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Àgueda Micó: “El nacionalismo valenciano es el hilo que cose todas las luchas a favor de la mayoría y contra los privilegios de unos pocos”

Àgueda Micó, candidata a dirigir el Bloc. / Jesús Císcar

Laura Martínez

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Àgueda Micó (L'Olleria, 1978) es secretaria de Organización del Bloc Nacionalista Valencià desde 2012 y coordinadora general desde 2016. Politóloga y profesora asociada en la Universitat de Valencia, acaba de presentar su candidatura para revalidar su proyecto en la formación mayoritaria de Compromís, un modelo que apuesta por el concepto de soberanía como “empoderamiento” individual y colectivo, por la consolidación del pueblo valenciano como sujeto político, comprendiendo la soberanía territorial, la alimentaria y la tecnológica.

¿Cómo está el valencianismo político tras seis años en el Gobierno del Botánico?

En su mejor momento. La transformación social y la construcción del país son cosas que tienen mucho que ver con la capacidad de hacerlo desde las instituciones. Desde que en 2015 el valencianismo de izquierdas consigue tener una presencia fortísima en las Corts Valencianes, en el Gobierno del Botánico y en las instituciones del Estado, en el Congreso y el Senado, se abre un ciclo en el que conseguimos trasladar una serie de objetivos que marcan la agenda política de este país y que mejoran la situación del valencianismo, entendido como un espacio ideológico para hacer políticas para la mayoría, desde la defensa de la financiación y de las instituciones de autogobierno para poder hacer políticas públicas, pasando por la defensa del territorio, un eje básico del valencianismo desde su creación, continuando con la consolidación y defensa de nuestra lengua, cultura y señas de identidad; con una serie de políticas que han puesto el ideario y la forma de hacer política feminista en nuestras vidas. Creo que hemos sido capaces de conjugar los ejes básicos del valencianismo con la justicia social, el feminismo, la defensa de los derechos LGTBI, el ecologismo, con políticas que intentan dotar de calidad democrática este país. Sin el valencianismo de izquierdas y Compromís, eso no estaría; ya hemos visto gobiernos de mayorías absolutas del PSOE anteriores y esas ganas de transformación social, de cohesión, de vertebración del territorio... La cohesión social es importantísima para luchar contra la extrema derecha. La mejor forma de combatir a la extrema derecha y el neoliberalismo es hacer políticas de cohesión social.

¿Les preocupa, ya no solo el estallido de la extrema derecha, sino el escaso margen entre bloques de izquierda y derecha en las Corts Valencianes?

El suelo electoral de la derecha en el País Valenciano siempre ha sido alto. Han tenido la capacidad mediática, política y judicial de poder encarar su mensaje utilizando la demagogia y ahora vuelven. Están encallados en esa forma de hacer política utilizando el populismo, teniendo en cuenta que estamos saliendo de una crisis pandémica mundial, que comporta mucho estrés para la ciudadanía y las instituciones. Creo que es una mala noticia la llegada de Carlos Mazón, que encarna ese zaplanismo puro, la corrupción de ese momento, las formas, el neoliberalismo vuelve, vuelve con campañas como el 'agua para todos'; es una mala noticia para la política, pero está en nuestras manos continuar consolidando las políticas transformadoras que mejoran la vida de la gente. Creo que desde el Gobierno del Pacto del Botánico hemos hecho una buena gestión de la crisis, hemos demostrado que se pueden hacer buenas políticas y que el papel de Compromís ha sido esencial. Creo que ese es el camino a seguir: que la gente cuando compare modelos vea el del Botánico, con políticas para la mayoría, que garantizan los servicios públicos; es la mejor forma de combatir a la derecha y a la extrema derecha.

He escuchado alguna vez que el Bloc y Compromís son partidos de urbanitas muy formados.

