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El amplio respaldo a la huelga de enseñanza pública pone en aprietos a Educación

Los docentes protestan frente al Parlamento vasco, en Vitoria. Foto: ELA

Eduardo Azumendi

El desafío lanzado por los sindicatos nacionalistas al Departamento de Educación ha vivido en la calle un nuevo episodio, con miles de docentes de la enseñanza pública reivindicando una mejora en sus condiciones laborales. La convocatoria de STEILAS, LAB y ELA ha tenido un amplio eco, aunque como es habitual en este tipo de casos los datos ofrecidos por las centrales y el departamento son muy diferentes. Mientras, Educación ‘rebaja’ la huelga al 44% entre los docentes, el 24,4 % en educación especial, el 18,2 % en cocina y limpieza y el 15,6 % en las haurreskolak, los sindicatos elevan el seguimiento hasta el 75% entre los docentes y en menor medida en el resto de ámbitos. Precisamente, es en estas áreas donde se ha dejado sentir la división entre la mayoría sindical, ya que el paro solo lo convocan STEILAS y ELA. CCOO y UGT no secundan ninguna movilización.

Lo cierto es que aunque sea el 44 % de los docentes o el 75 % los que hayan parado, la jornada ha supuesto una demostración de fuerza de las centrales convocantes, que tienen otra reválida el jueves 15 de marzo. En total, cerca de 28.000 trabajadoras y trabajadores de la educación pública no universitaria (docentes, personal de educación especial, personal de cocina y limpieza) así como más de 1.200 trabajadoras y trabajadores del Consorcio Haurreskolak estaban llamados a la huelga.

Los sindicatos creen que el seguimiento de la huelga en la enseñanza pública vasca no universitaria es “una interpelación directa” al Gobierno vasco para que presente propuestas “con contenidos suficientes que respondan a las necesidades de la educación”. Entre otras reivindicaciones, los sindicatos reclaman aumentos salariales, una plantilla mayor y con más estabilidad, cubrir las bajas desde el primer día, bajar el ratio de alumnos por aula y no aplicar la Lomce en Euskadi.

La representante de STEILAS, Ana Pérez ha reconocido que el “descuelgue” de LAB “se ha notado” en sectores como el de las haurreskolak, que ha registrado el seguimiento más bajo. La movilización es “una nueva demostración de que hay motivos para salir a la calle”. “Los trabajadores han entendido que la oferta del Departamento de Educación no llega ni con mucho a lo que estamos planteando” para “revertir los recortes”, que afectan a sus derechos laborales, pero también “merman la calidad de la educación”, ha recalcado Pérez.

Mientras, Miren Zubizarreta, de ELA, cree que los docentes “están diciendo al Gobierno vasco que su estrategia de deslegitimar la movilización no está teniendo éxito”. “No hay contenido suficiente encima de la mesa que justifique una desmovilización”, ha afirmado Zubizarreta, que cree que Educación “se tiene que sentir interpelado” para presentar “propuestas con contenidos suficientes que respondan a las necesidades de la educación pública”.

También Aitor Núñez (LAB) ha considerado que el respaldo a la huelga es “una interpelación directa” al Gobierno, al que ha exigido propuestas “con contenidos” para desbloquear la mesa de docentes, como ha hecho con el personal de cocina y limpieza y de haurreskolak, ámbitos en los que se han llegado a acuerdos. En el caso de que el conflicto siga, los centros de la red pública tendrían que afrontar una semana completa de paros de los profesores a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa, entre el 23 y el 27 de abril. En lo que va de curso, ya se han registrado cinco paros. La última propuesta que ha hecho el Departamento de Educación, que las centrales rechazaron al considerarla “insuficiente”, plantea 5.000 plazas mediante ofertas públicas de empleo en esta legislatura, medidas para dar estabilidad a las plantillas docentes, cubrir las sustituciones desde el primer día de baja en Primaria y reducción de la jornada lectiva por razón de edad.

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