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Euskadi, Galicia, Asturias y Cantabria se unen para impulsar el eje atlántico en España y Europa frente al mediterráneo

Una ertzaina saluda a los cuatro presidentes en las escalinatas del palacio de Ajuria Enea de Vitoria

Iker Rioja Andueza

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Los presidentes de Galicia, Asturias y Cantabria, Alfonso Rueda del PP, Adrián Barbón del PSOE y Miguel Ángel Revilla del PRC, se han desplazado este lunes a Vitoria invitados por el lehendakari del PNV, Iñigo Urkullu, para ofrecer una insólita imagen de coordinación y fuerza cuyo objetivo era poner en valor el “eje atlántico” frente al mediterráneo dentro de la Unión Europea pero también dentro de España. Demandan que se hagan efectivas las conexiones ferroviarias de alta velocidad y también otros compromisos relacionados con la lucha contra el cambio climático como el corredor de hidrógeno verde y que Pedro Sánchez, en el marco de la presidencia española comunitaria de este segundo semestre de 2023, haga suyos estos objetivos. “Queremos trabajar como un lobby atlántico”, ha solemnizado Urkullu.

“El creciente desplazamiento del eje de influencia europeo hacia el este hace que el foco de Europa comience a girar. Y, salvo que emprendamos una actuación conjunta, corremos el riesgo de quedar fuera de foco en las relaciones y en la toma de decisiones estratégicas. Apostamos por Europa y no queremos perder capacidad de influencia. Nuestra propuesta es impulsar el eje atlántico dotándonos para ello de una macrorregión desde la que trazar una visión estratégica conjunta para actuar en defensa de nuestros intereses”, ha resumido el anfitrión Urkullu, que ha recibido a sus homólogos gallego, asturiano y cántabro en el palacio presidencial de Ajuria Enea, donde los ertzainas han vestido uniformes de gala como en las ocasiones más solemnes. Con ellos han estado reunidos las consejeras Ethel Vázquez, de Galicia, Paula Fernández, de Cantabria, Ana Cárcaba de Asturias y Marian Elorza, que no tiene tal cargo pero que es la responsable de Acción Exterior del Ejecutivo vasco desde hace una década.

En la comparecencia conjunta posterior, en la que Urkullu ha saludado en todas las lenguas, se ha hecho mucho hincapié en la “larga lista de retrasos” en las conexiones ferroviarias de alta velocidad. En concreto, el lehendakari ha enfatizado que es inasumible que el Gobierno de Emmanuel Macron retrase a 2042 la línea de TGV de Burdeos a Dax y ni siquiera ponga fecha al tramo de Dax hasta la frontera de Irún/Hendaya. “Este planteamiento supondría un gravísimo incumplimiento de las obligaciones adquiridas por el Estado francés respecto del corredor atlántico europeo. Exigimos, por lo tanto, a la Comisión Europea y al Gobierno español que hagan todos los esfuerzos para que la fecha de 2030 sea una realidad, también en Francia”, ha señalado Urkullu, que ha repetido que las peticiones de estas regiones van “mucho más allá” y buscan también, por ejemplo, que el corredor atlántico del hidrógeno “no se quede en la frontera de los Pirineos y entre a la Península por el oeste en 2030 al igual que lo hará por el este”.

El atasco ferroviario

En el caso vasco, las primeras propuestas para crear un corredor de alta velocidad datan de la década de 1980, cuando el socialista Abel Caballero, actual alcalde de Vigo, era ministro de Fomento. Mientras en 1992 el AVE ya se inauguró, en concreto con motivo de la Expo de Sevilla, la primera piedra de la denominada 'Y vasca' por la forma en la que une las tres capitales de la comunidad autónoma no llegó hasta 2006. Desde entonces, se han ido sucediendo los retrasos y el último plazo para la finalización de las obras es 2027, lo que no implica ni la entrada en servicio ni la llegada a Bilbao y Vitoria, que requerirán soluciones provisionales inicialmente. Además, no está completada ninguna conexión. Hacia el sur, hacia Madrid, se trabaja en la línea Burgos-Vitoria, aunque solamente para pasajeros y no para mercancías. Hacia Navarra, no hay acuerdo político entre la opción Vitoria-Pamplona o la alternativa por Ezkio/Itsaso, la idea original y donde ya espera una estación construida. Y hacia el Cantábrico, el presidente Revilla suele bromear que la velocidad media de la conexión ferroviaria es más baja que la que hace Usain Bolt a pie. Galicia sí tiene AVE, pero en una línea radial hacia Madrid.

La 'Y vasca' es estratégica para la Unión Europea desde 1994, hace 29 años. En 2013 fue refrendada esta condición. En España es una infraestructura de interés general y la financia y construye el Estado salvo en el ramal de Gipuzkoa, cedido mediante encomienda de gestión al Gobierno vasco. Después, el dinero adelantado se descuenta del Cupo que los territorios forales abonan al Gobierno central. A 31 de diciembre de 2022, según datos oficiales, la parte correspondiente a las arcas autonómicas había supuesto un gasto de 1.940 millones frente a los 1.729 de los contratos cuando fueron adjudicados.