Si una cosa tenemos buena es que somos un partido arraigado al territorio. Tenemos presencia municipal en muchos municipios; yo vengo de l'Olleria, que no llega a 9.000 habitantes, y vemos cómo la vertebración del proyecto es importante de norte a sur. Cada vez hemos ido ganando espacio de pequeños núcleos urbanos a grandes y eso ha posibilitado que tengamos presencia, como en el ayuntamiento de Castellón, la alcaldía de València, Elche, Crevillent, Catarroja, Manises, Vinaròs.. tenemos presencia importante en todo el territorio; tenemos 750 concejales y entre 70 y 80 alcaldías, las diputaciones... No somos un partido urbanita, ni mucho menos. Puede que la alcaldía de esa sensación, pero nos sirve para que la gente del país mire al 'cap i casal' de una forma más amable, se sienta representada. El 'cap i casal' es importante, ver la ciudad de València con una mirada integradora es fundamental y vertebra el País Valencià.

Lo comentaba porque la ponencia política plantea lo que el sociólogo Manuel Castells denomina las identidades-proyecto: vertebrar ideas a través del feminismo y el ecologismo. Hay quién piensa que centrar la atención en esos dos proyectos puede dejar atrás la cuestión del territorio, la lengua, las raíces.

La cuestión es tener un proyecto que vertebre todas esas ideas, esos ítems, que son la base de nuestro proyecto valencianista. El nacionalismo valenciano es el hilo que cose todas las luchas a favor de la mayoría y contra los privilegios de unos pocos, luchas que tienen que ver con la justicia social, el ecologismo, el feminismo, en la defensa del autogobierno, la justicia social, desde el punto de vista que suma. Una cosa esencial del valencianismo político ha sido nuestra reinvención como proyecto político; hemos ido creciendo. La ponencia política pone de manifiesto esa refundación, esa actualización de lo que somos, teniendo en cuenta la base de la que venimos y teniendo en cuenta que necesitamos representar a la mayoría social de este país. El valencianismo político ha sido fuerte por la defensa del territorio contra la especulación urbanística en los ochenta; niego que haya ninguna renuncia a lo que somos por tener una visión integradora de todas las luchas sociales y políticas.

Hablaba desde el valencianismo, pero desde la izquierda clásica se suele crear esa dicotomía entre intereses de clase e intereses identitarios.

Es que esa dicotomía está totalmente superada en estos momentos. Nosotros apostamos, desde la perspectiva económica, por una transición ecológica y democrática; por cuestiones tan importantes para la conciliación, como ir más allá de la jornada laboral de 32 horas, por la transición energética, la apuesta por la economía social, circular, cooperativa; que el tejido social productivo pueda desarrollarse y tenga herramientas de innovación, apostar por el futuro teniendo en cuenta que la economía y la ecología tienen que ir de la mano. Es una herramienta que desarrolla Compromís teniendo en cuenta los intereses de la mayoría contra el interés de grandes empresarios, como con la ampliación del Puerto de Valencia, el proyecto de Intu Mediterrani, con la herramienta del Patsecova, el Pativel, las leyes de defensa del territorio y de la huerta forma parte de la esencia que el nacionalismo valenciano ha puesto sobre la mesa.

Precisamente en algunas de estas cuestiones han tenido roces con sus socios del PSPV. ¿Es complicado gobernar con ellos?

Los gobiernos de coalición no son nunca fáciles. Pero si tienes claro el proyecto de país y para la gente, llegas a acuerdos. Quiero poner sobre la mesa la importancia que ha tenido Compromís en estos proyectos, en las políticas de cohesión social, territorial, ecológica... Se han llevado a cabo por el empeño de Compromís; es lo que siempre hemos defendido y ahora que gobernamos las llevamos a cabo. La Ley de Función Pública, con el requisito lingüístico, algo tan normal como el hecho de que los derechos lingüísticos sean una realidad; la ley trans, que es pionera en el Estado, se han desarrollado por Compromís. Eso debe marcar nuestra hoja de ruta, y no lo está haciendo el Gobierno estatal. El PSOE y Podemos tienen que ser valientes en ese sentido, la gente valora a la izquierda cuando es capaz de mejorar su vida. Lo que ha puesto sobre la mesa Más Madrid en la campaña madrileña, o el BNG, que ha sido capaz de recuperar la izquierda arraigada al territorio, las políticas que hablan de las preocupaciones de la gente, es el camino que Compromís ha desarrollado desde 2015.

Uno de los éxitos de Compromís ha sido esa forma de organización en coalición. ¿Una vez superado el congreso del Bloc, qué futuro le espera a la organización?

