Una campaña para aprender a reclamar el copago farmacéutico
El consejero de Salud, Jon Darpón, daba a conocer hace un mes que, de las 500.000 personas beneficiarias de la compensación por el copago farmacéutico, sólo 50.000 la habían solicitado. Porque, aunque parezca mentira, en estos tiempos en los que todo está informatizado y se sabe hasta lo que cobramos, hay que solicitar a través de un formulario, que hay que entregar en el ambulatorio, esta compensación. Esto se debe a que muchos de los jubilados y pensionistas no están enterados de esta posibilidad o simplemente no realizan un gasto tan importante en medicamentos como para “meterse en papeleos”.
La asociación de Jubilados y Pensionistas de Gipuzkoa, Duintasuna, se ha hecho eco de estos datos y está realizando una campaña informativa en la puerta de los ambulatorios. A su vez, reparten la Carta de los Derechos Básicos de las Personas Mayores y Pensionistas reconocidos por las Naciones Unidas. Uno de sus miembros, Juan Mari Jauregui, apunta que “hoy más que nunca se hace necesario el agrupamiento de todas las personas mayores y pensionistas para proteger nuestros derechos conquistados y conseguir otros aún pendientes”.
Los miembros de Duintasuna han preparado varias mesas ante el Ambulatorio de Gros en San Sebastián para informar a los pensionistas de que, si cobran menos de 18.000 euros al año, tienen la posibilidad de solicitar la devolución de lo que han pagado en medicamentos. Jauregui denuncia que es una “vergüenza” que sólo el 10 por ciento de la gente que tiene la posibilidad de solicitar la compensación, lo haya hecho. A su juicio, “lo único que ha hecho el Gobierno vasco, desde que se implantó el copago, es poner dificultades a la gente”.
Mientras a Carmina le rellenan el papel, porque “no lleva las gafas encima”, reconoce que “no sabía que se podía reclamar” y que “aunque sea poco”, espera que le devuelvan lo que ha gastado “porque es tuyo”. María Ángeles reconoce que si no llega a ir al ambulatorio a entregar el informe de su operación no se enteraba, pero ya ha rellenado y entregado su formulario. Como otros muchos ‘aitonas’ en estos tiempos, Juan Luis llega hasta el ambulatorio con su nieto y para en una de las mesas a informarse. Tras la explicación detallada de los miembros de Duintasuna, indica que “no tenía ni idea”, pero “la verdad que pago muy poco, no es ningún sacrificio”. Sin embargo, Juan Luis entiende que “hemos cotizado toda la vida y ahora tenemos el derecho de no pagar”, además aunque a él no le afecte mucho “hay a gente que sí”.
La portavoz de Duintasuna Elkartea, Marian Esnaola, considera que son “muy pocos” los que han presentado la reclamación. Por ello, cree que el en esta situación el Gobierno vasco “tendría que hacer algo para no cobrar directamente a la gente”, ya que “saben perfectamente lo que cobra cada uno, lo tienen todo informatizado”. Marian reitera que “hay un montón de gente mayor que no sabe lo que tiene que hacer y que además está en malas condiciones físicas”. Por ejemplo, las personas que viven en las residencias. En este sentido, destaca que los directores de las mismas no informan a los familiares de esta posibilidad.
Los miembros de Duintasuna consideran que el ejecutivo vasco ha hecho “lo más cómodo” porque sabe que “como mucha gente no gasta mucho, no reclaman y eso que se llevan”. Así, calculan que “no se va a recuperar ni el 50% de lo que se puede”. Otro de los portavoces, Martin Altuna, asegura que van a seguir haciendo campaña y dando charlas en residencias, hogares de jubilados y asociaciones para explicar cómo se rellena el formulario, pero “tenemos el altavoz que tenemos”.
Altuna recuerda que Duintasuna Elkartea se concentra todos los lunes del mes en la Avenida de la Libertad de San Sebastián y “si somos 200 pues bien, si somos 100 también y si somos 50 pues 50” porque “hay que luchar y nunca darse por vencido”. A su juicio, “hay que salir a la calle, porque lo que está pasando es de vergüenza, es un robo”. El portavoz de Duintasuna asegura que la indignación de este colectivo se basa en que “están dándole a la banca liquidez a costa de nuestra enfermedad y nuestra sanidad”.
