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Cantabria planea conectar los municipios de más de 5.000 habitantes con 204 kilómetros de carriles bici

Carril bici en Santander.

Claudia Sáez

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El desarrollo sostenible ha sido, desde siempre, uno de los ejes centrales del proyecto común europeo desde la puesta en marcha de la Agenda 2030, y la bicicleta se ha convertido en un potente instrumento de cambio. Así lo ha considerado el Gobierno de España, que ha presentado este mes de junio la ‘Estrategia Estatal por la Bicicleta’ con treinta acciones para fomentar su uso. Y es que esta estrategia busca conseguir aumentar la cuota modal de la bici en detrimento del coche. De hecho, el mismo camino sigue el ‘Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que pretende que, en 2030, un 35% de los viajes que hoy se realizan en vehículo se hagan usando fuentes no contaminantes.

Por su parte, el Ministerio prevé la creación de una red de vías interurbanas en todo el país, y Cantabria ya se ha puesto en marcha para sumar kilómetros de movilidad verde. Por ejemplo, el último conjunto de carriles bici que ha conseguido unir más núcleos urbanos es el que va desde Santander a Ontaneda, con 50 kilómetros transitables en total. Por su parte, el Ayuntamiento de Santander también ha querido impulsar el uso de la bicicleta con los nuevos tramos o las ayudas de 350 euros a los vecinos que compren bicicletas eléctricas.

Uno de los puntos esenciales de este plan pasa por apostar por la integración de la bicicleta en los espacios naturales de la comunidad, con la intención también de promover el turismo en bici como motor económico de las zonas rurales deprimidas. En este sentido nace la ‘Red de rutas y destinos ciclables’, con nuevas infraestructuras de titularidad local, autonómica y estatal.

Aun así, en la comunidad existen pocas infraestructuras ciclistas, con una red de vías de 217 kilómetros. Además, la mayor parte están diseñadas para el uso de la bicicleta como un instrumento de ocio y no como un medio de transporte cotidiano. “En general, presentan deficiencias de diseño y son inconexas. Los aparcamientos son escasos, tanto en ámbitos públicos como privados, y las viviendas no cuentan con espacios de aparcamiento para las bicicletas”, recoge el ‘Plan de Movilidad Ciclista de Cantabria’.

Este nuevo plan gira entorno a un desafío clave: desarrollar redes que promuevan el transporte 0 emisiones. Pero no es solamente ese el objetivo, sino que también buscan “favorecer la seguridad y la incorporación de nuevos usuarios, aportar servicios imprescindibles para el uso de la bicicleta, reequilibrar el espacio público y, sin duda, que se conviertan en un activo territorial”.

En la actualidad, la red de vías prioritarias que conecta los principales núcleos de población cuenta con 47 kilómetros de distancia. Con este nuevo proyecto se pretende conectar las zonas de más de 5.000 habitantes, consiguiendo así 204 kilómetros, lo que aumenta el tejido ciclista de Cantabria en un 23%. En el caso de la red complementaria, que cuenta con 170 kilómetros, crecerá hasta los 644 que vertebrarán los principales nodos de actividad turística, las conexiones territoriales limítrofes y algunos itinerarios singulares, como el Camino de Santiago. Asimismo, y unida a esta infraestructura, se suman nuevos aparcamientos en condiciones similares a otros vehículos, y sistemas de préstamo de bicicletas.

Sendas ciclistas en marcha

Por otro lado, son varios los proyectos que la comunidad tiene en proceso para aumentar el número de carriles bici de Cantabria. Por ejemplo, un nuevo itinerario ciclista entre el PCTCAN y los núcleos de Bezana y Sancibrián se encuentra en proceso de aprobación por el Consejo de Gobierno. Otra conexión ciclista y peatonal entre la estación de FEVE de Barreda y la vía ciclable existente entre Los Corrales de Buelna y Suances también se está tramitando por parte de la DGT.

Pendientes de licitación se encuentran otros, como el itinerario ciclista en Arenas de Iguña o el carril peatonal desde Mompía a Bezana, así como la senda costera desde Pontejos hasta Pedreña (GRL-26 y GRL-27) en el municipio de Marina de Cudeyo. Finalmente, en proceso de redacción están los proyectos para la senda ciclista de Villaescusa, el carril bici de Laredo, la conexión ciclista entre la pasarela Saja - Besaya y la vía ciclable Los Corrales - Suances, y el itinerario Reinosa – Plaza de las Estaciones hasta Matamorosa – Barrio San Miguel.

