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Las mascarillas de las segundas oportunidades: economía circular a través de la inclusión social en Albacete

Mascarillas y fundas 'De boca a boca y tiras porque te toca'

Diana Calzado

21 de noviembre de 2020 20:48 h

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Cáritas Albacete, en colaboración con la Consejería de Desarrollo Sostenible, y a través de sus programas 'Volando Alto' y 'Abrir Ventanas', ha puesto en marcha un proyecto de economía circular. El proceso tiene varias fases: jóvenes en exclusión social aprenden diseño gráfico, recuperan telas usadas y tratadas almacenadas en la nave de la Fundación El Sembrador, imprimen sus diseños en ellas y son cosidas en un taller ocupacional del Centro Penitenciario 'La Torrecica' de la ciudad.

'Volando Alto'

'Volando Alto' es un proyecto dirigido a personas desde los 16 hasta los 30 años. Acompañan a chicos y chicas de un perfil concreto: jóvenes que se encuentran en situaciones vulnerables, con riesgo o en exclusión social. Algunos proceden de familias con este tipo de exclusión, han tenido conductas delictivas o han vivido situaciones de abandono o fracaso escolar.

La finalidad de este proyecto es animarles a la participación, a comenzar un itinerario formativo que les ayude a incorporarse al mercado laboral. Proceden de una situación previa de abandono escolar en la que en la mayoría de las ocasiones se encuentran en una especie de “limbo” en el que han perdido muchos hábitos, rutinas... por lo que incorporarse a estos proyectos, hacer alguna formación, o entrar en el mercado laboral, supone recuperar horarios, voluntad de hacer cosas, interés por marcarse expectativas y metas que alcanzar.

Lo primero, nos cuenta el encargado del proyecto, Rubén Martínez Sánchez, es recuperar esa “voluntad por hacer”, él asegura que muchos de estos jóvenes describen la situación de esta manera: “antes me quejaba de tener un horario para ir al instituto y ahora echo de menos tener un motivo por el que levantarme”. La finalidad última es recuperar esa participación, ya sea a nivel formativo, laboral o social.

En este sentido tienen dos líneas de intervención: una es un espacio más estructurado en el que proponen una formación en la que ellos tienen mucho protagonismo, son clases principalmente participativas en las que su opinión cuenta y en las que pueden aportar sus ideas para que todo el mundo aprenda, incluso el educador que está presente.

Este primer espacio trata de diseño gráfico, “porque les resulta atractivo a estos chicos y chicas, así como las nuevas tecnologías, las redes sociales y todo lo que rodea este mundo”, por eso, asegura el encargado del proyecto, “nos pareció un buen hilo conductor para trabajar otras cosas más allá del ámbito formativo o los contenidos más específicos del diseño gráfico”.

Aparte de este espacio formativo, tienen un entorno de producción en el que todos aquellos contenidos que aprenden en la parte teórica de diseño gráfico los ponen en práctica.

Además, también cuentan con espacios de dinámicas de grupo, y un espacio de tutorías individualizadas donde trabajan la parte más personal y emocional de cada uno de los jóvenes que participan en el proyecto.

También hay chicas y chicos que no se encuentran preparados para asistir a esta formación, por eso, en la segunda línea de intervención se hace un acompañamiento más informal. Se realizan entrevistas individuales, se hacen acompañamientos a distintos recursos, educación de calle... se les acompaña para que cuando estén preparados puedan dar un paso más y seguir avanzando en esa transición a su vida adulta, para incorporarles a la participación social.

También lo complementan con actividad deportiva, concretamente con boxeo. Hay un voluntario, especialista en deporte, que imparte las clases, y a través del deporte canalizan muchas emociones y sentimientos. Tratando el deporte como herramienta educativa, asegura Rubén Martínez, “se alcanzan muchos objetivos individuales que nos marcamos con los jóvenes”.

'De boca a boca y tiras porque te toca'

Dentro de este espacio formativo, hay un proyecto subvencionado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, a través de la Consejería de Desarrollo Sostenible, que trata de Economía Circular: 'De boca a boca y tiras porque te toca'.

Estos jóvenes han diseñado, a través de lo aprendido en diseño gráfico, unos dibujos para mascarillas y guarda mascarillas, que posteriormente se han impreso en ropa y en telas procedentes de la nave de la Fundación El Sembrador, y que han sido recogidas y tratadas de los contenedores que Cáritas tiene en Albacete.

De esta forma, a esta ropa se le da un segundo uso, y con ella se han confeccionado mascarillas reutilizables, con filtro homologado, y las están cosiendo en el taller 'Abrir Ventanas' del Centro Penitenciario de Albacete.

'Abrir Ventanas'

Cáritas Diocesana de Albacete centra su trabajo en la atención a las personas que peor lo están pasando, tratando de llegar a las realidades más desfavorecidas y en los contextos más complicados. Por eso, otro de sus programas se encuentra en el Centro Penitenciario 'La Torrecica' de Albacete.

Allí empezó el programa 'Abrir Ventanas', que tiene el objetivo de promover el desarrollo integral de las personas privadas de libertad. En un principio se puso en marcha solo con mujeres, pero poco a poco fue abriéndose para tratar de atender así las necesidades de las personas que más lo necesitan.

'Abrir Ventanas' trabaja de forma integral y coordinada, tanto con el propio centro penitenciario, como con el resto de entidades que prestan allí sus servicios. También está íntimamente conectado con el resto de programas de Cáritas Diocesana de Albacete.

Hace unos años se puso en marcha un taller de creación textil para que las personas privadas de libertad aprendan a diseñar y elaborar productos alternativos a partir de textiles. Una forma de dar nueva vida y belleza a estas cosas aparentemente inútiles e inservibles. En este espacio aprenden a aplicar técnicas de confección industrial en la realización de prendas y artículos textiles. A partir del patronaje, también trabajan el corte de tejidos y otros materiales.

La selección de participantes la hacen dando prioridad a las personas que apenas cuentan con ingresos y que carecen de habilidades básicas. De esta manera, y bajo la actividad de la costura, se trabajan otros aspectos esenciales como el cumplimiento de normas, de horarios, hábitos de limpieza, el cálculo o el trabajo en equipo. Actualmente hay 19 personas en este proyecto.

Mascarillas y guarda mascarillas

El producto final, las mascarillas y las bolsas para guardarlas se ponen a disposición de los distintos espacios y comercios que tiene la Fundación El Sembrador de Cáritas: Tienda de Moda Re en la Calle del Tinte, Cafetería y tienda de Comercio Justo en Hermanos Jiménez. También en los municipios de la provincia en los que hay tiendas de moda Re o espacios con corazón: Caudete, Hellín, La Roda, Villarrobledo y Almansa.

De esta manera, se da vida a materiales que se consideran desechos dándoles una segunda vida, a través de colectivos en situaciones vulnerables, y colaborando con la situación actual de pandemia por la COVID-19.

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