Compromís alega contra el cambio de nombre de València “por ser ilegal, tener un coste millonario y dividir a la sociedad”
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El grupo municipal de Compromís ha registrado sus alegaciones al procedimiento abierto por la alcaldesa María José Catalá para cambiar la denominación oficial de la ciudad de València. Según el concejal de la formación valencianista, Pere Fuset, “esta cortina de humo de Catalá no cuenta con ningún apoyo social, es puramente política, va contra varias leyes y puede costar millones de euros a la ciudadanía y a las administraciones”.
Fuset ha asegurado que Catalá lleva adelante este proceso con “agosticidad y alevosía”, y recuerda que la alcaldesa “cobra para resolver problemas de València, no para crearlos”. “Que elija el mes de agosto para intentar cambiar el nombre de la ciudad es una prueba más de que sabe que no cuenta con apoyo social para hacerlo”, asegura. El concejal valencianista recuerda que la oficialización del nombre de València, actualmente vigente, tuvo solo 5 alegaciones y que ninguna de ellas cuestionó que el nombre de la ciudad fuera en valenciano –situación que cambiará si se acepta definitivamente la propuesta de PP y Vox–. Para Fuset, el cambio de Catalá “es absurdo porque no somos Vitoria-Gasteiz y todo el mundo entiende el nombre y que València tenga su nombre en valenciano”.
Las alegaciones presentadas por Compromís argumentan diversas contradicciones legales de la propuesta aprobada por el equipo de gobierno de Catalá. Entre ellas, denuncian que el acuerdo vulnera formalmente el Decreto 69/2017, así como el propio Reglamento municipal de uso del valenciano vigente, que establece que los topónimos oficiales deben estar en valenciano. Además, recuerdan que en caso de adoptarse una doble denominación –que en este caso se considera innecesaria y redundante– la forma en valenciano actualmente vigente debe figurar en primer lugar en zonas de predominio lingüístico valenciano.
No se avala el topónimo en castellano
La formación valencianista alega también que en los informes no existe ningún estudio técnico que justifique la inclusión de la forma castellana, tal como exige la ley, ya que el único informe lingüístico aportado se limita a proponer un cambio de acento, contrariamente a lo establecido por la Acadèmia Valenciana de la Llengua, pero que en ningún caso avala la forma bilingüe.
Pere Fuset considera que esta fórmula es “absolutamente innecesaria” y rompe la coherencia institucional con otras administraciones, además de que puede suponer un gasto millonario en rotulación, señalización e imagen corporativa sin ningún beneficio para la ciudad. “Para tapar la suciedad de la ciudad o la situación de la vivienda, Catalá intenta crear una cortina de humo con un cambio de nombre innecesario, pedante y contrario a la legalidad, que además puede costar millones de euros a la ciudadanía y a la administración”, ha afirmado el concejal.
Compromís pide que se desestime la propuesta y se mantenga la forma oficial “València”, aprobada por decreto del Consell con informe favorable de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, y anima a la ciudadanía a registrar sus propias alegaciones por escrito antes del 9 de septiembre. La formación valencianista recuerda que estas pueden presentarse por Sede Electrónica o en cualquier oficina de atención ciudadana por registro de entrada.
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