Lo que cuesta afiliarse: los partidos están de rebajas
Prácticamente todos los partidos reconocen que han perdido afiliados en los últimos años -igual que los sindicatos- lo que en primer término atribuyen a la crisis, y en algunos casos, también a la pérdida de confianza de la ciudadanía en las organizaciones políticas. Quizá por esto, desde el inicio de la crisis, han puesto especial empeño en facilitar el papeleo para unirse a sus causas -en la mayoría de los casos ya se puede hacer por Internet el trámite completo- y en incluir precios especiales, con rebajas para determinados colectivos. Los partidos son recelosos a la hora de ofrecer cifras sobre su número de afiliados -Equo y UPyD en Andalucía directamente dicen que no cuando este diario le pide los datos- y también a someterse a un análisis de la evolución de sus seguidores.
En cualquier caso, aunque el número de afiliados es clave para conocer la relevancia del partido, el peso que las cuotas tienen en los ingresos de los mismos es mínimo, en torno al 13%, si se compara con subvenciones de las administraciones, que son las que los sostienen en España. De este modo, el que más ingresó por cuotas en 2011, el último ejercicio controlado por el Tribunal de Cuentas, fue el PSOE -este organismo sólo ofrece datos totales y no por federaciones- con 18.032.378,04 euros. Mientras, el PP ingresó por el mismo concepto 12.078.165,31 euros. En ambos casos ha supuesto un ligero incremento con respecto a los dos ejercicios anteriores, pero se auguran caídas para los años 2012 y 2013. Como la que ya ha experimentado IU, que en 2011 ingresó por cuotas 1.631.873,00 euros (en 2009 superaba los 2,2 millones de euros por este concepto).
¿Cuánto cuesta ser militante?
El coste de la militancia depende en gran medida del tamaño del partido: cuanto más grande y más fuerza, más barato, mientras que los más pequeños y/o nuevos son más caros. De este modo, el más económico para el militante es el PP, que cobra 20 euros al año. Es también el que más afiliados tiene, siendo Andalucía la comunidad autónoma en la que más, aseguran, aunque no revelan la cifra. En total son más de 850.000 en el conjunto del país, según los datos que ofrece la organización, si bien es cierto que también suma a los miembros de NNGG. En el extremo opuesto, UPyD, con una cuota de 20 euros, pero al mes, lo que eleva el coste a 240 por año. Tiene también un precio especial de siete euros para parados, jubilados, estudiantes u otras personas “en circunstancias especiales”, que puede solicitarse enviando algún documento que lo justifique.
Como partido también pequeño, Equo figura entre los más caros. Cobra cobra 120 euros al año, que se pueden fraccionar en tres pagos, pero también tiene una cuota reducida de 50 euros, sin dar más explicaciones, sólo si “te supone un esfuerzo en estos momentos”. Permite hacer todo el trámite por internet y no pone más requisitos.
Mientras, en el PA, la afiliación cuesta 15 euros cada dos meses, con cuota reducida de cinco para desempleados, estudiantes y pensionistas.
En el caso del PSOE, con unos 250.000 militantes (más de 46.000 en Andalucía, donde ha crecido un millar los últimos dos meses), la cuota es de cinco euros al mes, también según datos del propio partido. Estudiantes, desempleados y jubilados pagan menos. De hecho, este año inició una campaña de media cuota para parados, pensionistas con la prestación mínima o ingresos por debajo del salario mínimo interprofesional, y de un euro al mes si los afiliados llevan más de un año en paro.
Pese a que es una coalición de distintos partidos, también es posible afiliarse directamente a IU, que fija una cuota de cinco euros mensuales y ofrece una cuota mensual reducida de tres euros para estudiantes, amas de casa, pensionistas por debajo del SMI, trabajadores por debajo del SMI y desempleados.
Los requisitos que fijan
Todos los partidos tienen dos fórmulas de captación: militante (paga la cuota) y simpatizante (no tiene obligación económica con el partido y por tanto su nivel de compromiso, y también de participación, es menor). Con carácter general, todos exigen la mayoría de edad (en muchos casos cuentan con organizaciones para los menores) y no estar afiliado a otro partido, lo que no ha evitado casos curiosos de concejales que estaban en el poder por una formación y formaban parte de otra. Lo de tener la nacionalidad española, o de algún país miembro de la Unión Europea, depende de cada caso: el PP-A y UPyD lo exigen claramente, mientras que el resto pasa más de soslayo por este tema. El PP-A, además, tiene un requisito añadido con respecto a otras formaciones -el PSOE-A funcionaba igual pero lo eliminó- que consiste en que la ficha esté “avalada” por dos afiliados.
Conviene apuntar también que a efectos fiscales tiene una ventaja, o sea, desgrava. La Ley Orgánica 8/2007 establece que “las cuotas de afiliación, así como las restantes aportaciones realizadas a los partidos, serán deducibles de la base imponible del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas, con el límite de 600 euros anuales”.