Una imagen para el recuerdo
Hay fotos que no nos gustan que se vean. Esta semana Facebook cerró en Italia un grupo en el que más de 31.000 hombres compartían imágenes íntimas de sus parejas. Como siempre, la red social actuó con diligencia: solo ha tardado siete años en eliminarla. A nadie le gusta que le saquen desnudo en fotos, mucho menos sin permiso. A mí, si me sacan será en un foro de aficionados a las miniaturas, y es que, literalmente, no hay mucho que ver. Y si me sacan pinchando, más que indignación, supongo que me arrebataría la nostalgia.
Lo de salir en las fotos es muy personal. A mí nunca me gustó. Si era una foto en grupo, solía ponerme detrás. Ahora, con los años, me sabe mal. Cuando falla la memoria, no está de más tener una imagen. Lo dicho, lo de las fotos es personal. Cada cual tiene sus límites. No solo molestan los desnudos, creo que en general fastidia que nos saquen en cualquier momento comprometidos. Sacándote un moco o plantando un pino, por ejemplo. Pero hay quien no piensa igual.
Peor que salir cagando es que te saquen con Eduardo Inda, sin duda. Por lo menos para mí. En cambio, para su majestad no. No solo se ha reunido con él y toda su banda, sino que lo ha hecho en la Zarzuela y, last but no least, ha publicado la imagen en las redes sociales. Están en círculo, en plan ouija, para dejar constancia de la efeméride. Fue Inda quien destapó todo el tema de Urdangarín. Igual le ha dicho al excuñado que, o pasa por el aro y se muestra amable, o le toca a él, que también hay dossier. No lo creo. Felipe VI es muy buena persona y no tiene nada que ver con su padre. No me extrañaría que hubiera empezado doblando camisetas.
Me consta que don Felipe es un pedazo de pan porque lo dicen los mismos que defendían a Juan Carlos de Borbón, y sería mucha mala suerte que los periodistas tropezaran dos veces con la misma piedra. La teoría del chantaje al actual monarca me la he sacado de la manga porque mucho peor sería que el preparado hubiera aceptado motu proprio reunirse con el cloaquero mayor del reino. Sería como admitir que Felipe VI puede hacer y está haciendo.
Pero también ha habido fotos maravillosas, gracias a la Vuelta España. La Unión Ciclista Internacional dice que no puede hacer nada, pero sí hizo con Rusia. Supongo que depende de quién mata a quién. Esas banderas palestinas acompañando a la serpiente multicolor han servido para que muchos se retraten. Algunos, por estar en el lado correcto de la historia; otros, como el locutor de la COPE Juanma Castaño, por ponerse a la altura de los genocidas. Si no hay que mezclar deporte con política —salvo si es Rusia e interesa mezclar deporte con política—, me quedo con lo segundo y que le den al deporte.
También ha habido fotos en el tiempo. Mientras Europa se hunde lentamente de la mano de Estados Unidos y le echa la culpa a Trump a falta de mejor coartada, en Tianjin, China se reunía con Rusia y, sobre todo, con India. Es difícil saber hasta dónde llegará la entente entre Modi y Xi Jimping (no los veo mandándose fotopollas) pero es una imagen que proyecta futuro. China ya es la primera potencia mundial —algunos ilusos se aferran a que es la segunda—y avanza. Si Pekín y Nueva Delhi liman sus asperezas en la frontera del Himalaya (Rusia o Corea del Norte son puro relleno) mientras EEUU esquilma a sus socios europeos, el siglo XXI será suyo.
Otra imagen del fin del mundo vino de Estados Unidos. Nigel Farage, líder de Reform UK, se dio un paseo por el Congreso y, como buen patriota, aprovechó para lanzar basura sobre su país. En eso todos se parecen todos los que ondean banderitas. Lo peor es que las encuestas le auguran una victoria incontestable en Reino Unido. Es difícil saber si es mérito suyo o de Keir Starmer, que es lo peor que le ha pasado al país desde la Luftwaffe. La suya es otra foto que nos advierte de lo que se nos viene encima. Farage es el fantasma de las próximas navidades.
Pero las fotos no son la única forma de retratarse. Feijóo escarmentó cuando le pillaron con Marcial Dorado, así que ahora cuida mucho su imagen. De hecho, donde va Perro Xánchez, él no acude. Por ejemplo, no fue a la apertura del año judicial para no mezclarse con el presidente y acabó aplaudiendo a Ayuso, sentado a la vera de la Ana Millán y sus cuatro imputaciones. Tampoco quiere acercarse a RTVE desde que Pepa Bueno entrevistó al presidente. Prefiere ir al programa de Ana Rosa Quintana a que le haga un masaje. Como el gallego no ha escrito ningún libro no tiene nada que temer. Tampoco quiere que le saquen —ni a él ni a los suyos— mientras acepta la condonación de la deuda a las Comunidades Autónomas. Si hace falta, le pegarán fuego a todo para ganar las elecciones, y mientras más arda España, más votos. Eso es así.
Si hace falta, le pegarán fuego a todo para ganar las elecciones, y mientras más arda España, más votos
Foto de Mazón con Maribel Vilaplana en el Ventorro no hay, pero nos vamos haciendo una idea de qué pasó. Por lo que respecta a ella, solo nos interesa lo que pueda aportar como testigo para aclarar la cronología ya que la casualidad y la mala suerte hicieron que estuviera allí. Pero yo de la epístola que ha mandado a los medios me creo la mitad de la mitad. Cuando cerraron Canal 9 también fue la primera indignada, pero hasta un día antes había sido la voz del PP y de la corrupción en los informativos de la televisión pública. Ahora, solo ha tardado diez meses en desmontar la cronología de la Generalitat. Lo importante no es lo que diga en la carta sino lo que declare en el juicio en calidad de testigo y con obligación de decir la verdad.
Y al hablar de imágenes de la semana, no podemos olvidar las de Biel Aliño, tres instantáneas de la DANA con la que ha ganado el primer premio en la categoría de Noticias del concurso Picture of the Year Latam. Una píldora más contra el olvido. El premio es suyo, pero también un poquito de todos los compañeros que, esos días, estuvieron al pie del cañón, no como yo. Seguro que no le importa compartir porque es un muchacho excelente y siempre lo será.
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