En este sentido se ha pronunciado esta misma semana el consejero de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo, José Luis Gochicoa, en la clausura de las jornadas sobre el Plan de Movilidad Sostenible de Cantabria. El consejero ha subrayado la necesidad de “ser capaces” de desarrollar un Plan de Movilidad Sostenible que “dentro de diez años nos permita estar donde queramos ir”. Ha señalado también que este documento “es el camino a seguir” y ha esperado “que todos lo conozcamos y sigamos trabajando en ello y que, de alguna manera, tengamos bien marcada la dirección para intentar llegar al objetivo” de Cantabria.

Un avance que sigue siendo lento

“Hay buena intención por parte de los gobernantes”. Así lo afirma Raúl Reyes, presidente de la organización 'Cantabria Con Bici', que, aunque se muestra optimista con el avance en cuestión de movilidad ciclista, señala la “enorme carencia de los últimos años, en los que se ha dejado olvidado este tema”. Por ello, considera esencial “adaptar las vías nacionales que han quedado en desuso por la puesta en servicio de las autovías, e intentar ir adaptando las vías secundarias antiguas para ir en bici o andando”. Aun así, reitera que por el momento la “labor sigue siendo algo lenta”, pero que se debe apostar por crear “mayores conexiones entre municipios”.

A ello une otras necesidades de los ciclistas, como la “peatonalidad” de ciertas zonas de los núcleos urbanos para reducir el uso y el espacio que ocupan los automóviles, “con demasiado lugar en las ciudades”, según indica el presidente de esta asociación.

En el caso de la capital cántabra se muestra optimista, señalando que “se ha renovado la buena intención en movilidad”, pero que, por el contrario, “seguimos siendo una de las ciudades españolas con mayor retraso en movilidad sostenible”, a lo que se suma el parón en los planes que estaban en marcha a raíz de la pandemia. “En el último año se ha hecho un anillo alrededor de la ciudad, con carriles como el del PCTCAN o Reina Victoria, pero no llega a conectar y articular las calles del centro de la ciudad, que sería lo idóneo”, explica Reyes, que apuesta por avanzar en la vía que una Puertochico con Valdecilla para desplazarse por el interior de la ciudad.

Dentro de la misma también anima al uso de los nuevos aparcamientos cerrados y seguros para bicicletas, y considera que acciones como esta, “que no tienen un coste especialmente alto” son un paso adelante en el objetivo de “facilitar a los ciudadanos el desplazarse en este medio de transporte”, porque “el ciudadano va a usar la bici en función de cuánto se lo facilitemos”.

Asimismo, propone “hablar con los concesionarios de aparcamientos subterráneos para que ciertos espacios muertos o vacíos se dediquen al aparcamiento de bicis” o que se siga promoviendo el uso de las bicis eléctricas. En definitiva, “hay poca conciencia, e inculcarla también es la labor de los Gobernantes”, afirma Reyes.

Por otro lado, la nueva obligación de cumplir las normas de velocidad a 30 km/h establecida por la D.G.T. desde el 11 de mayo de 2021 para todas las ciudades también afecta a los ciclistas, y el presidente de 'Cantabria Con Bici' la señala como “un gran avance” que, por desgracia, “de momento no se está cumpliendo”. El portavoz entiende que “tiene que haber un periodo de adaptación por parte de la sociedad” pero “en algún momento habrá que ponerse serios”, indica. Además, no son pocos los beneficios que señala de esta medida, como “una calma general de todo el tráfico, conseguir reducir en gran medida los ruidos, hacer el tráfico más seguro y, sobre todo, salvar vidas”.

Para la asociación, “las bicicletas no son solo para el verano, aunque el buen tiempo ayuda y anima a su uso”. Son para todo el año, como en muchos países europeos “con un clima menos favorable que el nuestro, y sobre todo en unas ciudades como las nuestras, de tamaño reducido y fácilmente abarcables en bicicleta”, señala Reyes. Por tanto, destaca a la bici como “medio ideal de transporte sustitutivo del vehículo a motor particular que tantos problemas de contaminación, salud, ruido y ocupación de espacio público acarrea”.

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