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Los sindicatos de Osakidetza endurecen su desafío con un paro de dos días

Trabajadores de Osakidetza se manifiestan durante una jornada de huelga.

Eduardo Azumendi

Osakidetza parece abonada al conflicto laboral en los últimos años. Las movilizaciones se han sucedido, pero ahora los sindicatos han endurecido su desafío a la dirección del Servicio Vasco de Salud convocando dos días de huelga general en la red pública: el jueves 23 de abril y el viernes 24. Las centrales han optado por recrudecer el conflicto ante la convicción de que la dirección no “tiene voluntad de negociar materias esenciales”. ¿Cuáles son esas cuestiones? Pues, básicamente, la aprobación de una Oferta Pública de Empleo con 3.000 plazas, acelerar las sustituciones del personal laboral que cae de baja y el pago de los pluses prometidos por la carrera profesional, suspendidos desde hace dos años por su elevado coste económico.

La resaca de las movilizaciones protagonizadas por los sindicatos en los últimos meses ha sido dura, tanto en las centrales como en la dirección. Y, además, no ha servido para variar las posiciones. El nivel de conflictividad alcanza su punto máximo con una huelga de dos días, aunque la confianza de la dirección de Osakidetza es minimizar los efectos del paro. El consejero de Salud, Jon Darpón, ha recordado a los trabajadores lo afortunados que son por la “seguridad y las condiciones laborales” de las que disfrutan, bastante mejores que en el sector privado. “¿En qué sector se trabaja por debajo de las 1.600 horas en Euskadi? ¿En qué sector hay más seguridad en este momento que en la Administración pública?”.

Sin embargo, los mensajes de Darpón no han hecho mella en la unidad sindical, una de las claves para sostener las movilizaciones. Excepto en las exigencias sobre el ritmo de euskaldunización de la plantilla (donde cada sindicato mantiene una posición), en el grueso de las reivindicaciones hay unanimidad. En primer lugar, los sindicatos reclaman una OPE con 3.000 plazas para paliar la “escasez de personal”. Por su parte, Osakidetza sigue adelante con una oferta de 1.100 plazas repartidas en dos OPEs (una correspondiente a 2014 y otra a 2015).

El segundo elemento de discordia gira en torno a las sustituciones del personal que cae de baja. Las centrales reclaman que sea desde el primer día, pero Osakidetza solo ofrece el reemplazo desde el primer momento del personal de los ambulatorios que tenga asignado el cupo máximo de tarjetas sanitarias, salvo en los periodos vacacionales, en los que decae la afluencia de pacientes a los centros de salud. En cuanto al pago de los pluses por el reconocimiento de la carrera profesional para los 7.000 trabajadores que se presentaron a una evaluación interna en 2012, Osakidetza ha anunciado su intención de empezar a pagar a partir de octubre.

Servicios mínimos

Servicios mínimos“Queremos recuperar”, recalcan los sindicatos, “el empleo perdido en Osakidetza, trabajar con cargas de trabajo aceptables, mejorar el servicio de salud y eliminar las discriminaciones salariales entre trabajadores. Para eso es necesario conseguir un acuerdo que suponga la creación de empleo y su estabilización, mediante la reducción de la jornada laboral, el restablecimiento de los criterios de sustituciones anteriores y la convocatoria de OPEs”.

La orden de servicios mínimos aprobada por el Gobierno vasco para los dos días de huelga fija para los hospitales el mismo personal de un día festivo, pero establece que se puedan dar altas médicas y se mantengan los servicios de diálisis y los tratamientos oncológicos predeterminados e indemorables. En atención primaria –ambulatorios y centros de salud–, tendrá que trabajar el mismo número de profesionales que hay un sábado en aquellos consultorios que abren este día.

En los servicios de Emergencia y los puntos de atención continuada (PAC) no se puede hacer huelga. Se trata de una orden de mínimos idéntica a la dictada para las jornadas de paros que se celebraron en noviembre y diciembre del año pasado y que los sindicatos ya tildaron de “abusiva”.

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