lo que ha obligado a tener “un dispositivo preparado”. Si las Fuerzas de Seguridad del Estado aseguran haber enviado una dotación extraordinaria de un millar de efectivos a Irún para colaborar con Francia en el control del paso fronterizo -y han suspendido vacaciones en el personal ya destinado allí-, a la Ertzaintza le compete el control del “orden público” y del tráfico. Zubiaga explica que ya se están notando “más controles de seguridad en carretera” y que esa labor se incrementará conforme se acerquen las fechas clave.

Incluso hay preparados planes de contingencia ante un cierre total de la frontera y se recomienda a los conductores y transportistas que usen pasos alternativos, algunos tan distantes como La Jonquera en Cataluña. Este dispositivo está coordinado con la Dirección General de Tráfico. La cumbre y la contracumbre coinciden, además, con la operación retorno de las vacaciones estivales, una época de intenso tráfico en un corredor natural entre Portugal y África con Centroeuropa.

“El mayor problema del G7 de Biarritz para nosotros es la afección al tráfico”, insiste Zubiaga, aunque destaca que la Ertzaintza lleva tiempo trabajando en todos los posibles escenarios. Dentro de su ámbito territorial se incluyen las actividades convocadas por las plataformas anti-G7 en la zona de Ficoba, en Irún, muy cerca de la frontera. La contracumbre tendrá su punto álgido con una manifestación en la zona de la frontera hispanofrancesa. Precisamente este lunes se han presentado todos los actos programados, incluidas también charlas del líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, o de la dirigente de ERC fugada Marta Rovira. Los organizadores de la cumbre alternativa -un centenar de partidos, sindicatos y colectivos sociales como Podemos, EH Bildu, Sortu, Ernai, IU, ESK, Steilas, LAB, Hiru, Bilgune Feminista, Gilets Jaunes G7, Stop Desahucios Bidasoa y Ongi Etorri Errefuxiatuak- han hecho un llamamiento a que todas las acciones de protesta sean “pacíficas” y se desarrollen sin incidentes. A la vez, han pedido a las fuerzas de seguridad que no realicen “provocaciones” y que actúen de manera “medida”.

Zubiaga confía también en que todo transcurra con normalidad, más teniendo en cuenta que el punto crítico es la propia Biarritz, que quedará blindada literalmente en el entorno del escenario de la cumbre y del hotel que acogerá a Donald Trump, Boris Johnson y otros líderes mundiales. En todo caso, desde el 21 al 26 de agosto habrá un centro de operaciones específico en la comisaría de Irún, reforzada como la de Donostia en esas fechas, y una mesa de seguimiento en la base principal de la Ertzaintza en Gipuzkoa, la de Oiartzun. Igualmente, se intensificará la labor de coordinación del denominado CCPA, la comisaría conjunta de Hendaya en la que se sientan las fuerzas de seguridad francesas y las españolas, incluida la Policía vasca, y que habitualmente permite intercambiar datos de vehículos o criminales que puedan cruzar la frontera. 

El máximo de personal operativo en esas fechas será de 4.000 ertzainas de una plantilla de algo menos de 8.000 efectivos, según viene informando el Gobierno vasco en los últimos días. En una jornada electoral la dotación activa es de 5.000 personas. Sin embargo, no se concreta la cantidad adicional de personal con motivo del G7 -son también fiestas en Bilbao, por ejemplo-, aunque sí que se han incrementado los llamamientos al personal de libranza -pero respetando las vacaciones concedidas-. Estarán activadas, además de las unidades de Seguridad Ciudadana y Tráfico, equipos de Intervención, Caninos o Información. 

Fuentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado, por su parte, indican que el dispositivo especial es un dato “confidencial” pero, en todo caso, coinciden con la Ertzaintza en que el foco de los posibles problemas se concentrará en suelo francés. Estas fuentes señalan que se podrían concentrar en el entorno de Biarritz antisistemas, anarquistas y 'chalecos amarillos'. 

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