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Licencia para matar: el último lobo de Álava tiene los días contados

La Diputación Foral de Álava dio el domingo 14 días para cazar al último ejemplar de la especie que queda en el territorio

Rubén Pereda

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Las agujas del reloj ya no se detienen para el lobo ibérico. Ha arrancado la cuenta atrás para el único ejemplar de la especie que queda en Álava, que tiene los días contados desde que la Diputación autorizara el domingo su caza durante dos semanas, alegando que es culpable de la muerte de otros animales. Se da la circunstancia de que, este mismo miércoles, el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco ha anunciado que lo incluirá en el catálogo de especies amenazadas, si bien en la categoría de 'interés especial'.

La Diputación sostiene que “la situación se ha ido agravando hasta ser insostenible”, con un total de “153 animales muertos por ataques de lobo de una intensidad y especial gravedad” en 2019. El descontento de los ganaderos de la sierra alavesa de Gibijo, una zona que linda con el valle burgalés de Losa, había ido en aumento en los últimos días.

Sin embargo, los colectivos ecologistas se han mostrado críticos con la decisión tomada por la Diputación y apuntan a que no se ha justificado su necesidad. De hecho, el Grupo Lobo de Euskadi señala que no se “ha acreditado que las explotaciones ganadera afectadas por los ataques del lobo hayan tomado medidas preventivas para evitar los daños”, un paso al que obliga la legislación vigente. Según este mismo grupo, el “informe que justifica la eliminación del lobo cita varias veces que se han tomado medidas preventivas”, pero “en ningún momento se enumeran”.

Este mismo grupo solicitó en 2018 que se incluyera al lobo en el catálogo de especies amenazadas, medida que ha anunciado este mismo miércoles el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco, aunque en la categoría de 'interés especial', la más baja. “Este nivel de protección, que se aplica en Euskadi a un total de 89 especies, implicará la elaboración de planes de gestión y seguimiento sobre las poblaciones existentes y de su convivencia con el sector ganadero”, explica.

Suspenso en la gestión de la coexistencia

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) publicó el año pasado un informe en el que suspendía a Euskadi en la gestión de la coexistencia del lobo con otras especies. “Necesita mejorar”, apuntaba el estudio, puesto que “los fondos asignados son muy escasos y no se incluyen costes de mantenimiento de medidas de prevención de daños”. Según el último censo poblacional, elaborado ya hace cinco años, el lobo se extiende por cerca de un quinto del territorio vasco, aunque tan solo se ha avistado una manada, por lo que el resto de ejemplares vive en solitario.

Por su parte, Ekologistak Martxan denuncia que la Diputación ha desoído a las más de 105.000 personas que se han sumado hasta la fecha a una campaña en la plataforma change.org para detener el “exterminio”. “El último lobo de Álava va a ser asesinado por unos ganaderos que curiosamente están siendo subvencionados con dinero de todos para la protección del medio natural”, señalaba el colectivo ecologista en un comunicado. Asimismo, anunciaba que va a poner los hechos en conocimiento de la Comisión Europea para que “se le retiren los fondos y se expulse a la Diputación Foral de Álava” del proyecto LIFE Oreka Mendia. Este programa europeo se ha usado, según los ecologistas, como “excusa” para permitir la caza, cuando, en realidad, “consiste en medidas piloto encaminadas a detener la pérdida de biodiversidad”.

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