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El alcalde “más joven” de España sopesa la jubilación tras 40 años en el poder

Jaume Pascual junto con el cuadro donde aparece de joven junto con otros alcaldes de la provincia de Alicante elegidos tras las primeras municipales democráticas de 1979.

Emilio J. Salazar

Alquería d’Asnar (Alicante) —

Jaume Pascual se disculpa por su vestimenta nada más empezar. “Perdona, es que vengo de la huerta, mi nuevo hobby”. A sus 63 años se presenta primero como prejubilado y después como alcalde de l’Alqueria d’Asnar, un diminuto pueblo al norte de Alicante, de 1,2 kilómetros cuadrados de superficie y 550 habitantes.

El 19 de abril cumplirá 40 años como primer edil socialista. Fue, de hecho, el político más joven en acceder a una alcaldía en las primeras elecciones democráticas, las de 1979. “Era un niño, tenía solo 23 años”, recuerda. Y fue pisar el Ayuntamiento y acumularse los frentes. La empresa emblemática del pueblo, Papeleras Reunidas, que creció hasta convertirse en un gigante al calor del río Serpis, anunciaba su cierre, dejando en la calle a 500 empleados de l’Alqueria y pueblos colindantes. Por si fuera poco, durante la primera corporación hubo dos gotas frías y una intensa helada, sin olvidar el 23-F. “Si superábamos todos estos problemas, sabíamos que luego sería más fácil”, añade.

Menciona este hombre de mirada penetrante el intento de golpe de estado porque el municipio arrastraba la fama de ser “La pequeña Rusia”, por el peso que había tenido el PCE en una comarca eminentemente industrial y, por tanto, con una conciencia obrera que recibió su dosis de represión franquista.

Ahora, en cambio, algunos vecinos califican a la Alquería d’Asnar como “La pequeña Suiza” por su alta calidad de vida. Desde 2010 cuentan con un extenso polideportivo municipal donde destaca una piscina cubierta con un innovador sistema de climatización basado en la biomasa. “Esto es el futuro, ahorramos muchísimo”, dice con orgullo.

El recinto se llena a diario de vecinos de otras localidades “y más que se va a llenar”, explica Pascual, mientras enseña el terreno de al lado donde se va a levantar un nuevo colegio. “Así aprovechamos las instalaciones deportivas, ellos no tienen que hacer nuevas y por las mañanas pueden hacer natación, pádel, pilota valenciana…”.

El nuevo centro educativo, con 1,6 millones de presupuesto y cuya licitación está prevista para la semana próxima, dará acogida a 40 estudiantes de infantil y primaria. ¿No hay éxodo de la juventud a la ciudad? Le preguntamos. “No, piensa que estamos en una situación privilegiada, a dos minutos de la autovía y a 10 de Alcoi, y con servicios de una gran ciudad”, responde.

“Al final lo que tratamos es de aplicar el sentido común”. ¿Es esa la fórmula del éxito para permanecer 10 mandatos seguidos en el consistorio? “El sentido común, sí, pero también la coherencia y honradez”, señala. Eso explica quizás que el municipio no tenga deudas. 650.000 euros es el presupuesto anual y 450.000 los euros de superávit. “En 40 años no he puesto ni una multa porque creo en que las cosas se arreglan dialogando”.

La fama de Jaume Pascual apunta a que precisamente tiene un verbo directo y sin cortapisas. “Eso me ha supuesto algún problema con compañeros de izquierda”, reconoce. Lo ponemos a prueba. ¿Qué opina de las críticas de Felipe González y Alfonso Guerra a Pedro Sánchez por Cataluña? “No parece que estén en el mundo actual; habiendo sido un guerrista declarado, creo que ambos estarían más guapos callados porque no están respetando al PSOE y aunque duela decirlo, lo diré, ambos ya no me representan”.

Diputación Provincial

De los 10 mandatos de Pascual, cuatro los ha compaginado con la Diputación Provincial, administración denostada por Podemos o Compromís, que abogan por su supresión, pero que él defiende con tesón. “Quien dice eso no tiene ni puñetera idea”, expresa.  “No hay nada más de izquierdas que una diputación siempre que se gestione para aquello que esté creada, para ayudar a los pueblos”, opina.

También reconoce que “lo que no puede haber son duplicidades, que las hay y muchas”, como en Servicios Sociales, por ejemplo. “Yo he luchado como el que más para quitarlas”, pero en frente se ha encontrado en 20 años como diputado al PP de Julio de España, una etapa que recuerda como “folklórica”; la de José Joaquín Ripoll “rozó el borde del abismo” y la que más le agradó fue la ya fallecida Luisa Pastor, “gran amiga, hizo un trabajo serio”. Del actual presidente César Sánchez le achaca “un afán desmesurado” de ser el presidente del PP valenciano “y está utilizando la diputación para eso”.

Pasado

Cómo llega un joven como Pascual a una alcaldía como ésta. “De pura casualidad”. Militante activo primero del Partido Socialista Popular de Tierno Galván al que escuchaba en los mítines en Madrid, donde estaba haciendo la mili. Luego se pasó al PSPV y asistía a las reuniones de gente mucho mayor que él que había vuelto del exilio. “Para mi eran como sabios”, rememora.

Uno de esos hombres venerados por Pascual, que fue alcalde de Muro de Alcoi en la República dijo en un encuentro: “Si este país lo queremos cambiar, hay que cambiarlo todo. De todos los que estamos aquí no sirve nadie y el xiquet es el que tiene que ir”. Y así empezó. Pero no fue fácil porque tanto la izquierda como la derecha le hicieron una campaña “brutal”, con pintadas tipo “un niño no puede ser alcalde”.

Y por poco no lo fue. Las elecciones de 1979 las ganó la UCD y el PCE no cedió hasta el último momento su apoyo al PSPV de Pascual. Después ha revalidado por mayoría absoluta todas las citas. “Me he sentido tan a gusto que empiezas y empiezas y no sabes cuándo parar porque siempre hay cosas por hacer. Todos los ediles me lo han puesto tan fácil, también la oposición ha pensado más en el interés del pueblo que del partido”, afirma.

Futuro

Las últimas decisiones tomadas por Jaume Pascual indican que podría optar por no repetir. En 2015 dejó la diputación. Llevaba un ritmo frenético y decidió parar. También se quitó el vicio del cigarro -dos cajetillas al día- y durante los últimos cuatro años ha estado trabajando para Tragsa como gestor de brigadas forestales, hasta su prejubilación actual.

“Tengo dudas, pero no porque no tenga ganas, sino porque pienso que hay que cerrar etapas, aunque también te digo, si hubiese alguien dispuesto, no me presentaría, pero nadie quiere”. El motivo, no hay sueldo.

“Si me presento o no primero lo tendrán que decidir mis compañeros”, añade.“ Sí que tengo claro que estaré aunque sea el último de la lista para seguir luchando y aunque sea como presidente de los jubilados”.  

Entonces, ¿sigue deshojando la margarita? “Dirás la rosa, porque soy rojo… y taurino, y cazador y sabes qué, la manifestación de la derecha de este domingo me está motivando para seguir, este país necesita más seriedad y menos lecciones de banderas, himnos o patria”.

63 años. Se le ve con energía. “Estoy cada vez en más forma”, confirma. “Ahora estoy más tiempo con mi mujer y cada vez la veo más guapa y estoy más enamorado de ella, por lo que tengo que pensar muchas cosas antes de decidir si quiero seguir”. 

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