Feijóo Noel
Fuera porque la melodía de los niños de San lldefonso invita a la generosidad, fuera por el poder del espíritu navideño o fuera porque era viernes y víspera de un finde largo, Núñez Feijóo se presentó en el Congreso de los diputados con regalos y se llevó por méritos propios el aguinaldo de una fotografía que estaba pensada para ponerle otra vez en evidencia, pero acabó con el líder gallego haciendo sonar la campana entre grandes risas.
Por mucho que los socialistas intenten ahora convencernos de que la propuesta de Feijóo, situando a la Comisión Europea como mediador/verificador del acuerdo para la renovación y/o reforma del CGPJ, les viene como anillo al dedo para normalizar al otro verificador/mediador, lo cierto es que el líder popular los pilló con el paso cambiado y pensando seguramente más en la lotería o en la búsqueda de nuevos adjetivos para calificar su incapacidad para dialogar y llegar a acuerdos. Se demuestra una vez más que, en la Moncloa, persisten en el mismo error que casi los lleva a la catástrofe en julio: infravalorar y dar por amortizado a Núñez Feijóo.
La sorpresa es un bien tan escaso en estos tiempos de hacer de todo para llamar la atención y conseguir el ansiado click que cuando la consigues el efecto se multiplica. Sánchez lo sabe bien. Ha dado unas cuantas sorpresas en su vida. El efecto sorpresa del mediador Vip propuesto por Feijóo ha puesto a la Comisión Europea a reflexionar si acepta semejante cáliz o ruega que se lo aparten, como si estuviéramos en semana santa y no en navidad.
Pasado el entusiasmo inicial y viendo las primeras declaraciones de los populares, puede que unos cuantos socialistas estén rezando para que Europa se quite de encima semejante marrón. A cambio de nada, porque aceptar a sentarse a negociar con un verificador que el otro ha propuesto con el claro propósito de usarlo como escudo humano si no hay acuerdo es lo mismo que nada, los populares se llevan varios aguinaldos.
El primero es que el PSOE les conceda que, en el asunto del poder judicial, existe un conflicto donde ambas partes tiene sus razones y su responsabilidad; no un bloqueo donde la derecha se amotina en las instituciones hasta que le den lo que quiere. Efectivamente, los equidistantes tenían razón.
El segundo aguinaldo consiste en aportar de balde otra prueba al relato de que, ni el presidente, ni el gobierno, son de fiar y que siempre tiene que haber alguien delante para que quede constancia porque te la van a jugar.
El tercer aguinaldo parece el más sustancioso: se le concede graciosamente al PP la regalía de usar a la Comisión Europea como un instrumento al servicio de su estrategia de partido y poder presentarla como el juez que nos protegerá de los desmanes del autoritarismo sanchista; exactamente lo que el PP llevaba intentando lograr, sin éxito, durante los últimos cinco años.
El precedente ya está sentado. Si no hay acuerdo sobre la financiación autonómica, que venga también a mediar la Comisión… en eso y en general en cualquier otro asunto que le convenga a la derecha ¿Alguien se imagina al gobierno francés o al ejecutivo alemán asumiendo algo parecido? Es como cuando te devolvían de la mesa de los adultos a la mesa de los niños. Si no eras bueno y no te comportabas, los mayores te dejaban sin tarta. Bo nadal e mellor aninovo.
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