¿Y eso a mí qué me importa?
Esta es la pregunta que a diario debe hacerse el Consell, o al menos eso es lo que parece.
La situación social y política de la Comunitat Valenciana, con un Consell hace ya más de siete meses fuera de la realidad, esconde muchas carencias y muy poco conocimiento de las evidencias.
Mas allá de las consecuencias de la terrible gestión de la Dana del 29 de octubre, el Consell del PP está demostrando graves insuficiencias en el desarrollo y aplicación de políticas públicas.
Tres Consells distintos y en ninguno de ellos parece que haya nadie con un mínimo de capacidad y responsabilidad. Primero fue con Vox, ahora con su apoyo, pero en la Comunitat Valenciana, parece que ni siquiera con 228 personas fallecidas a sus espaldas, el autodenominado por Mazón “Consell de los mejores” ha hecho examen de capacitación y ha dado muestras o al menos apariencia de haber aprendido algo.
No atiendo a saber qué más tiene que pasar para que este PP – que es el mismo PP de siempre- entienda que gobernar no consiste en ser la novia en la boda y la viuda en el entierro. No sé qué más tiene que pasar para que este grupo de amigos que un día se encontraron con los despachos de los Palaus a su disposición, sean conscientes de que gobernar requiere seriedad, responsabilidad y conocimiento.
Les decía, que la situación actual oculta múltiples carencias, una de ellas es la inexistencia de referencias elaboradas desde el conocimiento para, desde ellas, poder diseñar y por supuesto desarrollar, las líneas de gobierno.
Este grupo de amigos que forma el Consell ha eliminado los análisis de la situación internacional y sus repercusiones en la Comunitat Valenciana. Hoy, los “informes preliminares” de cualquier acción política del Consell están dedicados a “impulsar actuaciones de análisis, estudio y divulgación de las políticas públicas en el ámbito de la Comunidad Valenciana”, a pesar de que dicen tener como objetivo el “apoyo técnico y documental para la toma de decisiones en la Presidencia de la Generalitat”.
Si el objetivo fuera cierto, los casi 3 millones de euros de presupuesto de que dispone el programa de Análisis y Políticas Públicas de Presidencia no estarían centrados sólo en el ámbito de la Comunitat Valenciana, deberían mirar mucho más allá.
De nada ha servido, bueno sí, para dejarlos en evidencia, las enmiendas que desde el grupo Socialista hemos presentado al presupuesto para que se tenga en cuenta la repercusión que sin duda encierran los conflictos internacionales, e incluso para que se “aprovechara” la sabiduría de los Premios Nobel que estos días estaban por aquí y la de los premiados con los Jaume I, para involucrarlos y así dotar por fin a la Generalitat Valenciana del conocimiento del que carece el actual Consell.
Estoy segura de que la antropóloga Victoria Reyes García, a la que le ha sido otorgado el premio dedicado a la Protección del Medio Ambiente, y que incide en “cómo entendemos el medio ambiente y cómo actuamos para protegerlo”, tendría mucho que aportar en la prevención de futuras catástrofes. Y quizá más de uno de los Premios Nobel que conforman el jurado estaría encantado de contribuir al conocimiento de cómo revertir los efectos socioeconómicos de las políticas de Donald Trump.
Nada, a este Consell no le interesa nada, por eso sigo preguntándome si los maitines en Presidencia se inician con un ¿y eso a mí qué me importa? Obviamente es una pregunta retórica, visto lo visto lo único que al Consell le importa es conservar las llaves de los Palaus.
¿Y a ustedes?
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