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14 hospitales de España empezarán a hacer test masivos de PCR tras recibir la donación de robots de detección del virus

El diagnóstico a contrarreloj

Daniel Cela

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En los próximos días, 14 hospitales seleccionados de España van a recibir la donación de robots de alta tecnología capaces de realizar 2.400 pruebas diarias de PCR, el test más fiable en la detección del coronavirus. Dos esos hospitales están en Andalucía: el Virgen del Rocío, en Sevilla, y el Carlos Haya, de Málaga, según han confirmado a este periódico fuentes de la operación. El resto se distribuye por todo el territorio nacional: Canarias, Extremadura, Comunidad Valenciana, País Vasco, Baleares, Cantabria, Galicia, Madrid y Cataluña. La llegada de los aparatos será progresiva a lo largo del mes de mayo.

El Gobierno de España, a través de una colaboración público-privada, se ha apoyado en un equipo de cinco jóvenes investigadores, promotores del proyecto Covidrobots, que se encarga de buscar empresas donantes para comprar, importar e instalar en un conjunto de hospitales del país unos equipos robotizados que realizan 2.400 PCR diarios. El robot pertenece a la empresa Opentrons, afincada en Brooklyn (New York), pero se fabrica en China.

Hasta que la ciencia no descubra la vacuna contra la Covid-19, la principal estrategia de las autoridades sanitarias para controlar la pandemia consiste en monitorizar la propagación del virus a través de pruebas de detección masivas. A principios de marzo, un grupo de cinco investigadores y profesionales del mercado tecnológico “detectó los cuellos de botella” en la gestión de la crisis sanitaria en España: la capacidad para realizar pruebas masivas de PCR (el test más efectivo en la detección del virus) y la falta de reactivos (el kit que hace funcionar estas pruebas).

Los primeros cuatro robots PCR de Opentrons llegaron a España a través de esta fórmula mixta de mecenazgo y fueron asignados a dos hospitales de Madrid -La Paz y el Instituto de Salud Carlos III- y otros dos de Cataluña -el hospital Vall d'Hebron y el Clínic de Barcelona-, las dos comunidades más golpeadas por el virus. El intermediario en España es la gerencia del hospital, ya que en muchos casos, ni siquiera la Consejería de Salud del Gobierno autonómico ha participado en esta operación.

El Ministerio de Ciencia ayuda en la gestión de la importación de los aparatos (facilitando la entrada por aduanas), la empresa Manpower colabora en la selección de los ingenieros que deben instalarlo en los hospitales; la multinacional textil Inditex apoya en labores de logística y distribución en camiones a través del país, y el Instituto de Salud Carlos III, dependiente de los Ministerios de Sanidad y Ciencia, tiene la última palabra para autorizar a qué hospitales se asignan los robots.

Pero son los cinco responsables de Covidrobots los que coordinan la operación, quienes ultiman la llegada a España de los primeros 13 robots PCR esta misma semana (uno de los 14 contratos aún está por cerrar), donados por un conjunto de empresas. La selección de los hospitales ha supuesto un arduo trabajo de gestión interna, porque se les exigen requisitos muy específicos: un equipo solvente de microbiólogos que sepa usar esta tecnología punta (en algunos casos se ha tenido que contratar a personal especializado para el uso y mantenimiento de estos equipos); un sistema informático potente y bastante espacio disponible (cada estación robotizada consta de ocho máquinas y ocupa unos 20 metros cuadrados).

Los cinco de Covidrobots

La parte difícil del trabajo de Covidrobots es localizar a los mecenas, ordenar el enorme volumen de papeleo administrativo y asignar un robot donado a cada hospital. Los chicos de Covidrobots han tardado unas tres semanas desde el inicio de la gestión hasta que aterricen los aviones con los primeros robots en los próximos días. El coste de cada equipo en el mercado oscila entre los 100.000 y los 120.000 euros. Lo que les distingue de otras herramientas tecnológicas similares, según fuentes del Ministerio de Sanidad, es que cuentan con un sistema de fuentes abiertas que facilita el uso de cualquier tipo de kits de reactivos, indispensables para obtener el diagnóstico por PCR, y por tanto no necesitan estar vinculados a una determinada marca fabricante como ocurre con otros modelos, y son fácilmente adaptables a los protocolos de cualquier hospital.

