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Los audios de un cómplice de Zaplana: “Ahora los temas inmobiliarios están muy perseguidos. Eso que hacíamos antes no se puede hacer”

Eduardo Zaplana en el hotel Wellington de Madrid en una imagen de la grabación de las cámaras de seguridad.

Sergi Pitarch / Lucas Marco

Valencia —

Las conversaciones telefónicas intervenidas por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil al entorno del exministro y expresidente valenciano Eduardo Zaplana muestran cómo trabajaba la presunta banda en todo tipo de chanchullos millonarios. La investigación del caso Erial, que también incluyó seguimientos y grabaciones de encuentros entre Zaplana y el blanqueador confeso, Fernando Belhot, ha desvelado un entramado masivo liderado por el exministro del Gobierno de Aznar y dedicado en cuerpo y alma, pese a su delicado estado de salud, al delito de cuello blanco.

Los investigadores adjudicaron nombres en clave a los principales imputados. El expresidente de la Generalitat Valenciana es 'Zapador' y su blanqueador confeso Fernando Belhot es 'Sol'. Ambos se comunican por teléfono para concertar citas en un hotel madrileño que fueron controladas por los agentes de la UCO que les seguían la pista. Así, 'Zapador' y 'Sol' fueron grabados con una cámara tanto en el salón de la planta baja del Hotel Wellington del barrio de Salamanca de Madrid como accediendo a una habitación del séptimo piso de este cinco estrellas del barrio de Salamanca en el que el blanqueador uruguayo se alojaba en sus viajes a Madrid.

Zaplana y el blanqueador confeso de la banda solo hablan de banalidades por teléfono (el uruguayo ha visitado por primera vez Zaragoza y ha quedado “entusiasmado”) y quedan más tarde en verse en el hotel. “Justo estaba en reunión con el hombre del banco, el nuevo gerente”, le explica Belhot a “don Eduardo”.

En otra conversación telefónica intervenida por la UCO, el blanqueador confeso llama a Zaplana desde el aeropuerto de Barajas. “Hablé con la persona del medicamento y me dijo que mañana seguramente tenga una respuesta, a ver si lo puede encontrar”, dice crípticamente Belhot. “Estupendo”, responde Zaplana. El uruguayo detalló su papel en la trama al fiscal anticorrupción y a la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia que investiga el caso y devolvió 5,7 millones de euros del botín para cerrar su acuerdo de confesión.

Otros integrantes de la banda eran más explícitos en sus comunicaciones. Joaquín Barceló, el supuesto testaferro de Zaplana, mantiene una conversación con el asesor fiscal del exministro, Francisco Grau, sobre algún tipo de inversión inmobiliaria de la presunta banda. Grau, considerado por la juez del caso Erial como el artífice de la trama de cobro de mordidas y blanqueo de capitales, muestra sus reservas hacia el pacto alcanzado por el presunto testaferro de Zaplana con la otra parte. “Tenemos que pagar 900.000 euros”, dice Barceló, también conocido como Pachano.

En un momento de la conversación, el deslenguado asesor fiscal rememora los viejos tiempos del boom inmobiliario: “Ahora no podemos... Ahora, los temas inmobiliarios están muy perseguidos. Eso que hacíamos antes, yo compro sobre plano y te lo vendo a ti, sabes, y tú te comes... Eso no se puede hacer”. “Tú no puedes firmar esto”, recomienda a Barceló.

Esta es la transcripción íntegra de la conversación:

Joaquín Barceló: Buenos días, excelencia, te mandé aquello...

Francisco Grau: Eso no se puede firmar (...) No dice nada de impuestos, no dice nada del IVA y dice una cosa tan simpática (...) algo así como que le doy a usted este dinero, tengo una opción de un año y luego ya le diré yo cuándo firmamos. Quiero decirte, si firmamos dentro de tres, ¿me sigues?

J. B.: Sí, en eso lo he pedido yo. Yo he pedido otra cosa, que no me gusta, que dicen que si aparecemos y abandonamos tenemos que pagar 900.000 euros.

F.G.: Bueno, dice que si le vendemos a otro, no les vendemos a ellos. Ah, bueno, y otra cosa que está poco clara... A ver... Aquella historia que se decía antes, y ahora escrituras a nombre de un tercero, eso no... O sea, ellos pueden ceder ese derecho de opción a un tercero, pues que lo cedan. Pero nosotros no vamos a la notaría y firmamos con cualquier otro que se nos ponga delante... Tienen que hacer un contrato de cesión del derecho de crédito y tendrá que aparecer ahí. Ahora no podemos... Ahora, los temas inmobiliarios están muy perseguidos. Eso que hacíamos antes, yo compro sobre plano y te lo vendo a ti, sabes, y tú te comes... Eso no se puede hacer. (…) Tú no puedes firmar esto. Legalmente, si firmas esto... A ver, como no es delante de un notario, ¿me sigues?, no te vas a enterar. Pero si fuéramos a una notaría, ellos dicen: a ver, podré elevar esto a público. ¿Te acuerdas? Podrían haber dicho 'firmamos esto en tu notaría'. El notario no te dejaría firmar, tendrías que llevarle un certificado de que la junta ha dado el visto bueno. Entonces vamos a hacerlo bien, tú puedes llamar por teléfono y Fernando te dé el visto bueno, pero coño, que te lo firme él también. (…) A ti te tengo que decir que no firmes, que ni se te ocurra y al otro que si firmas, fírmalo en un acta. (…). ¿Llegaste a un acuerdo con el tema del precio?

J. B.: Sí, sí, sí. Está todo cerrado.

F. J.: No, que lo he dicho mal, de la señal. ¿Te la subieron o qué?

J. B.: Sí, ahí el tema es el siguiente y permíteme un minuto, Paco. Ahí el que interviene, el amigo del millonario, al margen de un amigo mío que lo conoce, intervendría para acelerar la escrituración, que eso está ahí hablado, ya te lo comentaré. El amigo el millonario es la mano derecha de Tomás Fuertes...

F.J.: Pero Joaquín, por favor, si me da igual... ¿Te van a pagar los 150 o te van a pagar 200? Lo único que digo es si eso lo tienes claro...

J. B.: Es lo que intento decirte, que me dijo ayer por la tarde de firmar el contrato...

F. J: Pero que ese es un dato que habrá que poner en el contrato final y mientras tanto, yo creo que le tienes que decir: oye, si tenéis eso claro vale; si no, acláralo, pero es un número, eso no cambia nada. Ese contrato, vamos a pasar una propuesta y no creo que lo podamos firmar la semana que viene, tendrá que ser el otro, el 16 o el 17, que es lunes o martes.

J. B.: No me van a esperar.

F.J: Bueno, pues fírmalo, yo que sé.

J.B.: No hombre, tampoco es eso, joder.

F.J.: Joaquín, tenemos que trabajar todos. Entonces, yo te lo haré en cuanto te lo pueda hacer, pero tú tendrás que conseguir también que el socio te lo firme. (...)

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