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“Javier Maroto está coqueteando con el discurso del odio”

Andrés Krakenberger.

Natalia González de Uriarte

Tras registrar y hacer pública la solicitud de amparo ante la ONU por la presunta vulneración del derecho a ser protegida que sufre, a su juicio, la población inmigrante de Vitoria-Gastiez, Andrés Krakenberger ha hablado para el diarionorte.es. Asegura que la asociación que dirige, Argituz, ha visto cercenada su labor en defensa de los derechos humanos tras la interrupción 'in extermis' por parte del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz de los talleres escolares contra el racismo y la xenofobia. Krakenberger habla en calidad de presidente de Argituz pero también respaldado por los años de activismo en defensa de los derechos humanos tras su larga trayectoria en Amnistía Internacional y otras entidades.

Admite que su preocupación por el “clima enrarecido” que se respira en la ciudad ha motivado su llamada de alarma ante la alta instancia europea y asegura que el alcalde Javier Maroto, con sus declaraciones sobre los inmigrantes y el fraude en el cobro de las ayudas “coquetea con el discurso del odio”.

¿Cuenta con que pueda haber sectores que vayan a tildar su solicitud de amparo ante la ONU de desmedida?

La petición de amparo no es únicamente por la anulación de un taller, esto es la punta del icerberg. Y el iceberg es todo el clima enrarecido, creado y fomentado por parte del alcalde desde el julio del año pasado. Entonces es cuando hizo esas primeras declaraciones- alimentadas después de forma reiterativa por parte de Maroto y por parte de otros dirigentes populares- señalando con el dedo a un colectivo, a los inmigrantes, diciendo que son culpables de un mal del que no lo son y sin presentar además prueba alguna que avale este argumento.

¿Existen evidencias suficientes que les lleven a asegurar que en la ciudad se respira ese clima enrarecido al que se refieren?

Cualquier ciudadano habrá escuchado innumerables quejas, lanzadas al socaire de las declaraciones del alcalde, sobre esos inmigrantes que viven como Dios mientras sus familiares lo pasan muy mal con esta crisis. Y lo hacen desde ese argumento tan manido de que los extranjeros se llevan las ayudas, sin plantearse en ningun momento la realidad, y es que las prestaciones sociales se atribuyen y deniegan en base a baremos iguales para todos. Si estamos descontentos con cómo se aplica una norma, que se revise, cambie o mejore el sistema. Si se dice que hay fraude, se debe combatir pero lo cometa quien lo cometa. Pero lo que está ocurriendo es que cierta ciudadanía, legitimada por el discurso de su alcalde, señala como responsables de ese fraude, como foco e inicio de la injusticia, a un colectivo étnico en concreto. Eso, en todos los códigos internacionales sin excepción, se define como discurso del odio. Extender ese mensaje permite que se monte un escándalo porque una persona vestida de determinada manera se bañe unas piscinas municipales o que un conductor de autobús se arroge el derecho y la autoridad de no admitir a una persona en el autobús porque luce un 'yijad'.

Sin embargo, la Fiscalía del País Vasco ha archivado las diligencias abiertas contra el alcalde tras la denuncia presentada por SOS Racismo por los supuestos delitos de incitación al odio.

Sí, pero ese archivo de la denuncia no convierte el comportamiento del alcalde en política ni éticamente correcto ni moralmente aceptable. Que no se confunda el archivo penal con una conducta adecuada en política. El archivo de este tipo de denuncias suele ser habitual porque el delito que se denuncia limita con la libertad de expresión. Entramos en un terreno resbaladizo. Javier Maroto con sus declaraciones, está coqueteando con el discurso del odio. Lleva al límite el ejercicio del derecho de libertad de expresión y roza lo punible por señalar a los inmigrantes pero sin traspasar la frontera. Por ese motivo se archivan las diligencias. Pero eso no quiere decir que sus palabras no seas censurables y más cuando se pronuncian por boca de un dirigente político que debe tener una conducta ejemplar de cara a los ciudadanos y debe promover la tolerancia. Su expediente no está limpio aunque se haya archivado la denuncia

¿Los efectos que a su juico provoca la propagación de ese mensaje serán muy difíciles de erradicar?

Sin duda y esta es otra de las irresponsabilidades en las que incurre el alcalde. Se está cargando años y años de educación en derechos humanos y de igualdad de todos ante la ley. Vitoria nunca ha sido una ciudada conflictiva en esta materia. Ahora estamos inquietos, porque por el camino que vamos, sí podría llegar a serlo. Esperamos que lo que ahora es un clima enrarecido no degeneré en algo más grave. En este caso también los grandes perjudicados han sido los escolares a los que se les priva de recibir unos conocimientos en materia de derechos humanos que habían sido seleccionados previamente por los centros escolares.

En su exposición de los hechos hablan de censura. ¿No creen que pueda haber habido otro tipo de razones que hayan provocado la supresión por parte del Ayuntamiento de Vitoria del taller sobre racismo y xenofobia? ¿Recortes, tal vez?

El proyecto estaba encarrilado. De víspera, a ocho horas de comenzar la primera sesión en el centro educativo Las Mercedarias, nos dan el alto. Es entonces cuando llegan las instrucciones de paralizar la iniciativa y no antes. Si respondiese a una política de recortes nos lo habrían parado mucho antes, y no a escasas horas de dar comienzo el taller. No habrían aprobado la subvención de algo mas de 4.000 euros que nos asignaron desde el Ayuntamiento.

¿Consideran ajustadas las reacciones de otros grupos políticos y agentes sociales hacia esas declaraciones reiterativas del alcalde?

Nosotros hacemos nuestra labor natural solicitando amparo a relatores de Naciones Unidas pero todos los demás agentes sociales y políticos tiene también cada uno su camino para exigir una modificación de esta conducta. Nosotros hemos hechos un llamamiento a otras colectivos que trabajen en la defensa de los derechos humanos que hayan visto cercenados sus proyectos, lo denuncien. Tenemos todos que remar contra esta corriente de discurso del odio.

¿Qué se puede esperar de esa petición de amparo ante la alta instancia europea? ¿Un toque de atención al alcalde?

Suelen emitir una serie de recomendaciones. No sabemos si las enviarán al Gobierno de Madrid para que interceda y se ponga en contacto con los responsables municipales de Vitoria o lo harán directamente con el Ayuntamiento. Lo habitual en estos casos es que tengan como interlocutores a los gobiernos de las naciones. La forma de proceder de los relatores de la ONU a partir de estas denuncias consiste en recopilar información de los diferentes estamentos implicados y establecer un diálogo escrito o presencial para aclarar lo sucedido. Después dictan esas recomendaciones para que se resuelva el problema denunciado y evalúan después los avances que se hayan podido desarrollar en el caso. En cualquier caso, la respuesta lleva su tiempo. No suele ser rápida.

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