La influencia de Urkullu

Euskadi, Galicia, Asturias y Cantabria han insistido en mandatar a Sánchez a que “durante la presidencia española del consejo de la Unión Europea, el segundo semestre de este año” se articule una “estrategia-marco regional para el atlántico”. Navarra no ha sido invitada formalmente a este foro aunque también la comunidad foral demanda una mayor conexión ferroviaria. Según fuentes navarras, Urkullu envió el pasado viernes una carta a la presidenta María Chivite, socialista, explicándole que la cumbre se circunscribía a comunidades con salida al mar. Formalmente, también Andalucía forma parte del foro atlántico. “Estoy esperanzado de que lo compartan”, ha dicho el lehendakari.

No es la primera ocasión en la que Urkullu encabeza movimientos interautonómicos. El más sonado fue a finales de 2020 cuando el lehendakari lideró una petición de varios presidentes a Sánchez para declarara el segundo estado de alarma para controlar la COVID-19. Eso sí, más recientemente articuló un frente común con Galicia para demandar al Estado más plazas para cubrir las vacantes de médicos en atención primaria, al que luego se sumaron Catalunya, Murcia o Andalucía, entre otras. Antes, en 2017, se erigió en mediador entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont para evitar la declaración unilateral de independencia y el consiguiente 155 que suspendió la autonomía catalana.

Los cuatro mandatarios han ofrecido una rueda de prensa conjunta en la que había traducción para el euskera, idioma que ha empleado Urkullu en algunos pasajes. El deseo manifestado es lograr un foro “permanente” que haga de “lobby”. Alfonso Rueda, íntegramente en castellano, ha felicitado a Urkullu por la iniciativa ya que las cuatro comunidades están “unidas por intereses comunes”. Ha calificado la cita como la “perfecta demostración de que por encima de cualquier interés partidista está la defensa de los territorios” y ha destacado la necesidad de tener una “voz única en temas comunes”. “Tenemos razón y creo que es necesario trasladarla”, ha señalado y ha querido remarcar la importancia de la conexión ferroviaria con Francia por Euskadi y la importancia del hidrógeno como energía del futuro. También, como “potencia pesquera de primer nivel”, ha demandado igualmente sinergias en esta materia. “Seguiremos trabajando unidos. Eskerrik asko. Moitas grazas”, ha rematado Rueda.

“El lehendakari es de esas personas capaces de aglutinar en pro de conseguir objetivos comunes”, ha agradecido igualmente Miguel Ángel Revilla, quien también ha reseñado el “peligroso traslado de foco en Europa” que perjudica al arco atlántico. “Nos encontramos con el tapón de Francia”, ha señalado sobre los nuevos tramos de ferrocarriles de alta velocidad. Y ha lamentado el “concepto un tanto autárquico” de la política de Macron. En todo caso, ha pedido un “apoyo formal” del Estado a la conexión “Santander-Bilbao”, incluso sin financiación europea, porque es de “pura lógica” no tener que “bajar a Valladolid” para luego subir a Euskadi “para llegar a Europa”. El actual ferrocarril tarda “tres horas y diez minutos”. “La macrorregión será un lobby importantísimo”, ha señalado Revilla.

Adrián Barbón, presidente de Asturias y socialista, ha iniciado su parlamento con una frase de Adolfo Suárez durante su etapa como presidente en la Transición. “Hay que hacer normal lo que a nivel de calle es normal”, ha parafraseado. “Aunque sorprenda, es lo que se hace a nivel de calle. Lo más importante es que el lehendakari nos ha invitado a constituir un foro de presidentes permanente de la cornisa cantábrica. Tenemos muchos intereses comunes. Somos distintos pero no distantes”, ha remarcado. Y ha añadido que Asturias reclama el papel de las regiones y su “autogobierno” en el concierto europeo: “No nos sirve que haya una macrorregión que sea un vínculo entre Estados. Somos territorios con mayoría de edad. Capaces de tomar decisiones”.

¿Este movimiento podría irritar a las comunidades mediterráneas? “Mientras los demás se unen, no podíamos dejar de hacerlo nosotros”, ha respondido Rueda, que ha querido destacar que su predecesor y actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, era también perfectamente partidario de estos foros interautonómicos. “Nosotros no competimos con el corredor mediterráneo. Pedimos que haya un avance en paralelo”, ha añadido Barbón, citando las “disfunciones” actuales entre ambas redes. Más diplomático, Urkullu ha afirmado que “toda la península” forma parte del oeste: “La apuesta por el corredor mediterráneo suma, no resta”.

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