La militancia del PSOE en la encrucijada de la participación
Los congresos de los partidos políticos siempre generan debates, algunos absurdos, aburridos y otros fundamentales, estos últimos normalmente necesitan de varios procesos congresuales para aterrizar y convertirse en actos tangibles.
El papel de la militancia en los partidos es un tema recurrente, algo así como un bumerán que va y viene constantemente, un debate que se establece muchas veces sin saber cómo gestionar la importancia que ésta tiene en la viabilidad de los partidos políticos.
Creo que estaremos de acuerdo, en que la militancia de los partidos políticos no gana las elecciones, pero y aunque pueda parecer aparentemente contradictorio, hace que sus partidos políticos ganen elecciones.
La militancia de los partidos es vasodilatadora social de los mensajes de los partidos, son actividad, son energía que acaba nutriendo los circuitos de cada organización política. Pasa entonces que, cuando la militancia no aporta todo esto, los partidos son presa de una falta de actividad, que termina en una suerte de sedentarismo, que suele acabar con los partidos pasando una temporada por la oposición.
Es fundamental, pues, atender a las necesidades de la militancia, es necesario escucharla, es necesario que participe, pero lo es también desarrollar su capacidad de decisión en la misma proporción que es convocada a implicarse en la vida política de la organización de turno. Porque de alguna forma, la participación sin una relación proporcional con la toma de decisiones pasa por ser una especie de explotación de la militancia.
En el PSPV-PSOE, me atrevo a decir, que necesitaríamos al menos un par de bibliotecas de gran tamaño para ocupar con todos los documentos, que durante las últimas décadas hemos escrito sobre el papel de la militancia y la necesidad del desarrollo de sus derechos en nuestra organización. Pero a pesar de toda esta vasta literatura, poco se ha avanzado hasta el pasado 39º Congreso Federal del PSOE,
Pero la norma, escrita sigue siendo insuficiente si la interpretación queda en manos de quien escribe la norma, dicho de otra manera, no hay separación de poderes.
Creo que debemos entender que, si nuestra relación con la ciudadanía a través de nuestros cargos institucionales ha evolucionado de manera exponencial, cambiando radicalmente, estableciendo una forma más avanzada de relación, dando más capacidad de decisión, incluso económica a la ciudadanía, en los partidos políticos deben pasar exactamente lo mismo con la militancia. El PSPV-PSOE debe tener un trazo paralelo al de la sociedad valenciana.
No pueden establecerse diferencias, no se pueden establecer multiplicidad de derechos, los derechos de la militancia deben discurrir paralelos a los derechos de la ciudadanía.
Si los partidos políticos son organizaciones vivas, lo son porque las personas que formamos parte de ellas les aportamos esa vida, de lo contrario pasarán a ser una especie de espejismo político, una especie de realidad ficticia que hará inviable la posibilidad de cualquier gobierno.
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