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La familia adoptiva asegura que la familia biológica de Maloma rechaza por teléfono su visita a Tinduf

Maloma Morales durante una visita a Londres

Alejandro Ávila

“Una Maloma coaccionada”. Esa es la persona que la familia Morales de Matos ha escuchado esta noche de lunes al otro lado del teléfono. Tenía lugar apenas unas horas después de la primera llamada en cinco meses realizada por esta mujer de 22 años, origen saharaui y nacionalidad española, que permanece retenida contra su voluntad por su familia biológica en los campamentos de Tinduf (Argelia), según la ONU y Human Rights Watch.

Tras una hora y media, en la que tanto su pareja como sus amigos y sus padres adoptivos han podido hablar con ella, José Morales le ha detallado a eldiario.es/andalucía que ha hablado con una Maloma “visiblemente coaccionada, a la que no pensamos dejar allí”.

Según Morales, “le hemos preguntado en varias ocasiones si se quiere quedar allí y nos ha cambiado de conversación. Ella debe estar con el teléfono en modo manos libres y hay un familiar que sabe español, que la está escuchando y vigilando”.

Morales ha podido conversar también con un primo de Maloma que habla español. “Le he pedido que dejen que Maloma venga a pasar aquí dos semanas y que si se quiere volver a Tinduf, yo le pago el viaje sin problema. Me ha contestado que él no puede obligarla, porque ella está bien y se quiere quedar allí”.

Le ha extrañado la “diferencia abismal” entre el tono dialogante que ha mantenido la familia biológica este mediodía y las maneras “cortantes” de esta noche, en la que no han accedido a que se produzca un encuentro y le han llegado a afirmar que es “mejor dejar las cosas estar”. “Cuando les he propuesto viajar hasta allí, se han negado en rotundo”, ha afirmado. Lo considera, en definitiva, una mera estrategia para exigirles silencio (este sábado, se celebró una manifestación en Sevilla por su liberación a la que acudieron más de 250 personas) y poder “ganar tiempo”.

“No pienso tirar la toalla”

Su padre adoptivo afirma que “no me voy a callar hasta que vuelva a España y nos diga con libertad si se quiere quedar aquí o volver a Tinduf con su familia biológica. No pienso tirar la toalla”.

Pilar de Matos, tía de Maloma, asegura que la ha notado “seca y poca receptiva. Le preguntaba algo y no me respondía. No he querido hacerle muchas preguntas, porque no quería ponerla en un aprieto”.

Han sido los guiños los que han permitido a sus familiares y amigos entrever la presión bajo la que se encuentra. Al hablar con una de sus amigas, ésta le ha dicho que “se estaba portando como una campeona”. Maloma ha sido tajante, en ese momento: “No lo sabes tú bien”. La respuesta ha sido exactamente la misma cuando Pepe le ha preguntado si se quería dar una vuelta por Sevilla: “No lo sabes tú bien”.

Aunque la joven residente en Mairena del Aljarafe, que ha podido escuchar a sus familiares y amigos con el manos libres del teléfono, ha reaccionado con silencios y tensión, según su padre, cuando le han preguntado si les echaba de menos, Maloma sí ha manifestado la añoranza que siente por su perra Lala: “siempre que veo un perro pasar, me da mucha pena”. También ha recordado con nostalgia el bar donde suele quedar con sus amigas para salir y ha deseado poder volver pronto allí. Son en definitiva, estos detalles los que permiten a la familia Morales de Matos y a los amigos de Maloma mantener la esperanza de que podrán volver a verla pronto de vuelta a casa.

Tras saber que la conversación entre Maloma y su familia ha tenido lugar, Human Rights Watch le ha declarado a este diario que su postura sigue siendo la misma: “Maloma tiene derecho a expresar sus deseos en un lugar en el que, bajo ningún concepto, nadie la pueda coaccionar”.

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