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El plan “modélico” de Cantabria para las vacunas sobrantes hace aguas: de contar con una lista de suplentes a improvisar sobre la marcha

Vacunación contra la COVID-19 en Cantabria.

Rubén Alonso / Laro García

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La polémica de las dosis 'sobrantes' lleva coleando en todo el mundo prácticamente desde que arrancó la campaña de vacunación contra la COVID-19. La necesidad de aprovechar todas las dosis del vial cuando al final del día ya no queda gente para vacunar y no se pueden devolver a la nevera ha servido de excusa a varios políticos y altos cargos de diferentes administraciones para justificar haberse saltado el protocolo. “Mejor ponérsela a que acaben en la basura”, defendieron los regidores socialistas de dos pueblos de Alicante o el alcalde de una localidad de Tarragona (JxCat), entre otros ejemplos.

Frente a casos como estos, y para evitar desperdiciar dosis, Cantabria aseguró que cuenta con un plan de contingencia que contempla una lista de suplentes disponibles “cada día y de forma inmediata”, de manera que si falla alguna de las personas a las que está previsto suministrar la vacuna durante una jornada -indisposición, renuncia, baja o vacaciones, entre otros motivos- la comunidad recurre a ese 'banquillo' de reservas de forma inmediata.

Así pues, Cantabria se presentó como una comunidad “modélica” en lo que a este procedimiento se refiere, pero la realidad ha terminado por desmontar la panacea que aparentemente había supuesto ese plan cuando algunos centros de salud se han visto en la tesitura de qué hacer con las dosis sobrantes al final de un día.

En esas situaciones ha primado la improvisación: de salir a la calle en Ampuero en busca de candidatos a última hora a vacunar a siete agentes de Policía y tres trabajadores sociales del Ayuntamiento de Santoña, tal y como informó El Diario Montañés, todos ellos no incluidos en la primera fase del protocolo de vacunación. Y a ello hay que sumar el reciente caso de la directora médica de Atención Primaria, que vacunó a su madre de 87 años hace dos semanas, alegando el mismo motivo: “Sobraban dos dosis de un vial”, según ha manifestado en declaraciones al periódico.

Cuestionado por la prensa sobre estos casos, el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez (PSOE), ha reconocido este miércoles, en su habitual rueda de prensa para informar sobre la situación epidemiológica en Cantabria, que “cuando no ha dado tiempo a repasar el protocolo de vacunación se habrá acudido a quienes los coordinadores de los centros de salud hayan considerado que era lo más adecuado”. “Supongo que en algún caso habrá sido así”, ha señalado, subrayando que “si alguien se ha saltado el protocolo habrá que tomar las medidas correspondientes”.

Y es que el titular de Sanidad ha descargado la responsabilidad en los coordinadores de los centros de salud y ha defendido que el protocolo a seguir es “claro y público”, pese a que este medio lleva semanas solicitándoselo a la Consejería sin obtener un documento con las directrices establecidas. Sobre él, en su comparecencia, Rodríguez ha detallado que, “si da tiempo, la primera opción es ir a una residencia donde todavía queda algún residente o profesional por vacunar”.

“Tras los residentes, el protocolo establece la vacunación de los profesionales sociosanitarios, seguidos de los grandes dependientes. Y si no tengo ninguna de esas opciones por la rapidez, antes de tirar la dosis, por la escasez que tenemos, lógicamente, a cualquier persona”, ha declarado. No obstante, el consejero de Sanidad, aunque ha dicho que no cree que alguien se haya saltado el protocolo, se ha excusado afirmando que se han vacunado a 23.000 personas en Cantabria y que “no puede ser consciente de cada una de ellas”.

Así todo, ha reiterado que si alguien se lo ha saltado “habrá que tomar las medidas correspondientes”, aunque ha querido aclarar que él no es partidario de no dar a estas personas la segunda dosis porque “si no lo hacemos, hubiésemos desperdiciado la primera”. “Se antepone el criterio profesional por delante de cualquier otro y ese criterio es dar la segunda dosis”, ha resaltado Rodríguez.

Aunque el titular de Sanidad ha hecho énfasis en que en Cantabria, que él sepa, “no hay ni políticos ni altos cargos vacunados” de manera irregular, estos casos reflejan que el plan de contingencia o no existe o no se está aplicando tan bien como se esperaba. “Si ha habido algún caso en algún centro de salud, que me consta que ha pasado, que no ha podido recurrir a ningún colectivo del protocolo y se ha vacunado a un policía o a otra persona, entiendo que ha sido el criterio correcto y en todo caso lo tendrá que explicar el coordinador del centro de salud”, ha concluido.

Sanitarios sin vacunar

Por otra parte, cuestionado sobre la vacunación del personal de la empresa del servicio de ambulancias, Ambuibérica, contra la que el Servicio Cántabro de Salud (SCS) estudia medidas jurídicas por “camuflar” personal directivo y de oficina en el listado de vacunación, Rodríguez ha reconocido que, sin embargo, aún no se ha vacunado a todos los técnicos que atienden a pacientes en primera línea, igual que tampoco se ha vacunado a todo el personal sanitario, pues aún quedan por hacerlo “pocos” profesionales de la sanidad pública y personal sanitario de la privada, y se hará “en cuanto se pueda”.

Respecto al personal de administración de Ambuibérica, el consejero ha aclarado que no se trata de personal dependiente de la Consejería de Sanidad, sin una empresa externa adjudicataria de un servicio privatizado, por lo que su departamento se limita a solicitar a la dirección de la compañía la relación de personas que se deben vacunar con arreglo a los criterios del plan de vacunación. “Nuestra obligación es vacunar lo más rápido que podamos y no podemos estar a comprobar el puesto de cada persona que viene en esa lista, nos tenemos que fiar de los listados que nos dan”, ha señalado.

Segundas dosis

Durante su comparecencia ante los medios, en la que ha detallado las medidas que se aplicarán a partir de mañana en los cuatro municipios confinados, el consejero ha explicado también que Cantabria administrará a 7.000 personas la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus entre esta semana y la próxima. Rodríguez ha señalado que si la comunidad dispusiera de mayor número de vacunas podría abordar nuevos colectivos de vacunación, como había previsto inicialmente su departamento, pero “no es el caso” puesto que esta semana ha llegado una partida de unas 7.000 vacunas, “que es lo justo” para poder inocular la segunda dosis.

“Esta semana y la semana que viene las dedicaremos exclusivamente a ello”, ha indicado a preguntas de la prensa en la rueda de prensa que semanalmente ofrece junto con el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, para informar de la evolución epidemiológica en Cantabria.

“No hay suficiente previsión”

Posteriormente, la gerente de Atención Primaria, Alicia Gómez, ha reconocido en declaraciones a Europa Press que el Servicio Cántabro de Salud y la Gerencia de Atención Primaria no han actuado con la “suficiente previsión” como para decidir qué hacer con las dosis sobrantes, más allá de determinar “que se aprovechen, porque no se pueden perder”. Se trata, según ha dicho, de algo que está sucediendo “en todos los centros de atención primaria, de modo que cuando han sobrado dosis se han buscado personas a las que ponérselas para no perderlas”.

Gómez ha hecho estas afirmaciones tras rechazar la dimisión presentada por la directora médica de Atención Primaria, Beatriz Josa, que, tal y como se ha mencionado anteriormente, vacunó a su madre hace dos semanas cuando la campaña se dirigía a sanitarios del servicio de emergencias del 061. “Primero dimito yo. Así de claro”, ha sentenciado, tras considerar que el proceso “más ético no ha podido ser” y destacando que se ha actuado “con total transparencia”.

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