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¿Qué hace el colegio para evitar el fracaso escolar?

Imagen de una clase en Primaria.

Eduardo Azumendi

Los centros de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) de Euskadi contarán durante el próximo curso 2015-2016 con 175 profesores y profesoras de refuerzo, que se repartirán entre los centros públicos (100 docentes) y los concertados (75). Esta es la principal medida que aplicarán los centros para combatir el tan temido fracaso escolar. “El objetivo es que todos los jóvenes puedan sacar el graduado, y no quedar marginados”, explica un docente con experiencia en los programas contra el fracaso escolar. Además de los profesores, existen desdobles de aulas, tutorías, grupos flexibles, programas de compensación dentro de los institutos…Y si todo falla también hay centros especiales que acogen a lo que se conoce como objetores escolares. Pero es una absoluta minoría.

En el sistema educativo todo se encamina a que los chicos y chicas que acumulan un enorme retraso en su formación, con un nivel de conocimientos, en ocasiones, de primaria o con problemas de conducta o emocionales puedan finalmente terminar obteniendo el graduado. Uno de los programas más conocidos es la diversificación curricular o educación flexible, que intenta frenar el fracaso escolar de alumnos que tienen una buena disposición hacia el medio escolar, pero que diferentes circunstancias les llevan a suspender reiteradamente. La meta es que estos jóvenes puedan obtener las capacidades generales de la etapa, es decir el título de Graduado en Secundaria, mediante una metodología específica y a través de contenidos e incluso de áreas diferentes a las establecidas con carácter general. “Los programas de diversificación curricular no son un aparcadero para los alumnos imposibles. No hace falta que tengan nueve asignaturas suspendidas para integrarlos ahí”, apunta un experto.

Para el próximo curso, se crearán 169 grupos de diversificación curricular entre el alumnado de tercero y cuarto de la ESO. La forma de materializar este programa es mediante grupos de entre ocho y 15 estudiantes, en los que las materias se imparten por ámbitos curriculares: ámbito lingüístico-social por un lado, y el ámbito científico-tecnológico por otro. A cada ámbito se le asigna un profesor o profesora de referencia que organiza las materias de ese ámbito de una manera más global, desde una perspectiva de área. De esta manera, “el alumnado adquiere en cada área las competencias necesarias para desarrollarse en la vida, y no se emplea tanto en las asociadas a contenidos muy específicos de las asignaturas”, apunta el Departamento de Educación.

Menos abandono escolar

Por otra parte, los programas de refuerzo educativo específico dotan de profesorado de refuerzo a los centros de ESO para que estos puedan realizar prácticas educativas que redunden en la formación integral de todo el alumnado. El programa se dirige especialmente a los estudiantes que van con más retraso debido a situaciones sociales desfavorecidas o porque tienen graves dificultades de adaptación al medio escolar. Es decir, se destina al alumnado de primero y segundo de la ESO. Estos alumnos se integran en el aula ordinaria, donde comparten el horario lectivo con sus compañeros y compañeras.

El País Vasco se mantiene como la comunidad autónoma con el índice de abandono escolar temprano más bajo e inferior también a la media europea: un 12,8%, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Este indicador hace referencia a quienes terminan la educación obligatoria y consiguen el título, pero no siguen estudiando. En el caso español, la enseñanza obligatoria llega hasta cuarto curso de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), etapa que se finaliza a los 16 años si no se repite.

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