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La costa de Granada se ahoga con los residuos plásticos de sus invernaderos

Acumulación de residuos plásticos en las playas de Albuñol

Álvaro López

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Se suele decir que desde el espacio es posible ver la Muralla China, pero también el 'mar de plástico' que adorna buena parte de la cornisa sureste de la península Ibérica. Los invernaderos que le dan forma ocupan sobre todo la costa de Almería, pero Granada cada vez tiene más agricultura de este tipo. Lo que por un lado es una buena noticia para la economía local se ha convertido desde hace décadas en un problema medioambiental que gana importancia conforme los ciudadanos adquieren conciencia. La Costa Tropical de Granada se ahoga entre residuos plásticos.

La agricultura bajo plástico, conocida comúnmente como agricultura de invernadero, es la gran culpable de las escenas que se pueden ver cada año en buena parte de la zona costera granadina. Además de decorar el horizonte con la apariencia clásica de estas plantaciones, también es un peligro para el entorno natural si no se recicla correctamente. Según explican los ecologistas, “el residuo más peligroso es el plástico negro, porque no se puede reciclar fácilmente”. Este elemento es cada vez más común en la vida cotidiana y no lo es menos en la agricultura de invernadero.

En las últimas décadas ha habido varios problemas relacionados con la proliferación de estas plantaciones y la dificultad para controlar los residuos. En Albuñol, uno de los municipios más afectados, la expansión de estas instalaciones ha sido tal que la justicia obligó a derribar el año pasado una serie de invernaderos que se habían construido ilegalmente en una zona de playas de dominio público. Tras más de un centenar de expedientes, los agricultores tuvieron que dejar esa zona y evidenciaron con ello un problema de ocupación del terreno que dificulta la recogida de residuos.

Suciedad y contaminación

Los ecologistas llevan mucho tiempo reclamando que se tomen cartas en el asunto y que se resuelva el problema que hay en la costa granadina con los residuos de los invernaderos. Juan Antonio Martínez, de Ecologistas en Acción, denuncia que “cualquiera que pasee por muchos lugares de la costa verá bolsas de basura y plásticos tirados por el suelo”. Residuos que en muchas ocasiones llegan hasta la misma playa. “El mar se los acaba tragando”.

Martínez afea la actitud de todos los implicados porque “se lavan las manos”. Sobre todo señala a la Junta: “Son los resposables de que las leyes se cumplan y la ley de gestión integrada de la calidad ambiental y varias más relativas a residuos son autonómicas”. Además, según el ecologista, “nadie recoge los residuos y algunos agricultores o tiran la basura porque no tienen dónde reciclarla o ni se preocupan por hacerlo”. Por si fuera poco, Juan Antonio Martínez asegura que “antes les pagaban a los agricultores por reciclar plástico y ahora son ellos los que tienen que pagar para que se lo reciclen, por lo que pocos lo hacen”.

Por su parte, la alcaldesa de Albuñol y presidenta de la Mancomunidad de Municipios de la Costa Tropical, María José Sánchez (PSOE), opina como los ecologistas y cree que las administraciones “no están haciendo nada por solucionar el problema”. “Cada año limpiamos nuestras playas, pero las que no son del municipio no son de nuestra competencia”, recuerda la edil poniendo énfasis en que han de poner dinero de las arcas locales para arreglar una contaminación que no producen ellos.

Civismo

Los agricultores de la zona reclaman medios para poder depositar los residuos que salen de sus invernaderos. “La gran mayoría cumple con sus obligaciones y trata de buscar una salida al plástico que tienen que tirar”, señala la alcaldesa del Abuñol. Sin embargo, hay otros agricultores que no toman esas precauciones y que acaban por tirar en cualquier parte sus basuras. “La mayoría de las localidades de la costa viven de los invernaderos y no van a señalar a sus propios vecinos”, recuerda Juan Antonio Martínez, de Ecologistas en Acción.

En ese sentido, los implicados reclaman más presencia de la Guardia Civil y del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) para poder sancionar a los agricultores que no reciclan sus residuos. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente indican a este medio que en los últimos cuatro años se han interpuesto cerca de 300 denuncias, aunque solo la mitad de ellas han llegado a ejecutarse. Los datos también confirman que el problema de los residuos plásticos ha empeorado en este 2020 porque se roza ya el centenar de denuncias cuando en los últimos años el número de sanciones iba en descenso.

Falta de medios

La solución al problema pasa por que los agricultores cuenten con plantas de reciclaje en las que puedan dar salida a la basura que generan. En los últimos años ha habido varios intentos de poner en marcha este tipo de infraestructuras. Uno en Motril, donde se levantó una planta de reciclaje que tuvo que cerrar temporalmente pero que funciona de manera más o menos óptima, y otro en Albuñol, donde iban a parar gran parte de los residuos plásticos de los invernaderos de la zona.

Según recuerda su alcaldesa, las instalaciones se abrieron en 2014 y las tuvieron que cerrar tres años después, en 2017, porque “la Junta nos comunicó que no éramos competentes y que no cumplíamos requisitos para tener recinto de acopio abierto. Con lo que la situación que ya estaba controlada dejó de estarlo”. La edil reconoce que eran “conscientes del tema, pero el servicio público que se daba era muy bueno”. Fuentes de la Delegación de Medio Ambiente sostienen que esos hechos sucedieron en el anterior mandato y que desconocen en qué términos se desarrollaron.

Por su parte, desde la Diputación de Granada muestran su apoyo a los municipios de la costa porque son conscientes del problema que existe, pero “a nivel político no podemos hacer nada”. Paralelamente, en el Ayuntamiento de Albuñol llevan tiempo reclamando al Ministerio de Transición Ecológica que regenere sus playas de La Rábita y El Pozuelo –dos de las más afectadas por los residuos– y construya espigones que ayuden a que la costa no solo deje de estar contaminada, sino que no se destroce en cada temporal marítimo.

En el Ministerio aclaran que “los proyectos de los espigones de La Rábita y El Pozuelo tienen prioridad alta en el documento de Estrategia de recuperación de la Costa de Granada. Ambos se encuentran en la Dirección General en la oficina de supervisión de proyectos, a la espera del visto bueno para la tramitación ambiental”. También recuerdan que están estudiando el “acondicionamiento de la fachada marítima de Albuñol”. Este no aparece reflejado en la estrategia por sus características específicas, pero “el pasado 31 de julio finalizó el período de información pública. No requiere de estudio de impacto ambiental. La adjudicación de la obra podría estar lista a finales de este año para llevar a cabo su ejecución a partir del año próximo”.

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