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CV Opinión cintillo

¿Adónde vamos? Reflexiones después de una noche a 28ºC

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El cuadragésimo séptimo presidente de USA es la consecuencia de un momento histórico marcado por los subproductos comunicativos que consumimos. La novedad es la escala, no el hecho. Un claro precedente fue otro empresario millonario, sospechoso de vínculos con la Mafia, y también de gran popularidad y presencia en medios, previa a su llegada a la política. Silvio Berlusconi gobernó Italia a partir de 1994 durante un total de nueve años. La forma en que “Il Cavaliere” ejerció su liderazgo, en los límites de la democracia representativa, le convierte en el precursor de los autócratas contemporáneos. A través de su holding, había creado un nuevo formato de televisión, que luego exporta a España, en el que destacan los programas de telerrealidad. El de mayor repercusión, Gran Hermano, inició en España sus emisiones el 23 de abril del año 2000. The Apprentice, el programa que convierte a Trump en una celebridad televisiva aparece el 8 de enero de 2004, cuatro años después que el “experimento sociológico” de Tele5.

La impunidad con la que Trump lanza mensajes contradictorios, su mayor innovación en la comunicación política es, en gran parte, el resultado de lo que aprendió en sus once años como protagonista de un programa de telerrealidad: la imprevisibilidad consigue que el espectador siga atento a la pantalla. Los giros de guion son imprescindibles. El jefe no tiene que justificar nada. Quien le vota no lo hace engañado -es difícil olvidar que impulsó el asalto al Capitolio- sino que ha decidido pegarle una patada al mundo.

Tampoco el proteccionismo es un invento de Trump, lo es la forma e intensidad con la que lo utiliza. Puede sorprender en estos tiempos de escasa memoria, pero el economista de referencia de la socialdemocracia, Keynes, fue partidario del uso de aranceles. Defensor del libre comercio a finales de los años 20 del pasado siglo, el gran economista inglés se convirtió al proteccionismo en los años 30, defendiendo los aranceles.

En marzo de 1931, Keynes publica un artículo “mitigación por medio del arancel”, donde recoge “derechos de importación del 15% sobre todos los bienes manufacturados y semifacturados, sin excepción, y del 5% en todos los artículos alimentarios ”¿les suenan algunas cifras?

El Imperio Británico representaba, aproximadamente, el 20% del comercio mundial. Hoy, EE. UU. representa el 13%. Keynes, como británico, respondía al declive del Reino Unido, que intentó frenar. Cuando las medidas que propuso se generalizaron en las principales naciones, rectifica al ver las consecuencias. Ya era tarde para cambiar las inercias que se habían generado y que contribuyeron al inicio de la II Guerra Mundial.

Las que han sido durante cincuenta años las referencias económicas de las derechas globales - Hayek, Friedman, Mises…la escuela austriaca y la de Chicago – no han quedado en el olvido. En el ámbito interno, en su política fiscal, Trump, lleva a sus máximos las propuestas desregulatorias de los ideólogos neoliberales. Combina ambas doctrinas, neoliberalismo y neomercantilismo, y se queda con lo peor de cada una: injusticia social dentro de cada estado; diplomacia de los portaviones entre estados.

Las políticas impulsadas desde Washington, muy especialmente con el actual presidente, pero no solo, parecen tener un doble objetivo: conseguir romper la Unión Europea y a los países de los BRICS +, únicos actores económicos que podrían limitar la discrecionalidad del hoy hegemón global, como paso previo a su enfrentamiento con China. Detrás reside la determinación de ser quien define en cada momento las variables reglas del juego de las relaciones internacionales, en un escenario de caos climático, al que tanto está contribuyendo.

Numerosos autores consideran que hemos entrado en una era definida por el neorrealismo político. Si así lo entendemos, las acciones de Trump responden a razones estructurales. No habría, en ese caso, variaciones radicales cuando cambie el signo político en Washington. ¿Creemos que el rumbo emprendido por EE.UU. es reversible al 100%? Ni Obama ni Biden impidieron la continua acumulación de poder en la figura presidencial. Como ocurrió en Roma, su referencia histórica, hace décadas que USA se encamina hacia su transformación de República en Imperio. Y todos los imperios expolian a sus colonias.

Puede haber sido su primer gran error: la independencia de las trece colonias -embrión de los actuales EEUU- respecto al Reino Unido nace bajo el lema “No taxation without representation”. Quienes vamos camino del expolio debemos tenerlo presente. Quienes cuestionábamos la alianza incondicional con EE. UU, hemos sido acusados de radicales, como poco. Cuando empiecen a sentirse, realmente, las consecuencias del expolio que ha aceptado Ursula von der Leyen, ¿reaccionarán las sociedades europeas? ¿Las élites partidarias de Trump qué harán? ¿Aún no se han dado cuenta que no están invitadas a subir a su arca de Noé?

Los autócratas de facto o aspirantes a serlo, empezando por Trump, siguiendo por Milei, pasando por Orbán- en el caso valenciano Mazón actúa como portavoz de VOX y del PPCV – han decidido fingir que el cambio climático no existe y mantener modelos económicos peligrosos. Las olas de calor, como las de estos días, comprometen la salud de las personas y la soberanía alimentaria. La crisis climática y ecosistémica es el resultado de una economía depredadora. EE UU abandonó el Acuerdo de París para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, porque “perjudicaba a su economía” lo que es cierto, sólo, si hablamos de la economía de la familia Trump y sus múltiples inversiones en energías fósiles causantes del cambio climático. Aquí Mazón y los suyos, buscan su petróleo en el suelo no urbanizable, ya sea común o de especial protección: todo les vale.

El ecologismo político, hoy, se enmarca en dos conceptos: transición ecológica justa y decrecimiento de lo prescindible. Ambos son posibles y son la única garantía de una vida digna para todas las personas. La Emergencia Climática afecta ya, y afectará cada año con más virulencia, a todas las personas y seres vivos que habitamos el planeta. El Cambio Climático nos lleva, inevitablemente, a recuperar la lucha de clases, pero en una escala diferente. Ahora es el 1% más rico del planeta, y sus mercenarios, contra todos los demás. Lo que está en juego es la vida de la inmensa mayoría de las personas.

P.S. Escribo este artículo después de una noche en que la sensación térmica no ha bajado de los 30ºC. Se conoce como noches ecuatoriales, o tórridas, aquellas en las que la temperatura del aire no baja de los 25ºC. Cuando, además, la humedad relativa supera el 50% la sensación de calor se multiplica. En València en la década de los años 70 del siglo pasado no hubo ninguna noche ecuatorial; en la de los 80 hubo cuatro; en la de los 90 doce. En la actual década ya son 80 noches tórridas y aún estamos en la mitad.

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