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La incertidumbre provocada por la pandemia hace descender las becas internacionales y las solicitudes Erasmus en las universidades valencianas

La parada de metro que dirige hacia el Aeropuerto de Valencia.

Laura Martínez

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Las universidades públicas valencianas intentan llevar el curso con la máxima normalidad posible en un contexto en el que normalidad suena a distopía. La primera semana de septiembre es el periodo en el que muchos estudiantes cogen sus vuelos hacia los países de destino para cursar algunas asignaturas en el extranjero gracias al programa Erasmus. Unos planes que las restricciones de otros países europeos están alterando.

Reino Unido,  Eslovenia, Finlandia, Georgia, Hungría, Irlanda o Noruega son algunos países que han exigido cuarentena a los viajeros españoles, algunos también con el requisito de hacer pruebas PCR. Recientemente Holanda y Bélgica han endurecido las restricciones, llegando a suprimir los vuelos en este último caso, unas medidas que han obstaculizado los planes de miles de estudiantes Erasmus que debían trasladarse en los primeros días de septiembre.

Para los estudiantes que tenían su destino entre los países que han anunciado restriccuones de movilidad, las universidades buscan una reubicación rápida en otros países socios o posponer la beca al siguiente semestre o al siguiente curso. Las universidades públicas valencianas optaron por mantener las becas de movilidad estatales, europeas y de países extracomunitarios pese a la pandemia, aunque recomendaron retrasar la salida al segundo cuatrimestre del curso. Algunos alumnos han tenido que suspender su estancia, otros aplazarla y unos terceros cursarán el programa vía online, con el plan de estudios de la universidad de destino pero desde casa, como en el caso de la Universidad Jaume I de Castellón.

El número de estudiantes que ha renunciado este curso a la beca de movilidad es “alto”, según indican en la UV, aunque no tienen una cifra cerrada. En principio, los estudiantes salientes confirmados son 1.367 frente a los 1.650 del año anterior, mientras que los que llegarán este curso son 1.917 frente a los 2.292 del curso anterior. Gran parte de los alumnos que llegan (1.280) han solicitado su estancia en Valencia durante el segundo semestre. En la UJI la bajada también ha sido considerable: en el caso de estancias de primer semestre o curso completo, han aceptado la movilidad 71 alumnos frente a 194 del curso anterior, mientras que en segundo semestre han sido 53 alumnos frente a 52 del curso anterior. Respecto a los alumnos entrantes, hasta la fecha se han confirmado 93 alumnos para el primer semestre y 44 para el segundo. La UJI seguirá el principio de reciprocidad entre instituciones; es decir, no admitir movilidades presenciales desde universidades que no vayan a admitir a sus estudiantes. Este centro prevé que algunos estudiantes puedan realizar el curso erasmus de forma virtual. “Si la universidad de destino permite la movilidad virtual, las movilidades anuales pueden comenzar de manera virtual y también se permitirá la movilidad virtual durante el primer semestre al estudiantado que no tenga la posibilidad de aplazar la movilidad internacional al segundo semestre de su último curso”, explica la entidad. Por su parte, la Universidad de Alicante recibirá 139 estudiantes y enviará a 184 a países europeos, frente a los 523 y 627 que llegaron y salieron el pasado curso.

La Comisión Europea establece que las instituciones y organizaciones deben mantener abierto un canal de comunicación con los participantes de sus proyectos aunque sus locales estén cerrados para aclarar las dudas que tengan los estudiantes o profesores. En cuanto a los alumnos que llegan, las universidades indican que el protocolo sanitario es el mismo para todos los estudiantes y sigue las directrices acordadas con el Ministerio de Universidades y la conselleria de Carolina Pascual.

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