Las donaciones de sistemas abiertos de automatización al Sistema Nacional de Salud para pruebas PCR están siendo coordinadas por los cinco responsables del proyecto Covidrobots: Rocío Martínez, investigadora en el King's College de Londres; Sandra Figaredo, consultora sénior de Llorente y Cuenta; María Parga, directiva de BME y presidenta del consorcio Alastria; Andreu Veà, investigador y promotor de la red CovidWarriors (matriz del proyecto Covidrobots) y Javier Colàs, ex presidente de Medtronic España y director de Innovación en Esade.

Ellos son los promotores de esta colaboración público-privada, que dicen pilotar de forma altruista, sacando tiempo de sus trabajos y sin cobrar comisión alguna. Su labor consiste en localizar, gestionar y unificar las donaciones de empresas destinadas a la adquisición de estos robots, y coordinarse con el Instituto de Salud Carlos III, que actúa como importador de los mismos y organismo facilitador para que se realice la donación a los hospitales a los que están destinados. Esta fórmula ha permitido “agilizar los trámites y realizar un seguimiento de la distribución de estas donaciones, introduciendo elementos de equidad territorial”, explican desde el Ministerio de Ciencia.

El consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre, reclamó al Gobierno central que enviara uno de esos robot a Andalucía, la región más poblada (8,4 millones de habitantes), comprometiéndose a dar cobertura también a Ceuta y Melilla. Pero la decisión no dependía exclusivamente del Gobierno, pesaba también la decisión de las empresas donantes y de los hospitales receptores.

El Ministerio de Sanidad da una importancia capital al uso generalizado de PCR para medir el avance de la pandemia por territorios. El número de test realizados a los pacientes sospechosos de contagio se ha convertido en el criterio de más peso para decidir si una provincia pasa de fase en la desescalada. De hecho, el departamento de Illa acaba de cambiar el protocolo de atención, obligando a las comunidades a realizar PCR en los centros de Atención Primaria a todos los pacientes que presenten síntomas en las primeras 24 horas, y a sus contactos directos [hasta ahora la prueba se reservaba para pacientes ingresados, con infección respiratoria aguda y para los profesionales esenciales: sanitarios, agentes de seguridad].

Andalucía es de la segunda comunidad con menor incidencia de contagios por coronavirus, pero también es la que menos pruebas PCR realiza por cada millón de habitantes, según la información que la Junta suministra al Gobierno central. El registro de sus datos es irregular y confuso. Aguirre sostiene que se realizan 2.000 pruebas diarias, pero sus informes sólo contabilizan un centenar por día. La Consejería de Salud sostiene que se trata de un problema de su sistema informático, incapaz de almacenar y actualizar el registro de PCR realizados a diario.

Otra explicación oficial es que, “al haber menos infecciones registradas, se hacen menos PCR”. Sin embargo, un tercio de los contagios de Andalucía se concentra entre los profesionales sanitarios, una de las tasas más elevadas del país. A pesar de ser el grupo de riesgo preferente para la realización de estas pruebas, sólo un 30% se la ha hecho. Desde que estalló la pandemia, son 8.048 sanitarios los que han dado positivo o son sospechosos de estar infectados (a día de hoy siguen de baja y aislados 1.724): la mayoría está en sus domicilios (581), 380 en observación y 426 han dado positivo.

En sede parlamentaria, Aguirre sí ha reconocido que el problema está en los reactivos necesarios para hacer la prueba, que son “incompatibles con los sistemas de medición que tiene el Sistema Andaluz de Salud (SAS)”. “Un 25% de PCR da falso negativo. No son la panacea porque hay un déficit en la secuenciación genética, en la incompatibilidad de los kit de reactivos”, advierte. En España hay distintos tipos de herramientas tecnológicas para fabricar test PCR. La ventaja de los robots de Opentrons es que tienen un software abierto, que no depende de una sola marca de reactivos, y valen para cualquiera.

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