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Vox convierte el nombre de Canal Sur en uno de los grandes escollos para apoyar los presupuestos de 2021

Sede de Canal Sur Televisión.

Consuelo Durán

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Lo que quiere Vox es que cierre Canal Sur (como ya ha manifestado en numerosas ocasiones), como todas las televisiones autonómicas (las radios no las suele mencionar), pero si no lo consigue, al menos pide que le cambien el nombre. Se trata de un gesto en el que ha puesto tanto empeño que se ha convertido en uno de los principales escollos de las negociaciones con el Gobierno de Andalucía para los presupuestos de 2021. Fuentes de la negociación han reconocido que en este punto están a día de hoy las conversaciones para sacar adelante el presupuesto COVID y que lo que las mantiene “bloqueadas” es la denominación de la cadena de la Radio Televisión Andaluza (RTVA).

Las mismas fuentes aseguran que Vox tiene instrucciones desde la dirección estatal de que ni siquiera se llame “Andalucía Televisión”, que fue el nombre inicialmente propuesto por su portavoz parlamentario, Alejandro Hernández, y que, de hecho, ya existe como segundo canal de la RTVA, aunque relegado a un papel muy secundario después del tijeretazo en 2012, que obligó a cerrar su programación y ha quedado como espacio de volcado de contenidos. Es más, en Canal Sur se recibió esta propuesta, lanzada la pasada semana, como un intento de “diluir la marca”, como paso previo para caminar hacia la progresiva desaparición.

Pero ahora la orden -según algunas fuentes, del propio Santiago Abascal- es que tampoco aparezca Andalucía en el nombre. ¿Por qué le molesta tanto a Vox el nombre de Canal Sur? Porque para Vox las palabras importan como vienen demostrando a lo largo de toda la legislatura. Por eso, sus diputados suelen llamar “presidente” a la máxima responsable del Parlamento de Andalucía, Marta Bosquet, y no presidenta. Y el nombre de Canal Sur les suena a la etapa socialista, dicen en el partido, que pretende con ello iniciar una serie de cambios encaminados a la reducción de la RTVA. Igual que con la llamada administración paralela, en la que tiene puesto su otro punto de mira, y por eso ha incluido una lista de entidades instrumentales y organismos a cuya desaparición vincula su apoyo a las cuentas.

Una obsesión recurrente

Periódicamente Vox pone la diana en la RTVA, abocada a un progresivo desmantelamiento con más de una década sin procesos selectivos y con la previsión de que en la próxima se jubile un tercio de su plantilla. Lo hizo en la negociación para la investidura, cuando pidió su cierre, inviable sin modificar el Estatuto de Autonomía de Andalucía; un año después, arremetió contra sus trabajadores por calificar a la formación de ultraderecha; el pasado mes de junio, con una moción en el Parlamento de Andalucía para reducir el presupuesto y el personal de la RTVA; y en esta negociación de los presupuestos lo ha vuelto a poner en el foco de la negociación con el PP y Ciudadanos que siguen calificándolo de “socio preferente”, mientras rebajan el tono con PSOE y Adelante Andalucía para sortear por lo menos el debate a la totalidad la próxima semana en el Parlamento de Andalucía.

José Antonio Nieto (PP) reconoce que en los “gestos” es donde están los problemas, más que en los números. Algo que se lleva repitiendo con Vox desde el principio en Andalucía: sus peticiones no son “caras”, sino que modifican discurso. Dice que ellos le han quitado el color azul a los presupuestos, pero por eso mismo no quieren que lo tengan “rojo, morado o verde”. En la misma línea, este miércoles ha comentado: “Desde el respeto absoluto confío en que seamos capaces de volver a esa atmósfera en la que hemos trabajado y ha sido bueno para Vox, para el Gobierno de Andalucía y, sobre todo, para los andaluces”.

Pero precisamente son los gestos, con mucha carga ideológica, los que usa Vox para ir perforando los consensos, como ya hizo con la exigencia de un teléfono para víctimas de la violencia intrafamiliar (denominación que quiere imponer por encima de violencia de género) con los anteriores presupuestos, y que la Junta de Andalucía se ha apresurado a poner en marcha hace unas semanas en vista de que las negociaciones para el del año próximo se enconaban.  

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