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Los ingresos por la COVID-19 caen casi un 20% pero Euskadi notifica 113 decesos, el máximo en 22 semanas

Una furgoneta de una funeraria. en Vitoria

Iker Rioja Andueza

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Como ya se venía intuyendo en los últimos días, se ha confirmado que la presión hospitalaria generada por la COVID-19 en Euskadi se va rebajando de manera clara. Este lunes hay casi un 20% menos de ingresados respecto al anterior. No obstante, no hay un desglose de cuántas personas han recibido el alta y cuántas han liberado su cama por defunción. El dato adquiere especial relevancia porque el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha notificado este lunes el peor acumulado semanal de decesos de personas que habían contraído el Sars-Cov-2 en 22 semanas, con 113 nuevos fallecimientos. Como dato, en el verano de 2021 el tope semanal fue de 44 y en el de 2020, antes aún de la llegada de las vacunas, de 85.

El dato todavía precisa de contextualización, ya que Osakidetza aún no ha detallado cuántos corresponden al período del 15 al 21 de julio y cuántos son notificaciones atrasadas de jornadas anteriores y cuál es el conteo diario. Con todo, es una subida muy importante respecto a los 86 decesos de la semana anterior. Desde la llegada de la variante ómicron, los fallecidos se han incrementado de manera muy clara. De hecho, al cierre del primer semestre en Euskadi ya había más muertes que en todo 2021. Ahora mismo, rondarían los 2.400. El total de la pandemia es de casi 7.500. La media diaria también es superior a la de 2020.

Por edades, en los últimos días todos los decesos de pacientes con COVID-19 se han dado en personas de 50 años en adelante. Han sido dos quincuagenarios, siete sexagenarios, 27 septuagenarios, 38 octogenarios y 39 o nonagenarios o centenarios. En 66 de los 113 decesos, Osakidetza entiende que el Sars-Cov-2 no ha sido la causa principal, pero ello en ningún caso les excluye de la estadística. Ya se ha explicado públicamente que periódicamente se depuran los registros de defunción antiguos y que se va eliminando algún caso que se entienda como completamente ajeno a la pandemia. El porcentaje de letalidad es del 1% de los contagiados, pero éste es un dato inflado porque son muchos los positivos que no se detectan o se registran.

La última ola, en todo caso, parece haber pasado su pico de más ingresos. Entre el 18 y el 24 de julio, los nuevos hospitalizados han sido 531 por 613 de la semana anterior. Ocupan ahora mismo una cama en la red de Osakidetza 576 pacientes por 700 de hace siete días. En la UCI hay 26 casos críticos cuando el máximo este julio llegó a 37. En los últimos días, 35 jóvenes de menos de 40 años han tenido que ingresar a causa de la COVID-19, pero el problema continúa entre los mayores, con tasas de ingreso del triple de la media.

La incidencia medida también cae. Del 18 al 24 de julio aparecieron 4.212 nuevos positivos. Es el registro más bajo en seis semanas. La tasa general es de casi 500 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, alerta roja, aunque la previsión es de fuerte caída a corto plazo. El R0 -que mide cuántos casos origina cada infectado- sigue de manera clara por debajo de 1 (0,78) y el porcentaje de las pruebas realizadas (PCR o antígenos validados) que confirman la infección ha bajado en unos días del 30% al 23%. Con todo, entre los mayores de 60 años la tasa es aún superior a 1.000 puntos e incluso está por encima de 1.300 entre nonagenarios y centenarios, para los que la letalidad es de más del 17% en caso de dar positivo. Por territorios, ahora es Álava la que tiene más casos. Supera ligeramente a Gipuzkoa, aunque aquí la tasa se ha desplomado un 40% en siete días.

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