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Cabezonería anti-ahorro del PP
Una hecatombe se nos venía encima el miércoles. El Armagedón. Tiendas, bares y oficinas debían, por decreto, limitar el aire acondicionado a 25 y 27 grados y, aún peor, los escaparates tenían que apagar su iluminación a las diez de la noche por culpa, ¿cómo no?, de Sánchez y su Gobierno de coalición con comunistas apoyado por nacionalistas. El PP, el día de marras, metía miedo con que sufrimos “una cartilla de racionamiento energético”. Pero la gente siguió comprando y vendiendo, tomando cañas y tapas. Cero drama.
La cabezonería anti-ahorro energético del PP y el papel de la presidenta de la Comunidad de Madrid como ariete ultra resuena como eco de ofuscaciones previas. ¡La polvareda que levantaron con la Ley Antitabaco del Gobierno Zapatero en 2005 y su ampliación de 2011! Rajoy apuntó que la derogaría, el entonces alcalde de Valladolid equiparó las denuncias de incumplimiento ¡con el nazismo!. Pero la más ultramontana fue la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, que se negó a aplicar la prohibición de fumar en bares con los mismos argumentos disparatados que hoy usa su émula, cuya carrera lanzó el crearle una cuenta de Twitter al perro de Aguirre, Pecas. Diecisiete años después no nos cabe en la cabeza que antes aguantáramos aquel humo y pestazo cancerígeno.
En lo relativo al dispendio de energía, ya venía siendo locura tener que llevar rebequita en verano a tiendas, cines, tabernas y, en invierno, capas de cebolla seguros de que, por frío que hiciera fuera, dentro íbamos a sudar. Asustar al personal con que al apagarse los escaparates las calles quedarán como boca de lobo no cuela porque, excepciones aparte, España destaca por su potente alumbrado urbano y de carretera. De hecho, comparado con el de nuestro entorno europeo, llama la atención por exagerado. ¿Cuán iluminada está una calle cualquier madrugada en Berlín o Viena? Desde luego no como para caminar leyendo un libro, que es lo que pasa aquí, donde, además, tenemos más horas de luz natural.
Partida internacional de ajedrez cada vez más cerca
Al gasto insostenible de energía que ya urgía frenar por el calentamiento global se suma ahora la amenaza directa de Putin de cortar el gas. Lo que se avecina en septiembre sí que es grave y no, como ridículamente clama el PP, el limitar la refrigeración a 27 grados o apagar de noche los escaparates. Si Europa se queda sin gas, las limitaciones voluntarias de ahora serán restricciones obligatorias. Y no solo para el sector de hostelería. Se habla de empezar con cortes de dos horas en la industria con la enorme repercusión económica derivada. Evitemos ponernos tan alarmistas como el PP y avistar lo que serían cortes generalizados de gas y electricidad en las casas.
Pero es que a eso nos enfrentamos. No cabe hacerse trampas al solitario. Ni malgastar energía, tira y jala. De hecho, mucho empresario y ciudadano ahorra ya cuanto puede, sin decreto que le obligue, pensando en la factura y en el horizonte de septiembre.
Los actos tienen consecuencias. Europa lleva 20 años aplaudiendo a un dictador como Putin, que oprime a su pueblo, haciéndose dependiente de su gas y ahora que él invade Ucrania y le imponen sanciones cortará el gas como estrategia. Ahorrar es defendernos
Las decisiones tienen consecuencias. Reírle las gracias veinte años a un Putin al que Occidente apoyó como delfín de Yeltsin porque lo veía como antídoto a la resurrección del comunismo nos ha traído aquí. Hemos llegado a este punto siendo tan aliados suyos, pese a su pisoteo de la libertad de rusas y rusos, de sus derechos de expresión, de oposición política, sexuales, como para que el socialista Gerhard Schröder pasara de canciller alemán a empleado de sus energéticas.
Ahora ese dictador invade Ucrania y empieza una guerra y Occidente le impone sanciones mientras, a la vez, consiente la masacre impune de Israel sobre Palestina (el último ataque aéreo a Gaza, esta semana, ha causado 44 muertos, 15 niños, tan lindos y valiosos como los ucranianos aunque sean morenos y musulmanes y no rubios y cristianos) y le vende armas a Arabia Saudí para oprimir a su gente y exterminar las de Yemen. Y Putin cierra a la UE el grifo del gas.
Era de prever. ¿No se previó? ¿Como tampoco que la visita de Nancy Pelosi a Taiwán irritaría a la dictadura china y expondría a los taiwaneses mientras ella regresaba sana y salva a Washington? ¿O todo va de activar la industria militar global?
El pulso entre potencias globales se empieza a jugar ahora muy cerca de nuestra frontera sur. Argelia, segundo proveedor de gas de España, acaba de anunciar maniobras militares conjuntas con Rusia en el Sáhara. Atentos a esto
Ojo a la partida en disputa entre las potencias globales. Necesitamos representantes políticos con visión de altura en vez de copias de tercera del gamberrismo trumpista.
¿Qué significa que Argelia anuncie maniobras antiterroristas conjuntas con Rusia en el Sáhara, aquí, en primera línea nuestra? Argelia, segundo proveedor de gas de España, al que nuestro Gobierno desairó en marzo al cambiar en una carta privada del presidente Sánchez al rey marroquí Mohamed VI el histórico apoyo español al referéndum de autodeterminación del Sáhara.
Muchas han sido las cábalas: que si Marruecos exigía un desagravio por el ingreso en un hospital de Logroño del presidente del Polisario, que si amenazaba con reeditar la apertura de fronteras con Ceuta que en mayo de 2021 propició la entrada de 8.000 migrantes, que si espió al presidente Sánchez con Pegasus y obligaba a traicionar a los saharauis para no revelar secretos robados. Ahora las maniobras ruso-argelinas alumbran un panorama en que EEUU bien pudo presionar a España porque Rusia-Irán-Argelia son un bando y EEUU-Arabia-Israel-Marruecos, su contrario.
Bajo la espada de la falta de agua
El desafío energético y geopolítico es enorme, complejísimo y de consecuencias tremendas. En lo que afecta a la economía de personas y empresas y a la propia viabilidad de la vida en la Tierra. A ver, que Europa encara la peor sequía de la historia y los embalses españoles tienen el volumen de agua para consumo más bajo en diez años, que la cantidad de bosque ardido es la peor en tres décadas, que nuestro Mediterráneo alcanza por zonas los 30ºC y muere, que las olas de calor que derriten los glaciares como Monte Perdido hacen subir el nivel del mar y el mar evaporado va a descargar en breve en destructivas DANA. Y si Putin no reabre el grifo del gas (lo que es improbable), nuestros vecinos europeos y de las zonas más frías de España pueden sufrir mucho ya este invierno.
Toca ser solidario y sensato. Toca ahorrar. Como reconoció Núñez Feijóo hace 20 días antes de dejar que se impusieran los ayusistas con su griterío de vanas polémicas. Para tonterías no estamos y yo diría que eso resulta evidente a una gran mayoría ciudadana.
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