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José Pedro Vaqué: “La principal causa del cáncer es vivir”

José Pedro Vaqué, investigador del IDIVAL e IBBITEC.

Rubén Vivar

José Pedro Vaqué (Santander, 1973) es biólogo e investigador de la Universidad de Cantabria. Tras realizar un post doc en el Instituto Nacional de Salud de Washington, dependiente del Gobierno norteamericano, regresó a la comunidad autónoma para trabajar de la mano de Miguel Ángel Piris en proyectos de investigación genómica del cáncer en el Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla (IDIVAL), que acaba de recibir la acreditación Carlos III, una de las más prestigiosas en el campo de la investigación sanitaria.

Recientemente, ha obtenido una plaza de investigador Ramón y Cajal y ha puesto en marcha un nuevo equipo de trabajo en el Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (IBBTEC). Su trabajo consiste en coordinar los grupos de investigación que tratan de caracterizar el cáncer para hallar nuevos tratamientos.

Hoy en día es raro que un familiar o amigo directo no tenga cáncer. ¿A qué es debido que el número de personas con esta enfermedad crezca anualmente?

Y va a haber más. El cáncer va a ser una gran epidemia. Pero también es que vivimos más. Es habitual escuchar a nuestras madres “mira funalita, que se ha muerto con 67, y qué joven…” Pero es que consideramos joven a gente que no lo es. Nuestro cuerpo está diseñado para vivir sano entre 35 y 40 años; y todo lo demás es un tiempo extra que nos da la ciencia y la mejora de la calidad de vida.      

¿Por qué desarrolla una persona un cáncer?  

No se sabe. La principal causa del cáncer es vivir. La edad es el mayor agente etiológico. Y la mala suerte.  

¿Y la genética?

Es menos del 3% de los casos totales. La herencia genética tiene poco que ver con la mayoría de los cánceres. Nosotros trabajamos con mutaciones somáticas, es decir, de repente una parte de tu cuerpo adquiere una serie de mutaciones. Éstas representan el noventa y pico por ciento de los casos de cáncer.

¿Puede explicar un proyecto tipo que desarrolle su equipo?

La medicina puede curar alrededor del 50% de los casos de cáncer. El otro 50% es donde nosotros estamos interesados. Lo que hacemos es caracterizar las lesiones que tiene un paciente con cáncer avanzado.

¿Cómo se encuentra solución a algo que ahora no la tiene? ¿Cómo va a evolucionar el diagnóstico y tratamiento del cáncer?

Habitualmente el cáncer se ha tratado con radioterapia o quimioterapia. Eso es como matar moscas a cañonazos. Ha funcionado pero no sabemos por qué. Se ha utilizado pensando que todos los tumores del mismo tipo eran iguales, que todos los tumores de colon eran iguales, que todos los tumores de páncreas eran iguales… y resulta que no. Hoy en día sabemos que cada cáncer está compuesto por una combinación única de mutación. Y tenemos ante nosotros una gran oportunidad para desarrollar terapias personalizadas para esos cánceres que hoy no tienen cura. En el futuro, dentro de cinco o diez años, tendremos un tratamiento completamente personalizado.  

Sorprende escuchar que la quimio es matar moscas a cañonazos.

Así ha sido. Fundamentalmente son tóxicos. Lo que nos hacen es envenenarnos pero envenenarnos de forma que envenenen más al tumor que a nosotros mismos. Por eso tiene tantos efectos secundarios.

Entonces, en el futuro la quimioterapia y la radioterapia tenderán a desaparecer.

La quimio va a desaparecer. O se utilizará en casos en los que no sea posible tener un tratamiento más fino. La radioterapia tendrá que evolucionar hacia tratamientos muy localizados en zonas muy localizadas para quitar de en medio una masa tumoral.

Esos tratamientos personalizados tendrán un coste mayor.

O no. Porque cuando tratas demasiado a una persona o la tratas mal, la cantidad de dinero que te gastas es terrible. El tratamiento personalizado no es un coste añadido, es un gran ahorro a la larga porque le estás dando exactamente la medicina que necesita.

¿Existe alguna estimación para saber qué tanto por ciento de esos cánceres para los que hoy no hay una solución podrían curarse?

No, pero uno es mejor que cero. Ahora mismo hemos abierto una oportunidad impresionante. Hay una carrera enorme y una gran oportunidad de desarrollar nuevos abordajes que permitan hacer un mejor diagnóstico, que es fundamental para luego aplicar un tratamiento adecuado.

Luego vendrá la guerra con las farmacéuticas…

A las farmacéuticas lo que les interesa es ganar dinero, como a todo el mundo, pero también hacen una gran labor porque financian el desarrollo de nuevos medicamentos. No son tóxicas, son importantes. Ahora tienen una gran oportunidad porque han desarrollado miles de moléculas que han utilizado en ensayos clínicos que no han funcionado porque no habían caracterizado a los pacientes. Lo habían preparado para echárselo a todo el mundo pensando en el agua milagrosa. Eso no existe.

Si mañana le diagnosticaran un cáncer, ¿qué es lo que haría?

Me iría a la Seguridad Social y me pondría en manos de los profesionales. Son fantásticos. Además de eso, seguiría mi vida normal.

No hay que tener miedo al cáncer.    

Sí hay que tener miedo, pero hay que tener más ganas de vivir, y en las situaciones en las que necesitas ayuda están los profesionales. Y los de Valdecilla y la Seguridad Social son tan buenos como los de Houston. Totalmente.

Entonces, ¿por qué los famosos se van a Estados Unidos?

En algún caso especial puedes tener la suerte de mejorar tu calidad de vida, como el de Steve Jobs. Con un páncreas como el de él no duras un año: él duró siete. Pero los profesionales que están en la Seguridad Social española son tan buenos como los mejores. Steve Jobs es un caso excepcional y no se puede tomar como que existe Lourdes. La mejor oportunidad que tiene una persona con cáncer es vivir su vida y trabajar con los profesionales de la Seguridad Social.

¿Hay diferencia entre la investigación que se realiza en Estados Unidos y España?

Total. En los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos trabajas en un ambiente de recursos casi ilimitados y de la manera más profesionalizada. Compartes el día a día con 10.000 personas que trabajan en lo mismo que tú, y eso en el resto del mundo es complicado. Lo que les falta allí es la oportunidad que nosotros tenemos en Santander, que es trabajar en coordinación con los profesionales clínicos del hospital, que al fin y al cabo son los que están con los pacientes. Eso en Estados Unidos es mucho más difícil porque la legislación es más peliaguda. Aquí, en Santander, tenemos una gran oportunidad, es un sitio casi único porque no es ni muy grande ni muy pequeño y tenemos gente con ambición.  

¿Puede poner algún ejemplo de algún caso que estén investigando ahora?

Tenemos un proyecto de melanoma de una chica con metástasis. Lo hemos analizado y hemos detectado los errores genéticos, a los cuales hemos adoptado una serie de inhibidores clínicos. Hemos cogido un trozo de biopsia y la hemos crecido en ratones avatar. Hemos curado el tumor de esa paciente en un ratón pero solo podemos llegar hasta aquí. Ahora tendremos que empezar a empujar junto con los clínicos para que esto pueda llegar al paciente.

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