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València reserva la limpieza de pintadas y de carteles a empresas que contraten a personas con discapacidad o de difícil inserción laboral

Un camión de recogida de residuos en València.

Carlos Navarro Castelló

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El nuevo contrato de limpieza viaria, recogida y transporte de residuos favorecerá la implantación de contenedores de orgánica inteligentes que permitan identificar a los usuarios a través de una tarjeta o una aplicación móvil con el objetivo de incentivar su uso. La junta de Gobierno local aprobará este viernes su licitación y puntuará a las empresas que ofrezcan este sistema. Para el vicealcalde y concejal de Ecología Urbana, “es el futuro en ciudades compactas como València, posibilita premiar al vecindario que recicla y constituye una de las formas más efectivas en las ciudades de combatir el cambio climático”.

El contrato, para el período 2022-2036, cuenta con un presupuesto de 1.325 millones de euros e incorpora un cuarto lote destinado a limpieza de pintadas y de carteles reservado a empresas que favorezcan la inserción social de personas con algún tipo de discapicidad o de difícil inserción laboral. Se prevé duplicar la frecuencia de baldeo de las calles que actualmente se realiza cada 21 días, pasando a realizarse cada 10 o 12 días, además de ampliar el dispositivo especial de limpieza intensiva en los barrios, entre otras mejoras.

El vicealcalde ha dado a conocer las características de este contrato, “el más grande del Ayuntamiento”, que contará con un 20 % más de recursos progresivamente hasta 2024. La cuantía para 2022 será de 80 millones de euros (5 más que el presente ejercicio) y crecerá de manera progresiva hasta los 90 millones de euros en 2024.

“Comparado con los 59 millones de euros destinados en 2015, último año de gestión del PP, el contrato con el gobierno de coalición crece un 52 %”. Está previsto que esté formalizado en el primer semestre de 2022. Además de la mejor oferta económica, se valorarán aspectos de carácter cualitativo.

Entre ellos, Campillo ha destacado que se otorgará hasta un máximo de dos puntos a las empresas que ofrezcan sistemas de identificación de usuarios en los contenedores de orgánica. Es decir, en un futuro y con esta mejora, una vez el vecindario se identifique mediante una tarjeta o aplicación móvil, la puerta se desbloqueará y se podrá depositar la basura. “Lo que queremos es favorecer este sistema en vistas a premiar a los vecinos y vecinas que reciclen mejor”, ha asegurado Campillo, “igual que hemos hecho en la EMTRE, que tenemos terminada la aplicación informática para los ecoparques del área metropolitana para aplicar un descuento en la tasa Tamer a partir de 2022”.

De esa manera, “queremos sentar las bases para que el Ayuntamiento pueda, en un momento determinado, hacer un descuento en una tasa o impuesto municipal o dar un beneficio a nivel municipal que se decidirá en el futuro”. Se empezará por el contenedor de orgánica “porque es lo más fácil de identificar y arrastra al resto”, puesto que “si tú separas bien la orgánica, separarás bien los envases, el papel cartón y el resto”.

Campillo ha explicado que “las ciudades estamos debatiendo cuál es el mejor sistema de recogida de residuos” y, “a mi parecer, el futuro de ciudades compactas como la nuestra pasa por sistemas de contenedores inteligentes”, aunque, por ejemplo, en los pueblos de València se podría adaptar también otras sistemas como la recogida puerta a puerta o el sistema de plataformas móviles como el de la zona norte de Ciutat Vella.

El regidor de Ecología Urbana ha señalado que, “si al final faltan sensores o no los ofrecen o no abarca todo el área, la intención del Ayuntamiento de València será licitarlo con recursos propios de inversión”. Para Campillo, este sistema constituye “una de las formas más efectivas en la ciudad de separar los residuos y minimizar su producción”.

Cuatro lotes

El contrato se dividirá en cuatro lotes. Los lotes 1, 2 y 3 tendrán una duración de 15 años, no prorrogables, y se corresponden con la distribución geográfica actual por distritos. Como novedad, se licitará un cuarto lote, por cinco años, reservado a empresas de inserción social para centralizar la limpieza de pintadas y eliminación de carteles en el espacio público en toda la ciudad. “A través de la contratación pública se pueden hacer políticas sociales y este es un claro ejemplo al favorecer la integración de personas con dificultades de acceso al mercado laboral”, ha manifestado Sergi Campillo.

Introducción de mejoras

Se estima que con el nuevo contrato se incrementará en un 50% la frecuencia del baldeo viario, pasando de uno cada 21 días a uno cada 10-12 días; se aumentará el servicio de recogida de muebles y objetos abandonados en la vía pública, y se ampliarán los dispositivos especiales de limpiezas intensivas que actualmente se realizan en los barrios de Orriols, Malva-rosa, Marxalenes y Cabanyal. Asimismo, se prevé la renovación de más del 50% del parque de contenedores, sobre todo los más viejos —resto, envases y papel-cartón—, para que sean más accesibles para las personas con discapacidad e impidan la apertura para diferentes fines de la recogida de residuos.

También se contempla la introducción de técnicas smart city para supervisar en tiempo real el recorrido de los equipos y controlar de forma telemática si los contenedores están llenos. Igualmente, se tendrá en cuenta la ampliación de personal y la renovación del parque de vehículos para que sean más ecológicos y minimicen el ruido.

Recogida selectiva

Según ha apuntado el vicealcalde, uno de los principales objetivos del nuevo contrato es incrementar la recogida selectiva de residuos. En ese sentido, ha detallado que cada día se genera una media de mil toneladas en la ciudad y ha explicado que en 2015 las fracciones de residuos selectivos supusieron un 12,6%; en 2019 subieron al 20,9%, y en 2020, llegaron al 27%.

“En cinco años ha habido un incremento de prácticamente 15 puntos”, ha señalado el titular de Ecología Urbana, para quien esta situación es el resultado de “la concienciación cada vez mayor del vecindario, las campañas de sensibilización, el incremento de los contenedores de reciclaje y la incorporación de la recogida de materia orgánica, que completamos entre este mes y el que viene en toda la ciudad”.

Ahora bien, el responsable municipal ha recordado que se deben cumplir las obligaciones legales que marca la Unión Europea, que establece un horizonte de reciclaje del 55% en 2025; el 60% en 2030, y el 65% en 2035. Por eso, “son imprescindibles políticas de gestión correcta de residuos”.

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