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La restauración de la dependencias capitulares de la Catedral echa el reloj del Santander histórico dos siglos atrás

Acto de inuguración de las nuevas dependencias capitulares de la Catedral de Santander.

Javier Fernández Rubio

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El Santander medieval en el que ya se configuraba el núcleo urbano de la ciudad y un puerto significativo data de dos siglos antes de lo que se pensaba. La rehabilitación de las dependencias capitulares de la Catedral de Santander ha permitido retrotraer a las postrimerías del siglo X la génesis de la urbe y se ha hecho mediante datación con carbono 14 de los restos arqueológicos del castillo de San Felipe que se levantaba en las inmediaciones de la entonces Abadía de los Santos Cuerpos, posteriormente colegiata y catedral.

Las dependencias capitulares, en donde se acaba de abrir un Archivo Catedralicio con toda la documentación centralizada del Obispado, aún guarda un muro del castillo que hasta la excavación del lugar se creía construido en 1187, pero que la nueva datación sitúa en una horquilla temporal de entre 980 y 1020, entre 200 y 160 años antes.

Esta información la ofreció a los presentes el arquitecto David Arce, quien realizó el proyecto de rehabilitación, en el transcurso de un acto inaugural que ha tenido lugar este miércoles en las propias dependencias inauguradas. Al acto han acudido el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, la alcaldesa de Santander, Gema Igual, y el obispo de la Diócesis, Manuel Sánchez Monge.

No es el único descubrimiento. La excavación, tras su vaciado, de las dependencias catedralicias hasta el nivel del suelo de la calle Cádiz ha sacado a la luz un refugio republicano de la Guerra Civil, de grandes dimensiones y que también ha sido recuperado.

Cinco años y 2,5 millones de euros ha costado volver a reabrir el edificio que se encuentra a los pies de la Catedral, en la confluencia de las calles Cádiz y Juan Plaza. De ese total, 1,5 millones se ha financiado con cargo del 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento, ninguno de cuyos representantes acudió al acto, y el 25% restante fue financiado a partes iguales entre el Obispado y el Ayuntamiento de Santander.

El edificio tiene varios alicientes dependiendo del público al que se dirija: por un lado dispone de la documentación de la Catedral y la Diócesis por lo que es un lugar de investigación para estudiosos; y por el otro, alberga salas de exposiciones y un acceso mediante ascensor y montacargas tanto al atrio de la Catedral como al claustro, lo que posibilitará que personas con movilidad reducidad puedan acceder al templo, así como poder diferenciar el tipo de público que lo visite: creyentes, por la Plaza de Eguino y Trecu; y turistas, por el citado Archivo.

El acceso al claustro catedralicio dará acceso también a la sala capitular.

El resto del inmueble, que se apoya sobre un muro del viejo castillo de San Felipe se estructura en varias plantas, algunas de uso particular por la comunidad religiosa, como la última. En las restantes, y en la entrada, se han abierto tres salas expositivas que llevan los nombres de los investigadores José Luis Casado Soto y Joaquín González Echegaray, así como la del propio obispo impulsor del proyecto, Manuel Sánchez Monge. El obispo fue objeto de homenaje al recibir un retrato al óleo de su persona realizado por el pintor santanderino Indalecio Sobrino.

La rehabilitación de las dependencias capitulares han supuesto cinco años de trabajos y algún que otro susto, como una movimiento de tierras durante la excavación que llegó a hacer temer por la estabilidad de las capillas de San Pedro y Virgen del Puerto, del siglo XIV, en la Catedral.

La rehabilitación fue idea del obispo, quien, al tomar posesión como prelado de la diócesis, quiso volver a recuperar y centralizar en un único archivo los documentos dispersos por parroquias y el actual seminario de Corbán, al tiempo que volver a recuperar documentación perdida durante el incendio de la ciudad en 1941, cosa que se ha conseguido a partir de documentos parroquiales. Además, quiso adecentar unas dependencias anticuadas.

En diciembre de 2016 el obispo se puso en contacto con el arquitecto David Arce, quien realizó un proyecto que concurrió a la convocatoria de 1,5% cultural del Minsiterio de Fomento. Resultó elegido y a partir de 2018 se desarrollaron unas obras que ha realizado la constructora Fernández Rosillo y que oficialmente terminaron en abril de 2021.

El Archivo se abre ya acondicionado en su interior. En las inmediaciones, el Ayuntamiento de Santander termina de acondicionar la calle Juan Plaza. El municipio tmabién está financiado la conversión en museo de la torre catedralicia y la reforma del albergue de peregrinos de la calle Limón.

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