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Compromís quiere saber quién autorizó los bombardeos de la Legión Cóndor en El Maestrat

Junkers Ju 87, Stuka

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En el ochenta aniversario de los bombardeos de la Legión Cóndor sobre los municipios del Maestrat, una masacre en la que se realizaron pruebas con nuevos materiales sobre la población rural durante la Guerra Civil, el portavoz de Compromís en el Senado ha presentado una serie de preguntas para que el Ejecutivo responda quién autorizó los ataques.

El representante de la formación valencianista y senador por Castellón, Carles Mulet, ha explicado este lunes que la moción, elaborada junto a Junts Per Albocàsser, recuerda cómo aviones Stuka acabaron con 38 vecinos de poblaciones como Albocàsser, Benassal, Ares del Maestrat y Vilar de Canes; cuatro pueblos del interior de Castelló en zona republicana que vivían de trabajar el campo y del ganado y que hasta hace poco jamás sospecharon que fueron víctimas de un experimento nazi.

“Se cumplen ahora 80 años y tras 40 años de Ddemocracia nadie ha pagado por estos hechos y sigue sin conocerse quién o quiénes autorizaron a sus aliados a masacrar población civil inocente e indefensa con el único objetivo de probar el armamento que años después se utilizaría en la Guerra Mundial por los nazis”, señala Mulet, manifestando la repulsa de la coalición a la inacción de los poderes públicos.

Fue hace unos años cuando vieron la luz unos documentos cruciales 75 años después de los hechos articulados entorno a un informe del archivo militar de Friburg (Alemania). Los pilotos pertenecían a la legión Cóndor, enviada por Hitler para ayudar a Franco. Fijaron su base en La Sènia (Tarragona) y tenían la orden de calibrar si los tres bombarderos Junker 87A que trajeron aguantarían con una nueva bomba de 500 kilos, el doble que las lanzadas hasta aquel momento. El nuevo avión era conocido como “Stuka” y se desplomaban en picado sobre los objetivos, según explica la coalición en un comunicado.

El experimento, continua el texto de Compromís, habría sido determinante en la decisión alemana de apostar por los 'Stuka' para la todavía insospechada II Guerra Mundial, por eso los oficiales nazis, tenían una razón y se tomaron muchas molestias en documentarlo todo. Hasta 66 fotografías aéreas muestran el suelo como el tablero de un juego de mesa y flechas en tinta roja apuntan a los objetivos. Una elección aleatoria, práctica y fría. Los pilotos nazis habían ido a España a ganar dinero y salir del tedio. Podían volar hasta las marcas, descargar las bombas y volver para la hora de comer.

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