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Mirar al mundo desde lo local, la apuesta de Rivas para que la cooperación sea permanente

Miembros del Comité Internacional del III Foro Social Mundial de las Migraciones, celebrado en Rivas

Lourdes Barragán

Madrid —

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En el año 2008, en pleno estallido de la crisis económica, un municipio que entonces no alcanzaba los 70.000 habitantes acogía un congreso internacional. Rivas, hoy con más de 100.000 residentes censados, fue anfitrión del III Foro Social Mundial de las Migraciones, un congreso anual que reúne a miembros de la sociedad civil, organizaciones, académicos y migrantes con el objetivo de debatir sobre los derechos de personas desplazadas o refugiadas. A la llamada acudieron unos 3.000 delegados de hasta 90 países. Y eso marcó un punto de inflexión.

Más de 150 vecinos ofrecieron sus casas como alojamiento a los viajeros, según recogen informaciones de aquel mes de septiembre. Fue el primer paso de una apuesta desde lo local por entender la solidaridad (o la cooperación al desarrollo) como algo más que dar limosna. Rivas mantiene desde hace años la atención sobre el mundo, y da cobertura anual a proyectos o iniciativas ciudadanas que actúan en zonas como Etiopía, el Sáhara, Cuba o Palestina.

Recientemente, una delegación de siete jóvenes ripenses visitó Palestina para ayudar en campos de refugiados o llevar actividades culturales y espectáculos con la organización Pallasos en Rebeldía. Hasta la fecha, han sido más de 150 los que han efectuado estancias en territorios palestinos y, desde hace dos años, también se han organizado viajes inversos dada la situación en Cisjordania. Este mismo verano acudieron jóvenes y niños palestinos para conocer Rivas y su escuela de circo.

Tres jóvenes de Rivas que viajaron en diciembre a Palestina, en una estancia organizada por el Ayuntamiento y 'Pallasos en Rebeldía'

Luego, otro grupo de la ciudad madrileña se trasladó a lugares como Hebrón, Belén, Tulkarem o Nablus, zonas asediadas por Israel. Este año, el Ayuntamiento aprobó una partida de 176.000 euros destinada a nueve proyectos de cooperación internacional. El Gobierno municipal establece acuerdos de colaboración con entidades como Cruz Roja Española, UNRWA (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo), Guanaminos sin Fronteras, Medicuba España, XXI Solidarios, Sodepaz (Solidaridad para el Desarrollo y la Paz), Una escuela para Wonji, Rivas Sahel o Pallasos en Rebeldía. 

El requisito es presentar una propuesta que cumpla los requisitos y emane de una organización con sede en Rivas. Esa es la clave que explica, según fuentes municipales, el mantenimiento de las políticas de cooperación a lo largo de los años: el “arraigo” con entidades locales que existen en el municipio y que surgieron hace años por el “carácter solidario” de su población. En Rivas, los fondos de cooperación se vehiculan a través asociaciones que realizan trabajo de solidaridad internacional a lo largo del año, y que tienen una red de apoyo a nivel local. 

Marcha de la comunidad de paz de San José de Apartadó (Colombia), donde se afinca uno de los convenios para reconstruir una casa de procesamiento de caña de azúcar

En este sentido, el Consejo de Cooperación se configura como el espacio de participación municipal, en el que se toman las decisiones respecto a los fondos públicos y los proyectos que se promueven y apoyan. “Llevamos comprometidos con la causa palestina desde los noventa, y prueba de ello es la financiación de proyectos en su territorio o el hermanamiento con Jenin”, destacan fuentes municipales, refiriéndose a la ciudad en Cisjordania. 

La cooperación al desarrollo es otro brazo de un plan mayor a medio plazo, la Agenda Urbana Rivas 2030. Una estrategia municipal que pretende moldear un futuro “sostenible, compacto e inclusivo” para la localidad madrileña. Desde el Ayuntamiento aseguran haber invertido “más de 500.000 euros” en 15 años para proyectos en territorio palestino, y ensalzan eventos benéficos anuales como el concierto de Grimey x Palestina, un festival de música urbana que también colabora con Pallasos en Rebeldía en sus acciones para Oriente Próximo. Lo organiza una marca de ropa nacida en Rivas.

Nueve proyectos que actúan directamente sobre el terreno

Las últimas iniciativas que recibieron fondos públicos del consistorio para invertir fuera de sus fronteras pasan por África, Oriente Próximo o Latinoamérica. El primero de estos convenios financiará con 14.000 euros la reconstrucción de una casa de procesamiento de caña de azúcar en la comunidad de paz de San José de Apartadó, en Colombia.

Las comunidades de paz son grupos organizados que viven al margen de la guerra y los conflictos armados de un territorio, y es en una de ellas donde se centra la intervención de XXI Solidarios, la ONG que pilota este proyecto pensado para ayudar a descontaminar aguas residuales o reforzar su protección medioambiental. Para el mismo continente, el Ayuntamiento de Rivas dobla la apuesta con la asociación Sodepaz, a la que ha dotado de 23.500 euros.

Se destinarán a renovar o mejorar instalaciones en algunas comunidades energéticas de Santiago de Cuba, asentadas en zonas rurales de la provincia. Más al norte, en la localidad de Báguanos, contribuirán con 9.500 al trabajo de Medicuba España para levantar un centro policlínico. Otros convenios se van a África Occidental. Guanaminos sin Fronteras, asociación de Rivas que impulsa un proyecto de soberanía alimentaria en Burkina Faso, recibe 16.500 euros para contribuir a la producción local o la autosuficiencia en colegios de cinco pueblos del país.

La alcaldesa de Rivas, Aída Castillejo, junto a representantes de las entidades y ONG de cooperación internacional

La escuela Doyo Chale, en Etiopía, también obtiene 12.228 euros a través del proyecto Una escuela para Wonji, que busca instalar un comedor que blinde el derecho a la alimentación entre la infancia cuando esta debe trabajar a edades tempranas y contribuir a la economía familiar si no pueden alimentarse. Luego está la red de escuelas circenses de Pallasos en Rebeldía, que acompañó recientemente a un grupo de voluntarios a Palestina; o el convenio municipal con Rivas Sahel, con la que se mantiene una financiación de 49.000 euros para sus labores en los campamentos de refugiados de Tindouf (Argelia) o la mejora de las condiciones médicas y alimenticias en la infancia.

Uno de estos proyectos es Vacaciones en Paz, un programa de acogida que pone en contacto a familias residentes en España con niños saharauis de entre 10 y 12 años para que estos vengan a sus casas durante las vacaciones de verano. Además, existen lazos con grandes organizaciones. Cruz Roja Española recibe apoyo del Ayuntamiento de Rivas para proyectos en los campamentos de refugiados del Sáhara, centrados en estimular al alumnado con discapacidad en centros de educación especial.

El desembolso municipal es de 21.272, y otros 10.000 que irán a parar a la UNRWA (de las Naciones Unidas) mediante un convenio que aporta fondos y asistencia sanitaria en la Franja de Gaza. Su lógica es la siguiente: la solidaridad no solo se defiende enviando dinero y comida a países en conflicto o situación de escasez, sino cooperando con las entidades ripenses que ya trabajan allí.

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