El ataque mortal de Barbate subraya la desigualdad en la lucha contra el narco
La embestida de una potente narcolancha, 14 metros de eslora y 1.200 caballos de potencia, contra una pequeña zódiac de goma de la Guardia Civil con seis agentes a bordo, mató el viernes a dos de esos agentes, dejando otros dos heridos (uno de ellos grave). También ha generado una notable polémica con varios puntos que trazan una línea: la falta de dotación de medios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que combaten al narco y el tráfico de personas en el Estrecho, que se puso de manifiesto el día en que el ministro visitaba la zona para presentar el plan de seguridad; la situación económica del Campo de Gibraltar; y la insensibilidad de algunos que contemplaban la escena desde el muelle.
El suceso ocurrió en torno a las 20.30 del viernes. Los narcos daban vueltas alrededor de la embarcación de la Guardia Civil, que pretendía identificarlos, después de que en estos días de temporal varias narcolanchas que habitualmente fondean en alta mar se hayan refugiado en los puertos de la zona. En un determinado momento, enfilan hacia la zódiac, pasándole por encima a toda velocidad sin esfuerzo aparente.
En los vídeos de la brutal acometida se escucha a los presentes jalear a los narcos y celebrar su éxito. “Mira, mira, lo cogió, lo cogió. Le ha dado, le ha dado, le ha dado”, dice alguien desde tierra, mientras se graba la escena. “¡Maricones!”. “Venga ya, vamos… Venga, échalo al fondo. ¡Dale para fuera otra vez!”. Entre apelaciones a los “cojones” de los delincuentes, quienes se reúnen para ver el espectáculo no muestran síntoma alguno de solidaridad con los agentes ante el ataque que sufren.
David Pérez Carrecedo, agente del GAR, nació en Barcelona hace 43 años y tenía dos hijos. Ingresó en la Academia de Baeza en 2008, y realizó sus prácticas como guardia civil en el Puesto de Torrevieja. Después pasó destinado como profesional al Puesto de Arta en Baleares. En 2010 realizó el curso del GAR en el Centro de Adiestramientos Especiales de Logroño y en 2011 pasó destinado prestando servicio como agente del GAR los últimos 13 años. Había sido distinguido con varias condecoraciones de la Guardia Civil. Su cuerpo será trasladado a Navarra, donde vive su familia.
Miguel Ángel Gómez González, agente del GEAS, de 39 años, natural de San Fernando (Cádiz), tenía una hija. Ingresó en la Academia de Baeza en 2019, y realizó sus prácticas como guardia civil en la Sección Fiscal del Puerto de Tarifa. Después pasó destinado al Puesto de Mondejar, en Guadalajara. Realizó el curso del GEAS y pasó a la Unidad de Actividades Subacuáticas, hasta que en septiembre de 2023 llegó destinado al GEAS de Algeciras. Tiene condecoraciones militares de su paso por el Ejército anterior a la Guardia Civil.
Los cadáveres de ambos fueron velados con una capilla ardiente en la Comandancia de Cádiz. Los dos heridos evolucionan favorablemente.
“Campan a sus anchas”
La Guardia Civil detuvo pronto a cinco personas implicadas en los hechos. Tres tripulaban la lancha agresora, y los otros dos son cómplices que les recogieron en la urbanización de Sotogrande. Posteriormente detuvo a otros tres que habían huido de los primeros arrestos, elevando el total de detenidos a ocho.
Sin embargo, la brutal escena de la embestida y sus comentarios impactaron pronto en redes sociales, generando incredulidad e impotencia. También desgarró a la fiscal antidroga de Cádiz, Ana Villagómez, que expresó su desesperanza en una entrevista en Hora 25 de la Cadena Ser el viernes por la noche. “Hay parte de la sociedad que ha perdido ya la noción de todo. ¿Cómo puede una persona jalear la muerte de otro? Yo, francamente, esta noche estoy decepcionada, frustrada y triste”.
La fiscal dejó un mensaje principal: los narcos se sienten impunes y “campan a sus anchas” porque no hay medios suficientes para combatirlos, a pesar de que hace tiempo que se advierte de la situación. Coincide en esto con las asociaciones y sindicatos, que reclaman mayor dotación y efectivos. Hay una compra de cuatro embarcaciones ya licitada, pero la fiscal está convencida de que serán insuficientes para combatir a unas mafias que mueven millones de euros.
El suceso ha generado un hondo malestar entre asociaciones, sindicatos y dirigentes de la zona. El alcalde de Barbate, Miguel Molina, ha lamentado las “carencias y demandas insatisfechas” en materia de seguridad, y ha exigido al Ministerio de Interior que “deje de mirar para otro lado”. Cientos de personas se han concentrado a mediodía en duelo por los agentes. Allí se han escuchado gritos de apoyo a la Guardia Civil y peticiones de dimisión del ministro Fernando Grande-Marlaska, quien finalmente no ha acudido a la localidad, informa Europa Press.
El malestar también se ha expresado en redes sociales por algunas de las asociaciones de la Guardia Civil. Jucil ha pedido más medios y la dimisión del ministro, “quien se ha mostrado incapaz de resolver los graves problemas que el narcotráfico ocasiona en el sur de España”.
Grande Marlaska había visitado la zona el viernes, justo antes del suceso, para presentar el cuarto Plan Especial de Seguridad para el Campo de Gibraltar. Allí aseguró que el Gobierno ha destinado “recursos económicos tanto a nivel personal como a nivel material” que hacen que la zona pueda catalogarse de Especial Singularidad de “de facto, no de derecho”. Pero su comparecencia, horas antes del fatal suceso, no hizo más que subrayar la insatisfacción de quienes trabajan sobre el terreno.
El sábado volvió a Cádiz, y desde la capital prometió “impunidad cero”. “La sinrazón de los violentos, los narcotraficantes, ha conllevado al asesinato de dos de nuestros hombres absolutamente entregados a la lucha contra la delincuencia”. Marlaska añadió que “el compromiso que se estableció en 2018 sigue más vivo que nunca” y aseguró que el Gobierno seguirá reforzando la lucha contra el narcotráfico con los medios personales y materiales y que sean necesarios. “No vamos a permitir un asesinato más de ninguno de nuestros hombres, de ninguna de nuestras mujeres”.
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