Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Mérida ha recordado la represión franquista de hace 83 años, para pedir memoria, justicia y dignidad

Flores junto a la tapia del cementerio donde se producían los fusilamientos

José L. Aroca

0

Mérida ha recordado con un acto en el cementerio municipal la represión que se desencadenó en la ciudad tras la toma por las tropas franquistas hace 83 años, un caluroso 11 de agosto de 1936, un recuerdo que ha contado con testimonios de varios familiares, generalmente nietos y bisnietos, de personas asesinadas, y que ha terminado con una reclamación por parte del alcalde socialista, Antonio Rodríguez Osuna, de “memoria, justicia y dignidad”.

Ha sido junto a un memorial levantado en el centro del camposanto, que estaba cubierto con una bandera republicana y después ha recibido ofrendas de flores, en este recuerdo promovido este domingo por la asociación de la memoria histórica de Mérida y comarca, y el Partido Socialista local.

En nombre de la asociación ha hablado Libertad Sánchez Gil, para avisar que en la actual situación política “la derecha avanza” con propuestas peligrosas, y recordar que la dictadura franquista es sinónimo de “hambre, represión y desapariciones forzadas”.

A Wenceslao Romero de Castilla, ferroviario, lo fusilaron contra la tapia del cementerio el 15 de septiembre, poco más de un mes después de la toma de Mérida por los franquistas. Su nieto Pedro Romero de Castilla explica a eldiarioex que aún no ha conseguido averiguar por qué, aunque sospecha que fue por masón. El único papel que ha encontrado certifica escuetamente que fue “muerto por arma de fuego”. Es el primer testimonio familiar –concluido con un “el trifascio no pasará”- escuchado en el acto, al que se ha unido otro que recuerda a los abuelos Aquilina y José, a él “lo quemaron con gasolina en la puerta del cuartel de los soldados”; cinco hijos, el primogénito de los cuales, de 13 años, desapareció “sin que se volviera a saber nada”.

El ex alcalde Antonio Vélez ha vuelto a recordar a su tío Gonzalo Vélez Escobar, electricista, detenido tras ser denunciado por su patrón y fusilado; mujeres rapadas, familiares depurados. Dramas también como el de la familia de Jerónima Mateo Amigo, de muerte en el campo de Sagrajas, o fusilada contra la tapia del cementerio de Mérida pese a tener cinco hijos. “Yo quiero que mis nietos conozcan esa historia, pero sin odio”, ha explicado una descendiente.

Se vaciaron las calles, y empezó la represión

El alcalde actual, Antonio Rodríguez Osuna, ha tenido recuerdos para el ex director general de Industria en la Junta, Juan Antonio Muñoz, fallecido recientemente, “y que venía todos los años”, así como para Manuel Sánchez, creador del pub La Rivolta y promotor hace unos años de este acto los 11 de agosto.

Ese caluroso día de verano de 1936 las columnas de Asensio y Castejón cañonearon la ciudad durante dos horas desde la altura conocida como el tiro de pichón (donde está la consejería de Agricultura), batiendo la cabecera del puente romano para dejar libre el paso. La población, rememoraba hoy el alcalde, se refugió en sótanos de las casas y en los pasillos del teatro romano.

El puente ferroviario, “de hierro”, fue batido también con ametralladoras y constituyó otro punto de paso. La única resistencia fue de los republicanos en la plaza, o de un grupo de milicianos atrincherados en un bar. “Al mediodía se vaciaron las calles” y empezó la represión, los asesinatos, 200 en los dos primeros días según la asociación de memoria histórica de Mérida y comarca; a lo largo de varios años posteriores fueron entre 1.500 y 2.000.

El alcalde ha pedido “memoria, justicia, y dignidad”.

Etiquetas
stats