Un encuentro interreligioso debate en València el papel de las tradiciones religiosas para crear una sociedad fraternal
Un encuentro interreligioso analiza este lunes en València el papel de las tradiciones religiosas para construir una sociedad fratenal. La reunión, que se celebra en la Facultad de Teología de la Universidad Católica de València (UCV) y está organizada por la Cátedra Yves Congar, ha sido inaugurada por el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, y el cardenal Miguel Ángel Ayuso, presidente del Dicasterio para el diálogo interreligioso del Vaticano.
En el encuentro interreligioso participan el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), Isaac Benzaquen; el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Valencia, el imán Ihab Fahmy; el presidente del Consejo Evangélico de la Comunidad Valenciana, Javier Piquer; el rabino Eliahu Bar Geva; el venerable lama Rinchen Gyaltsen (budismo); el reverendo Swami Rameshwarananda (hinduismo) y Axel Toribio, por parte de la fe bahai.
Según ha señalado monseñor Benavent, quien ha resaltado la necesidad de “tener un espacio de encuentro por el momento que se está viviendo”, el objetivo es “contribuir a la fraternidad humana entre las diferentes religiones de todo el mundo” y “avanzar en la reconciliación y la fraternidad entre todos los creyentes, no creyentes y todas las personas de buena voluntad”. En esta línea, ha defendido que esta reunión es “una semilla esperanzadora para la sociedad” y “puede encender una pequeña luz que ilumine cada vez más el mundo”.
Por su parte, el cardenal Ayuso ha señalado en su intervención que “hablar de nosotros como hermanos de diferentes tradiciones religiosas es hoy una cuestión de actualidad, porque en estos tiempos en que la fraternidad y la paz están amenazadas desde diversos frentes y que vivimos en un clima social deteriorado”, debe ser “muy bienvenida” cualquier contribución que pueda contribuir a la fraternidad.
A su juicio, “ahora es el momento de comenzar a crear la nueva vida de fraternidad. Y esto requiere algo más que una visión política, económica o incluso ecológica. Requiere que vivamos desde lo más profundo de nuestra alma, de nuestro ser, con compasión y ojos que puedan ver al otro en su necesidad, mirar a los demás como si fuéramos nosotros mismos. Y cómo vivir como creyentes, abiertos con el corazón y con la mente, el diálogo interreligioso como un espacio de encuentro y de apuesta de futuro”.
“Igual dignidad”
En esta línea, ha defendido que el pluralismo “no solo religioso, de nuestras sociedades, es una realidad que nos invita a reflexionar sobre nuestra identidad sin la cual no tenemos un auténtico diálogo interreligioso. Y recordemos que no decimos que todas las religiones sean iguales. Decimos que todos los creyentes, aquellos que buscan a Dios, todas las personas de buena voluntad, sin una afiliación religiosa, tienen igual dignidad”.
Para el cardenal, en el documento, el Papa y el Gran Imán “han contribuido al bien de todos, identificando numerosas injusticias que aún afectan a este mundo y condenando cualquier tipo de violencia. Hay que abrirse a los demás, hay que conocerlos, hay que reconocerlos como hermanos y hermanas, y este es el primer paso para alejarse de los muros levantados por el miedo y la ignorancia”.
En esta línea, ha considera que el miedo “es el peor enemigo de todo diálogo. Y hay que tratar todos juntos de construir aquellos puentes de amistad que son fundamentales para el bien de toda la humanidad. Oración, diálogo, respeto, solidaridad, son las únicas armas que pueden vencer el terrorismo, el terrorismo de guerra y de violencia”, ha dicho, y ha abogado por una “convivencia fraterna basada en la educación y la justicia, un desarrollo humano construido sobre la inclusión acogedora y sobre los derechos de todos”.
“Desmilitarización” del corazón humano
“Estas son semillas de paz que las religiones están llamadas a hacer brotar. A ellas les corresponde, quizás como nunca antes, en esta dedicada situación histórica, una tarea que ya no puede posponerse, contribuir activamente a la desmilitarización del corazón del hombre. Y en este periodo oscuro, debemos trabajar los unos con los otros. Necesitamos valores éticos y espirituales universales. Compartimos para inyectar una nueva esperanza en el mundo. Abrirnos a los demás, conocerlos, reconocerlos como hermanos y hermanas. Este es el primer paso para alejarse de los muros levantados por el miedo y la ignorancia”, ha asegurado.
Por su parte, el rector de la UCV, José Manuel Pagán, ha señalado que el 'Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común' es “un documento bellísimo por los anhelos que contiene de reconciliación y fraternidad entre todos los creyentes e incluso entre creyentes y quienes no lo son. Por ello, la universidad ha puesto el documento como objeto de investigación y formación, con la intención de crear nuevas generaciones que traigan el bien, la paz y defiendan los derechos de los oprimidos”.
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