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Los cinco gestos que puede hacer Pedro Sánchez con Andalucía para mantener el pacto de no agresión con Díaz

Pedro Sánchez ha hablado con el Rey

Lucrecia Hevia

La satisfacción por volver a ver al PSOE al frente del Gobierno de la nación siete años después era evidente este viernes entre las filas de los socialistas andaluces. “Lo importante es que hoy ha salido Rajoy y volvemos a gobernar”, comentaba un miembro del partido en la región.

Por un día, o unas horas, han quedado en segundo plano los continuados y recurrentes desecuentros entre Susana Díaz y Pedro Sánchez que terminaron con unas durísimas primarias en las que la andaluza sufrió su más importante derrota, y que desde entonces se han traducido en un aparente pacto de no agresión. Un pacto de no agresión conveniente, de momento, para ambas partes: Sánchez, con un panorama complicado de aliados variopintos y con muchas esperanzas puestas en una gestión con poco margen de maniobra; Díaz, con unas elecciones a la vuelta de la esquina donde la fractura interna no da votos.

“No importa cómo se llame el presidente, es un socialista”, afirman. Han cerrado pues filas entorno al nuevo presidente del Gobierno en privado y en público, como se ha visto en las felicitaciones en redes sociales y en vídeo (Díaz ha tardado apenas un minuto en lanzar un tuit saludando la presidencia de Pedro Sánchez). Es más, fuentes del entorno de la presidenta aseguran que ha llamado a Sánchez a mediodía para hablar personalmente con él. Públicamente han celebrado el cambio en boca de Mario Jiménez, portavoz del PSOE en el Parlamento andaluz, y de la propia presidenta andaluza que de nuevo ha asegurado que “a Andalucía siempre le ha ido bien con un Gobierno socialista”.

Sin embargo, el permanente discurso de confrontación del Gobierno de Díaz con Moncloa se antoja ahora más complejo. Tendrá que suavizarse con la llegada de Sánchez para evitar que el foco vuelva a la vida interna del partido socialista y a la ya perenne falta de sintonía de ambos líderes, en un marco político muy complicado y con muchas incógnitas. La secretaria general andaluza tendrá que dar “un poco de aire” y “tiempo” al recién nombrado presidente, afirma un parlamentario.

Por su parte, desde el Gobierno andaluz aseguran que “las prioridades y exigencias” a Madrid no cambian, y aunque esperan encontrar en frente un ejecutivo más “sensible” y “comprensivo”, Pedro Sánchez llega al Gobierno con una larga lista de peticiones y “exigencias” sobre la mesa formuladas previamente a Rajoy y los suyos por parte de los andaluces y de las que el gobierno andaluz no puede olvidarse de la noche a la mañana. En esta línea, varios son los gestos que puede hacer ahora Sánchez desde Moncloa para mantener la paz con la federación más poderosa del partido socialista, y lograr apoyo mutuo de cara al 2019, año electoral.

Composición del Gobierno

Uno de cada cuatro militantes socialistas en España es andaluz. Por eso no se entendería ni en Madrid ni mucho menos en Andalucía que no hubiera ningún ministro o ministra del sur en el nuevo gabinete que prepara Sánchez, y así lo insinúan los socialistas de esta región aunque mencionando reiteradamente la palabra “prudencia” y recordando que es “una potestad exclusiva del presidente”. Parece claro que serán del entorno “pedrista” ya que el nuevo presidente necesita en estos momentos “mucha lealtad” alrededor. Si bien sería un golpe de efecto o una ofrenda de paz nombrar a alguna persona del ámbito “susanista”, parece improbable. Otra cuestión, sería el cargo en la Delegación del Gobierno que abandona ahora el popular Antonio Sanz, con el que Sánchez podría jugar para contentar a la federación.