Nosotros siempre hemos querido que sea una única organización; hemos apostado por un proyecto unitario. Pero Compromís es una organización con gente que viene de culturas políticas diferentes y siempre nos hemos respetado; aunque nosotros queremos ir más allá, si el resto de socios se siente más cómodo en una federación... Pensamos que cualquier camino que dé estabilidad a este proyecto, que es en el que creemos firmemente, es una buena solución.

Hablando de alianzas y Madrid... Enric Morera manifestaba hace unas semanas su apoyo al proyecto de Más Madrid. ¿Se sienten cercanos a esa forma de hacer política?

Sí, lo comentaba antes. Formamos parte de la alianza europea, con Més, el BGN, ERC... Partidos que representan una forma de hacer política arraigada al país, que aportan soluciones desde la izquierda, la cohesión social, desde sus realidades a la ciudadanía. Más Madrid ha conseguido hacer lo que hacemos otros partidos. Creo que es el camino a seguir; estoy contenta de que se consolide ese espacio en distintos países, en España y en Europa, donde hay un movimiento proeuropeo y arraigado a la sociedad. Desde la apertura, la cooperación y teniendo en cuenta que formamos parte de sociedades multiculturales para construir naciones y espacios de libertad.

Es casi gracioso que a un partido al que se acusa de catalanista haga campaña en Madrid.

Bueno, nosotros compartimos espacio en el Congreso y hay muchas cuestiones en las que encontramos sintonía: las comisiones de investigación para fiscalizar a la monarquía, la jornada laboral...

Algún diputado de Compromís se enfadó por hacer campaña fuera del País valenciano.

Nosotros vamos cuando nos llaman en otros territorios. Hemos estado en Aragón, en Baleares... Colaboramos con quien pensamos que puede aportar.

¿Cómo se puede tejer ese grupo de izquierda confederal en próximas elecciones?

Desde el País Valenciano hemos demostrado este tiempo, a través de Joan Baldoví y su equipo en el Congreso, que la mejor forma de poner los problemas valencianos en primera línea es tener representación y visibilidad. Por ejemplo, con la financiación, que es una cuestión clave en la agenda valenciana gracias a Compromís, se demuestra que hacen falta cambios en el modelo territorial y el valencianismo político lo tiene claro. Falta que otros países en el Estado hagan lo mismo y queremos hacerlo desde el punto de vista horizontal y de la cooperación. Hemos trabajado con la Chunta Aragonesista, hemos ido juntos a las europeas... con fuerzas arraigadas al territorio. Mientras sea de igual a igual para mejorar y hacer un estado más plurinacional, que tenga en cuenta que la realidad es más plural y diversa que lo que algunos quieren ver, me parece un camino interesante. Esa fuerza es fundamental para que el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos vaya por el camino de la transformación social, de la valentía para mejorar la vida de la gente. A veces echamos de menos que el Gobierno colabore con las fuerzas que le dieron apoyo en la investidura; el camino de transformación pasa por la colaboración con estas fuerzas.

Hablaba antes de la alcaldía de Valencia. ¿Cuál debería ser el futuro de Compromís y Joan Ribó?

Estamos en un proceso interno, de repensar nuestro proyecto, de estructurarnos orgánicamente. Hablar de candidatos o listas es una conversación que debe venir en el momento que toque. Quiero reivindicar el buen trabajo que se ha hecho desde el ayuntamiento y que la figura de Joan Ribó representa a esta ciudad.

Hay una corriente en el Bloc que no está muy de acuerdo con el cambio de nombre y la ponencia. ¿Cómo van a negociar o integrarse?

A través de la ponencia política y estatutaria queremos reafirmarnos en lo que somos y sumar. Creo que la integración de toda la gente que tenga claros los objetivos a seguir es una cosa fundamental. En mi candidatura cabe todo el que quiera continuar apostando por este proyecto que está mejorando la vida de mucha gente. La integración tiene que venir de compartir objetivos. Sobre el cambio de nombre, cuando actualizas un proyecto político, un cambio de nombre puede ayudar a que se visibilice. Es algo que decidiremos entre todos; Més Compromís pone sobre la mesa la idea de apostar por el proyecto de todos que es Compromís.

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