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Opinión - El problema de los tres gorros. Por Elisa Beni

Los mayores de Vitoria se hacen actores por un día para recuperar la memoria de la matanza del 3 de marzo de 1976

Gómez, de pie con la cartilla de su padre en la mano, dando indicaciones antes del arranque de la proyección

Iker Rioja Andueza

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José Emilio Gómez, periodista siempre, exentrenador ayudante del Baskonia y ahora trabajador de los centros de mayores de Vitoria, ejercía este jueves de cicerone en el modesto teatro del centro comercial Dendaraba del centro de la ciudad. En las butacas -“267”- había decenas de personas que vivieron en primera persona el 3 de marzo de 1976 en Vitoria, una jornada grabada a fuego y de la que ahora se cumplen 47 años. Aquel miércoles de ceniza -y de pólvora- la Policía Armada todavía anclada en el franquismo asaltó una asamblea obrera reunida en la iglesia de San Francisco de Asís del barrio de Zaramaga y mató a tiros a tres personas. Otros dos fallecieron en los días siguientes. Hubo también una “matanza de heridos”, decenas de afectados más. Y en las protestas que se sucedieron en otros lugares fueron igualmente abatidos tres hombres más, en Basauri, en Tarragona y en Roma, junto a la embajada española. Muchos de los asistentes, memoria todavía viva y vital, eran a la vez los protagonistas del documental de humilde factura 'Recuerdos del tres de marzo', en el que Gómez, hijo de uno de los trabajadores en huelga en aquellos días grises, hace las veces de narrador-introductor. No se ha separado de la cartilla laboral de 1976 de su padre, Honorio, ya fallecido.

Ha sido un estreno sin glamour ni estrellas, incluso con alguna errata menor en la producción y con solamente unos pequeños ornamentos de cartón a la entrada de la sala. Ha habido 'flashes', sí, pero los de no más de un par de fotógrafos locales. Pero la importancia que tiene el 3 de marzo de 1976 en la ciudad y lo plural de los testimonios, desde las mujeres que abrían la puerta de sus casas para ayudar a los perseguidos en las cargas hasta el extremeño que todavía hoy no puede subir dos pisos por las secuelas de los gases lacrimógenos que respiró en aquel templo, han hecho que una hora antes del estreno hubiera cola en el centro comercial. “Si llega a ser una peli...”, se sorprendía en la fila uno de los pocos niños en el lugar. “Estamos a tope”, sonreía otra mujer de la organización.

Han apoyado la proyección el alcalde de la ciudad, Gorka Urtaran, del PNV, y el edil responsable de los centros de mayores

(ahora llamados Bizan), Jon Armentia, del PSE-EE. También han participado Andoni Txasko, cabeza visible de la asociación de víctimas Martxoak 3, y el responsable de la Fundación Vital, Jon Urresti, gestora de Dendaraba. Gómez, antes de que se haya pulsado el 'play', ha explicado que el proyecto surgió como algo “pequeñito” en el centro de mayores de la propia Zaramaga. Empezaron recopilando objetos y recuerdos guardados de aquellos días. Y luego se optó por grabar las vivencias personales antes de que el paso del tiempo lo haga imposible. “Los testimonios en primera persona van desapareciendo. Tenemos la mala costumbre de morirnos”, ha ironizado Gómez, para quien era muy importante destacar los orígenes humildes de todos los protagonistas de aquellos hechos. Zaramaga -y toda la ciudad- era un barrio levantado por personas llegadas de Burgos, La Rioja, Extremadura, Castilla y León, Andalucía, Galicia o Gipuzkoa.

Amelia y José María, dos mayores de Zaramaga, han sido los portavoces de todo el grupo de actores novatos. “Yo quería que la juventud de hoy recordara lo que ocurrió aquel día. Mucha gente me ha dicho que es mejor olvidar. Y yo creo que no. Fueron un grupo de héroes que ofrecieron su vida para que quedara un testimonio en Vitoria”, ha clamado Amelia, muy aplaudida por el público. “Parece que es algo que ha ocurrido hace unos meses. No nos hemos olvidado de lo que pasó en 1976. No nos hemos olvidado de los cinco jóvenes que fueron asesinados por las balas de la Policía. No olvidamos que los causantes de lo que ocurrió aquel día no han pagado por el daño que nos hicieron y no han sido juzgados”, ha añadido José María, también ovacionado.

El alcalde Urtaran también ha tomado la palabra y ha afirmado que, ahora que pone fin a ocho años de mandato, siempre ha procurado tener “muy presente el recuerdo a las víctimas”. “Apoyar la causa del 3 de marzo es apoyar la reivindicación de los derechos humanos. Este movimiento forma parte de la historia de la ciudad. Es un símbolo de toda la ciudad. Forma parte de nuestro alma, de nuestro recuerdo”, ha reseñado para recordar también a las víctimas que ha dejado el terrorismo de ETA.

A las 19.30 horas, el director de la cinta, Eloy González Gavilán, de quien se ha dicho que ha trabajado de manera “altruista”, ha gritado. “¡Acción!”, se han apagado las luces y se ha iniciado la proyección. Imágenes en blanco y negro han permitido recordar lo que la propia emisora de la Policía Armada definió como “la mayor paliza de la historia”. A las 20.43, un minuto de aplausos ha cerrado la velada. Vitoria no olvida 47 años después.

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