Financiación autonómica

La infrafinanciación de la comunidad cuantificada en unos 5000 millones de euros ha sido arma arrojadiza de Díaz frente a Madrid en el último año y ha conseguido crear un frente común con el resto de partidos, los sindicatos y hasta la patronal. De hecho, la presidenta llegó a reunirse con Rajoy en abril para arrancar el compromiso (entre otros) de la convoctoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera y en mayo le reprochó que no “cumpliera su palabra”. La consejera Montero habló de “excusas” para no convocar y abordar de una vez la reforma de la financiación autonómica. Así, el mero hecho de poner fecha al CPFF por parte de Pedro Sánchez ofrecería un argumento sólido a Díaz para defender que “las cosas cambian con los Gobiernos socialistas”. Aunque no haya garantía de que el criterio que lleva Andalucía sea el que se imponga, ya que en esa mesa Sánchez tendrá que escuchar al resto de comunidades y los intereses de muchos otros actores, entre otros, las fuerzas políticas que le han respaldado en la moción.

Presupuestos

Desde el PSOE andaluz, y la propia Díaz, no se han cansado de repetir que estos presupuestos recién aprobados eran los más lesivos para Andalucía. Pedro Sánchez se ha comprometido a gobernar con ellos y obliga al Gobierno andaluz a seguir con las “mismas exigencias” que hablan de que faltan 2000 millones de euros en inversiones. Jiménez justifica la decisión de Sánchez “de cara a dar estabilidad y respetar la decisión mayoritaria de la Cámara”, si bien ha recalcado que esas cuentas no son las de los socialistas y “hacen daño a Andalucía y a los servicios públicos en toda España”. Por eso, Sánchez tiene la posibilidad de dar respuesta a reivindicaciones concretas y vistosas en el capítulo andaluz: por ejemplo, aumentar la partida de la conexión ferroviaria Algeciras-Bobadilla que ningún Gobierno (ya sea del PP o del PSOE) parece haberse tomado en serio y que en los presupuestos reserva 31,6 millones; o levantar el peaje de Cádiz que lleva 45 años en vigor y para el que el PP no ha terminado de confirmar su eliminación.

Plan especial de empleo

Con casi un 25% de paro en la región, desde el Gobierno andaluz, al tiempo que se hace campaña acerca del aumento del empleo creado, se reclama de forma permanente un plan especial de empleo para la comunidad intentando dejar en el tejado de Madrid el grueso de la responsabilidad de que en Andalucía haya casi un millón de personas sin empleo. Los principales sindicatos respaldan esta demanda y no parece que vayan a cambiar de parecer en este sentido con el cambio de Gobierno. Aunque un plan de empleo tiene aparejado presupuesto, una vez más.

Propuestas andaluzas

Una de las últimas veces que Sánchez estuvo en Sevilla anunció que iba a plantear en su programa electoral la práctica eliminación del pago de las matrículas universitarias para los y las estudiantes que fueran aprobando las asignaturas, una de las medidas estrella con las que Susana Díaz intentó recuperar el compás en la región tras perder las primarias de su partido. Ahora tiene la oportunidad de convertirlo en decisión de Gobierno y lanzar mensaje común sobre “la otra manera de hacer” que, explican, “tienen los gobiernos socialistas” sin modificar “mucho el presupuesto”, en boca de un socialista sanchista. O recoger el guante de medidas como la reclamada por el PSOE andaluz de hacer gratuita la educación de 0 a 3 años.

En cualquier caso, “el margen es pequeño para Pedro, y ni los milagros existen ni Pedro es Supermán”, afirma un veterano socialista. Con lo que sí puede jugar Sánchez en términos de inversión de cara a los presupuestos de 2019 que sí parece haber manifestado que va a intentar sacar adelante.

La misma duda se le plantea al ejecutivo andaluz ¿Rebajará las exigencias ligeramente y mantendrá la presión de cara a unas cuentas futuras? Lo que sí parece claro es que tanto a Sánchez como a Díaz, de momento, les conviene mantener ese pacto de no agresión que acordaron meses después de su brutal enfrentamiento de primarias para que esta experiencia de Gobierno salga bien para Sánchez y para que Díaz se enfrente a las autonómicas a la vuelta de la esquina en las mejores condiciones posibles.

Pero muchos militantes son los que creen que no es tiempo de enfrentamiento en el PSOE, que es momento de aprovechar la oportunidad con inteligencia, intentar “agotar la legislatura” y sumar para el tiempo electoral que se avecina aún sin fechas concretas; otro asunto “para el que tendrán que sentarse ambos más pronto que tarde”.

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