Revolución peatonal en torno al mercado de Puerta del Ángel, donde Almeida estrenó el urbanismo táctico
Las peatonalizaciones postpandemia están consolidándose poco a poco en los barrios de la capital. El Ayuntamiento de Madrid ha programado varias obras en los entornos donde cortó el tráfico en el año 2021, fruto de los Acuerdos de la Villa en los que todos los grupos políticos alumbraron al menos 21 nuevas zonas peatonales, una por distrito.
El barrio de Puerta del Ángel, en el distrito de Latina, fue el primero en el que se echó mano del urbanismo táctico para cortar el tráfico y donde desde hace unas semanas el área de Obras y Equipamientos ejecuta los trabajos necesarios para consolidar la peatonalización. Una transformación urbana alrededor del Mercado de Tirso de Molina que abarca tres calles y dotará de más sompras y superficies verdes a todo el entorno.
Las obras abarcan tres tramos principales: la calle Doña Urraca (entre Caramuel y Saavedra Fajardo), la calle Laín Calvo (entre el Paseo de Extremadura y Doña Urraca), y la travesía de la Plaza Huarte de San Juan, que conecta Doña Urraca con Doña Berenguela. Allí se establece la plataforma única para eliminar la diferencia de altura entre bordillos y calzada, para dejar además la prioridad peatonal en todo el entorno.
Con la actuación, se crea además un eje peatonal por la calle Laín Calvo desde el paseo de Extremadura hasta el mercado, con árboles, parterres y bancos donde hasta ahora solo había asfalto y -antes de la peatonalización provisional- coches aparcados.
Todos los pavimentos serán cambiados: el área de Obras colocará adoquines de hormigón de distintos colores y espesores, según el tipo de uso previsto en la zona, peatonal o compartido con otros vehículos. Menos vistosa pero igualmente importante es la reorganización de la red de drenaje superficial, reubicando imbornales y sumideros para adaptarlos a la nueva configuración de las calles.
Lo que más llamará la atención es la llegada de 18 árboles para dar sombra y la creación de parterres ajardinados a lo largo de las calles, al igual que los plantados por ejemplo en el entorno de la plaza de Olavide. Las especies elegidas para este espacio son Zelkova serrata, Magnolia grandiflora y Cercis siliquastrum, de porte ornamental y adaptadas al entorno urbano. Por debajo habrá arbustos y subarbustos cubresuelos, regados por goteo.
Junto a los árboles se colocará nuevo mobiliario urbano, como bancos de madera con estructura metálica (modelo “Diana” o similar), papeleras de polietileno. También llegarán nuevos faroles de tipo “Villa”, montados sobre candelabros de 3,5 metros de altura, que vendrán a sustituir las luminarias pegadas a paredes. Desde el departamento municipal que dirige la delegada Paloma García Romero indican que esta medida “no solo mejora la eficiencia energética, sino que también contribuye a liberar las fachadas de elementos técnicos, mejorando la estética del entorno”.
Está previsto la colocación de señales para marcar la nueva configuración peatonal, aunque la propia configuración de las calles en plataforma única servirá para desincentivar el uso del coche en el entorno.
Las obras para consolidar la peatonalización de este entorno comercial y residencial, que tendrá mayor calidad ambiental, accesibilidad universal y confort urbano, costarán 783.476,42 euros (IVA incluido). Los trabajos comenzaron el pasado mes de abril y está previsto que concluyan antes de que acabe el año.
Para entonces solo quedará un leve recuerdo de cómo eran estas calles antes de la mejora peatonal, que al inicio de su transformación fueron marcadas con grandes pictogramas azules para ir adaptando el espacio a los cambios definitivos que llegar ahora. Al igual que ha sucedido en otros distritos como Tetuán, donde la calle Tenerife ha sido también transformada en un entorno peatonal y naturalizado.
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