Bioterra, diez años ecológicos
La Feria de Productos Agrícolas, Ecológicos, Bioconstrucción, Energías Renovables y Consumo Responsable Bioterra celebra su décimo aniversario en el recinto Ferial de Ficoba (Irún) como escenario de un estilo de vida ecológico en ámbitos de lo más diverso. Hasta el domingo y con entrada gratuita (horario de 10:00 a 21:00 horas), los visitantes podrán disfrutar de 141 expositores (cifra récord hasta la fecha) y casi un centenar de actividades como conferencias, proyecciones, talleres, cursos y demostraciones.
Esta edición, cuenta con productos tan dispares como la agricultura ecológica, las chimeneas austríacas Kachelofen o el cemento ecológico como alternativa al hormigón. Fernando Sanchís, delegado comercial de España de Vicat, una empresa de bioconstrucción del sudeste francés, es un fiel defensor del cáñamo. Utilizan la cañamiza para sustituir a la paja en el proceso de creación del cemento, un material que “tiene un mayor índice de aislamiento térmico, menos humedades, menos olores”, sostiene Sanchís.
No es un producto que respete del todo el medioambiente, pero “no existe nada ecológico para la construcción a gran escala, pero podemos decir que este material es menos antiecológico que los habituales”, comenta Sanchís. La utilización del cáñamo mediterráneo es la razón principal, y es que esta planta, asegura, “con una sola hectárea plantada, durante los cuatro o cinco meses de su crecimiento absorbe entre 10 y 15 toneladas de CO2”.
Calor por radiación
Las alternativas a las chimeneas habituales también estaban presentes en la feria. Desde Biofire, Jose María García, acerca a España en el último lustro toda una tradición austríaca de más de 600 años, muy extendida ya por Europa del Este.
Mientras que las chimeneas habituales emiten calor por radiación, las Kachelofen “tienen el mismo efecto que el sol. Calientan a las personas y las paredes”, explica García. Y lo hacen sin apenas emitir CO2 a la atmósfera. Funcionana con cualquier tipo de leña y no producen hollín, ni apenas ceniza. Con una sola hora de encendido calientan además el día entero y no se siente esa sensación de calor calefactado que unonota en la cara al entrar a un establecimiento“, comenta García.